Un nuevo informe forense realizado por personal médico forense, evaluará los factores de riesgo que sufren las mujeres víctimas de violencia de género. Estos informes se emitirán en menos de 72 horas y serán adicionales y complementarios a los que tradicionalmente elaboran las fuerzas de seguridad.
Este nuevo protocolo de actuación se implantará a finales del mes de julio, así lo anunciaba Inmaculada Montalbán, presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), quien esta trabajando junto con el Ministerio de Justicia para llevar a cabo el procedimiento de la elaboración de estos informes.
En esta valoración se pretende evaluar tanto a la víctima como al denunciado y de esta manera garantizar mayor rapidez y precisión, ya que según afirma Montalbán, es en los primeros momentos cuando el juez necesita valorar el riesgo.
Fue la directora general de Relaciones con la Administración de Justicia, Caridad Hernández, quien presentó este protocolo médico-forense de valoración urgente del riesgo de violencia de género, que se realizará siempre que lo pida el juez o la jueza correspondiente y en principio en las Comunidades Autónomas que no tengan transferidas sus competencias en Justicia.
El nuevo protocolo de actuación esta todavía en fase de borrador, será en una o dos semanas cuando esté terminado, después de que las Comundades Autónomas y los expertos aporten sus sugerencias, entonces los y las forenses podrán contar con el nuevo sistema de evaluación que utiliza una metodología científica.
Tras elaborar el informe que determina los factores de riesgo, se enviará al CGP pata que lo difunda y recomiende al proceso judicial del caso determinado.
El informe abordará diferentes puntos, el primero es la información, en este paso se entrevistarán y evaluarán al agresor al igual que a la víctima. También basarán este proceso informativo en otras fuentes como en las diligencias judiciales, el atestado policial, la documentación médica y psiquiátrica del imputado y as versiones de testigos y familiares.
El segundo paso, será analizar la vulnerabilidad de la víctima, en concreto cual es la percepción subjetiva que tiene la víctima del peligro que corre. Este procedimiento se hará comprobando si ha habido tentativas de retirada de denuncias , explorando las condiciones personales, el grado de dependencia con el agresor. Para cumplir con el objetivo de este análisis, también se deberá conocer y evaluar la historia y situación actual del maltratador .
Además de estos dos procedimientos, en el informe se incluirán otras pruebas adicionales, entre las que se encuentran y recomiendan las que se derivan de la Escala de Predicción del riesgo de violencia grave contra la pareja.
Por otro lado, esta guía de recogida de datos que posteriormente son evaluados puede mantener un margen de error por su dificultad ya que esta valoración se basa en términos muy subjetivos, por lo que sus resultados no se pueden tomar como una verdad absoluta. Por este motivo no se incluirán datos porcentuales. También los expertos señalan que la valoración de riesgo urgente se realiza en un momento concreto, por lo que el riesgo puede variar de acuerdo con las circunstancias del agresor y la vulnerabilidad de la víctima.