Musharraf abandona la Jefatura militar

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El presidente paquistaní, general Pervez Musharraf, se prepara para dimitir hoy como jefe del Ejército, un paso que muchos consideran fundamental para restaurar el orden civil en el país.

Durante la ceremonia de cambio de mando cerca de la ciudad de Islamabad, Musharraf presidirá su última reunión de la cúpula militar como jefe de las Fuerzas Armadas y cederá el testigo del mando del Ejército al general Ashfaq Kayani, ex jefe de los poderosos servicios secretos paquistaníes (ISI).

El presidente paquistaní, que llegó al poder hace ocho años tras un golpe de Estado, se enfrenta desde marzo a una creciente oposición a raíz de la suspensión del presidente del Tribunal Supremo de Pakistán, pues éste cuestionó la constitucionalidad de permitir a Musharraf seguir siendo jefe de las fuerzas armadas y presidente.

La tensión se agravó cuando Musharraf declaró el estado de emergencia a comienzos de noviembre y ordenó el arresto de disidentes y de críticos de su gestión. El ex primer ministro Nawaz Sharif, a quien Musharraf derrocó en 1999, dijo que la decisión del jefe de Estado de abandonar el cargo de comandante de las fuerzas armadas representa “una gran diferencia”, pero insistió en que el presidente debe hacer mucho más para poner fin a la crisis política en Pakistán.

Musharraf ahora se enfrenta a dos poderosos opositores, Sharif y la ex primera ministra Benazir Bhutto, quienes han regresado del exilio con el fin de participar en las elecciones parlamentarias del 8 de enero.

Sharif, en declaraciones a periodistas en su casa de la ciudad oriental de Lahore, afirmó ayer que representará “una gran diferencia” el momento en que Musharraf se despoje de su uniforme. Pero añadió que el presidente debe también poner fin al estado de emergencia, reponer a los jueces destituidos por oponerse a sus medidas, y asegurar que las elecciones sean limpias.

Asimismo, subrayó que “si todos los partidos políticos están de acuerdo, creo que deberíamos boicotear las elecciones porque son un arma letal”. “Pero si no conseguimos un acuerdo deberíamos intentar alcanzar nuestros objetivos en las urnas”, añadió.