Diez mil personas se llegaron a congregar en el centro de Belgrado contra la detención de Mladic, una condición que Bruselas impuso para la integración de Serbia en la Unión Europea, pero que ha despertado la ira de los partidarios del genocida, de quien se calcula que pudo acabar con la vida de 8.000 musulmanos en la guerra de los Balcanes.
La manifestación tuvo lugar frente al parlamento serbio. Transcurrió de forma pacífica hasta que un pequeño grupo de radicales irrumpió en la protesta y provocó un enconado enfrentamiento con agentes de la policía. Cerca de 3.000 se desplegaron por el centro de la capital para velar por la seguridad de los manifestantes, que habían sido congregados previamente por el derechista Partido Radical Serbio (SRS) acusando a las autoridades serbias de traicionar los intereses nacionales con la detención de quien consideran un héroe.
Mladic fue detenido el jueves en el norte de Serbia, en la aldea de Lazarevo, en casa de un pariente suyo en la que supuestamente se escondió durante varios años. A la protesta asistieron la esposa y el hijo del exgeneral, a quien el La Haya acusa de crímenes de guerra y genocidio. La manifestación, que duró unas dos horas, se llevó a cabo en un ambiente festivo y casi familiar, entre hombres y mujeres de avanzada edad, pero también hubo jóvenes con hijos pequeños.
Los manifestantes llevaban banderas con la imagen de Mladic y del líder del SRS, Vojislav Seselj, quien está siendo juzgado ante el TPIY por crímenes de guerra en Croacia y Bosnia. Los congregados gritaron lemas en apoyo al exgeneral y contra el presidente serbio, Boris Tadic, a quien tachan de “traidor” “ustasha” (fascista croata).
Los manifestantes, entre ellos los dirigentes de derechas del SRS, gritaron consignas contra la Unión Europea a la que acusaron de haberles robado Kosovo y de querer hacer lo mismo con Vojvodina. Subrayaron, en declaraciones a los medios de comunicación, que Ratko Mladic les podía devolver “la dignidad”.
Su hijo declaró que “Mladic no es sólo mi padre, sino de todo el pueblo serbio, porque luchó contra otros pueblos y por la libertad del suyo. No es un criminal de guerra”. Darko Mladic recalcó el precario estado de la salud de su padre, que en el pasado sufrió varios derrames cerebrales, por lo que su familia pide un examen médico detallado antes de su extradición al TPIY, con sede en La Haya, que podría producirse en pocos días.
En el acto se vendieron camisetas negras con la imagen de Mladic y la inscripción “Héroe”, y se repartían pancartas azules con el mismo mensaje. También se pudieron comprar gorras típicas de los combatientes nacionalistas serbios, “chetnik”, y fotos del exgeneral Mladic, del exlíder serbobosnio Radovan Karadzic, también acusado de crímenes de guerra, y del expresidente de Serbia, el autoritario Slobodan Milosevic, caído en 2000.