La tradición come prestiños por Carnaval en San Millán. Estos dulces ya se elaboraban en la cuna de la lengua en el siglo XVI y se recuperaron en 2020 por la Asociación Tierras de San Millán.
El prestiño se ha convertido ya en una seña de identidad de esta localidad. Y su reparto, en un éxito. El año pasado hubo que suspender la sesión de tarde, ya que antes de la una del mediodía ya se había agotado la oferta.
Este sábado 18 de febrero el reparto se iniciará a las 11.00 y se extenderá hasta las 14.00 horas junto a la portería del monasterio de Yuso, al lado de los aparcamientos y de los restaurantes turísticos de la localidad.
En total, se han elaborado unidades para completar 200 bolsas de este postre elaborado por mujeres de la Asociación Tierras de San Millán con harina, huevo, mantequilla, anís y azúcar.
En los siglos XVI y XVII, prestiño era sinónimo de panadería, de obrador. Está documentado que en 1618 se alquila el prestiño de San Millán de la Cogolla y su molino al panadero Miguel Barreyuso por 4 años. En 1625, figura un nuevo contrato a Mateo Tricio por espacio de 5 años. Este obrador estaba situado en la vertiente oeste del monasterio de Yuso y por eso la calle que discurre por ese lugar, junto a los restaurantes El Asador y La Posada, se llama precisamente así: calle Prestiño.
Con la recuperación de este postre, la Asociación Tierras de San Millán quiere unir esfuerzos con la Administración regional y con los Ayuntamientos de la zona para añadir atractivos al denominado Valle de la Lengua, uno de los ejes de desarrollo turístico, cultural y económico para los próximos años en nuestra Comunidad Autónoma.
El sábado también, el escritor y periodista riojano Javier Osés (Villar de Torre, 1963), miembro de esta asociación, venderá ejemplares de sus novelas vinculadas con este espacio mágico.