Un día después de la jornada de paros en el transporte, la enseñanza y los medios de comunicación en Francia, así como de numerosas manifestaciones a lo largo del país, el Presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha anunciado en un comunicado que no cambiará la base de su proyecto de modificar las condiciones de jubilación, aunque sí que permitirá algunas concesiones.
La cuestión más polémica, y sobre la que Sarkozy y su Ejecutivo ya habían anunciado que no iban a ceder, era la de pasar la edad mínima para retirarse de los 60 a los 62 años (y de 65 a 67 en el caso de que se cobre el 100% de la prestación por jubilación). El Jefe de Estado ha anunciado que se mantendrá firme en este punto, que asegura que es la mejor forma de asegurar el equilibrio de las pensiones de aquí a 2018. Según el mandatario, otras fórmulas para lograr este equilibrio serían bajar las pensiones o aumentar la presión fiscal, medidas que Sarkozy “se niega” a tomar por considerarlas injustas.
El paso de la edad mínima de jubilación de los 60 a los 62 años se aparece así como “razonable” para Sarkozy, quien también se apoya en el hecho de que desde 1950 la esperanza de vida de los franceses haya aumentado en 15 años para justificar esta modificación.
A pesar de haber anunciado que no cederá sobre este aspecto, sí que ha concedido que se revisarán algunas de las condiciones de la reforma de las jubilaciones. Por ejemplo, se extenderá a los agricultores la disposición que permite a aquellos que tengan una carrera de especial dureza seguir retirándose a los 60 años.
Otra de las posibles modificaciones se refiere a la edad mínima de jubilación para las personas que sufran alguna discapacidad. El proyecto de reforma anuncia que las personas que tengan una discapacidad igual o superior al 20% podrán retirarse a los 60 años. Ahora Sarkozy propone que las condiciones de las personas que padezcan una incapacidad del 10% puedan ser evaluadas por una comisión que determine si tienen derecho o no a jubilarse a los 60 años.
En los próximos días el Ministro de Trabajo, Eric Woerth, tendrá que negociar con el gobierno las posibles enmiendas al proyecto de reforma para presentarlas a debate en el Parlamento.