El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha subrayado la necesidad de que la UE cuente “con la otra orilla” del Mediterráneo a la hora de dar forma a la iniciativa bautizada por los 27 Estados miembros como Proceso de Barcelona: Unión por el Mediterráneo, tal y como había pedido España.
En rueda de prensa al término del Consejo Europeo de primavera, Zapatero se declaró “muy satisfecho” de que los Veintisiete decidieran pedir a la Comisión que prepare una propuesta para “fortalecer” la política europea hacia el Mediterráneo, impulsada por España en 1995 con el llamado Proceso de Barcelona, de cara a la celebración de una cumbre Europa Mediterráneo en julio bajo presidencia francesa.
“Que el Proceso de Barcelona, la política hacia el Mediterráneo renueve fuerza y energía viene siendo un objetivo estratégico de nuestra política en la UE”, recordó Zapatero para justificar su satisfacción.
FRANCIA
Asimismo, reconoció el papel “muy especial” que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha jugado para impulsar este proyecto, debido a que, dijo “comparte esta mirada hacia el Mediterráneo”, lo que, a juicio de Zapatero, “no va a reportar más que beneficios para España y para la política hacia el Mediterráneo”.
Zapatero advirtió no obstante de que, para hacer las cosas bien y subir “un escalón” en la relación con los vecinos mediterráneos, será preciso acordar con ellos “los objetivos, los proyectos concretos” e “incluso el secretariado” de esa Unión por el Mediterráneo.
España se ha comprometido, añadió Zapatero, a presentar “un conjunto de iniciativas” a la Comisión Europea para desarrollar la Unión por el Mediterráneo lanzada inicialmente por Sarkozy.
Zapatero remarcó que el Proceso de Barcelona “es el origen” de esta nueva etapa que se abre tras la iniciativa del presidente francés, modificada para contentar a países como Alemania, molestos por la intención inicial francesa de dejar en un segundo plano a los países europeos no comunitarios.
AMBICIÓN
Y aunque el Proceso de Barcelona “ha cosechado frutos”, añadió, dijo compartir con Sarkozy y el primer ministro italiano, Romano Prodi, la visión de que la “ambición” de la UE debe ser “mayor”. No hay “nadie más interesado que España en que la UE sea más ambiciosa en relación con el Mediterráneo”, aseveró.
Preguntado si España desea que la sede del secretariado de esta nueva iniciativa se instale en Barcelona, señaló que “debe ser la Comisión” quien haga este tipo de propuestas, al tiempo que recordó la necesidad de acordar las características del proyecto con los socios de la otra orilla porque no se trata de “una política para el Mediterráneo” sino de una política “de Europa con el Mediterráneo”.