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La iglesia de La Asunción, un verdadero museo de arte sacro

Fachada de la iglesia de La Asuncion

Pablo Jerez Sabater

SAN SEBASTIÁN —

San Sebastián de La Gomera guarda entre sus tesoros monumentales un patrimonio que la propia historia ha vinculado a Cristóbal Colón. Uno de ellos, enmarcado quizá en la leyenda, es el templo matriz de La Asunción. Rezaba hasta hace pocas décadas una cartela donde se podía leer: “Aquí oró Colón”. Más allá de su componente mitológico enmarcado en la epopeya colombina, la iglesia es un auténtico museo de arte sacro.

Su fachada ya es una llamada de atención. Sus formas apuntadas y el arco sogueado que acompaña al vano de la puerta ya nos refiere a una realidad trasatlántica. La obra no pudo sino ser ejecutada, o al menos ideada, por un cantero de origen portugués. Estos detalles ornamentales, unidos a los collarines desplegados en las columnas de la nave central del templo nos hablan de un gusto muy particular que se dio en Portugal en torno al año 1520: el manuelino.

Sin embargo, es su interior en donde mejor se refleja el cosmopolitismo que existió en la Isla a nivel artístico durante los siglos XVI y XVII.

El impuso del comercio con Flandes, derivado sin duda por la exportación del azúcar proveniente de los cinco ingenios azucareros existentes en La Gomera, trajo consigo la aparición de la antigua imagen de la Virgen de las Nieves, hoy en mal estado, pero que conserva restos de la característica policromía de los Países Bajos.

La Gomera fue isla de idas y venidas a América; isla de tornaviaje. En uno de estos trasiegos llegó, gracias a un beneficiado de esta parroquia, la que es quizá la imagen cubana más antigua de Canarias, una talla de Santa Teresa a la que se le instituyó, allá por 1675, un patronazgo para fundar una cofradía.

De Sevilla llegaron varias piezas sobresalientes, como la titular del templo, aunque quizá la más espectacular, por la agilidad y tratamiento de sus formas, sea el San Miguel colocado en el retablo de una de las familias más importantes del siglo XVIII en la Isla, los Echevarría.

Pero si por algo destaca el templo es por la capilla del Pilar, un verdadero mundo iconográfico por sí misma. Retablos con plumas de madera pintada, techumbre con los padres fundadores de órdenes religiosas, la Virgen del Pilar y los corporales de Daroca. Y aquí, una pintura al fresco que representa la batalla sufrida por la Villa ante el pirata inglés Charles Windham en 1743.

Una iglesia abierta a sus fieles, sí, pero un templo para recorrerlo con pausa, disfrutando del mejor museo de arte sacro de la isla de La Gomera.

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