Este domingo los madrileños llevarán 20 días sin médico de familia y sin pediatra por la huelga de facultativos de la Atención Primaria en la comunidad. La última reunión se produjo el pasado 2 de diciembre sin acuerdo entre el comité de huelga y el Gobierno regional de Isabel Díaz Ayuso quien se ha instalado en el inmovilismo al negarse a destinar un mayor presupuesto a este fin y contratar más sanitarios. La presidenta madrileña comparecía hace diez días para anunciar una serie de medidas que para los sindicatos son “humo”, principalmente porque se compromete a realizar una serie de mejoras que, o llegan tarde porque ya se prometieron en el pasado, o son cuestiones a las que el Gobierno está obligado por legislación vigente o imposición de Bruselas.
“Desde Amyts recordamos que desde el inicio de la huelga, la única propuesta ‘novedosa’, porque las otras anunciadas por la presidenta la semana pasada vienen impuestas por Europa y algunas ya están incumplidas desde 2007 y 2020, ha sido proponer una supuesta limitación de las agendas a 34 pacientes para Medicina de Familia y 24 para Pediatría”, lamentan desde el sindicato mayoritario de médicos convocante de la huelga.
La negativa del Ejecutivo regional a destinar más dinero a la Atención Primaria en los presupuestos ha dejado las negociaciones entre los médicos en huelga y la Consejería de Sanidad en un punto muerto. Si no hay más dinero, defienden los sanitarios, es “imposible” atajar el problema por el que iniciaron los paros el pasado 21 de noviembre como la sobrecarga de trabajo, las agendas infinitas o la falta de un relevo generacional mientras la sanidad madrileña espera en menos de cinco años una ola de jubilaciones que alcanzará el 30% de la plantilla.
La huelga a la que están convocados más de 4.200 médicos de familia y 700 pediatras amenaza con perpetuarse si el Gobierno regional permanece en el “inmovilismo”. Y en los últimos días, la cuestión ha escalado a un choque sin precedentes entre los sanitarios y el Gobierno regional. Ayuso ya había acusado a los médicos de estar “politizados” tras la masiva manifestación del 13 de noviembre, pero estos ataques se han recrudecido desde el Gobierno regional después de que se filtrara un audio en el que un integrante del comité de huelga planteaba la posibilidad de ampliar los paros hasta la convocatoria de las elecciones del próximo mes de mayo.
A este hecho se agarra ahora el Gobierno regional para negarse a hacer propuestas que convenzan a los sanitarios. El vicepresidente y portavoz del Gobierno regional, Enrique Ossorio, acusaba este miércoles a los médicos y pediatras en huelga de no “pensar” en los pacientes sino “en un alargamiento del conflicto por razones estrictamente políticas”. Y con este discurso el Ejecutivo autonómico se niega a volver a sentarse en la mesa de negociación.
Todo es ahora una batalla por el relato. Por eso no es casualidad que fuera la propia presidenta de la Comunidad de Madrid la que compareciera hace diez días ante los medios para contar personalmente las medidas que planea poner en marcha para propiciar una “auténtica transformación del sistema sanitario madrileño”. Entre las propuestas está la de renovar a los 2.000 sanitarios eventuales que acaban su contrato a 31 de diciembre 2022 para hacerlos interinos, algo a lo que en realidad está obligada por una normativa estatal. Otra de las medidas fue prometer avances para rebajar la temporalidad de los sanitarios que encadenan contratos basura, de nuevo, obligada por una legislación europea. Ayuso también se comprometió a recuperar promesas incumplidas desde 2007, como pagar más a los médicos que atienden a más pacientes.
La otra gran promesa, la de rebajar las agendas a 34 pacientes para los médicos de familia y a 24 para los pediatras, tiene “trampa”, explican los facultativos: serán los mismos sanitarios los que voluntariamente tendrán que seguir atendiendo a los pacientes que se queden fuera de la lista principal. Es decir, se crearán agendas paralelas que se atenderán por los mismos sanitarios puesto que el Gobierno regional no contempla ampliar la plantilla de sanitarios pese al déficit estructural que arrastra la atención primaria en Madrid y la ola de jubilaciones que se avecina en apenas unos meses. “En Madrid, en los próximos 10 años, se prevé una pérdida de más de 6.000 facultativos por jubilación de los 17.000 existentes. Eso significa que el 35% de nuestra plantilla se jubilará”, alertaba el propio consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero.
Para los sanitarios un compromiso real para mejorar la sobrecarga de trabajo solo pasa por incentivar a los sanitarios y contratar a más personal. La negativa del Gobierno regional a ampliar el presupuesto y contratar médicos contrasta con el último requerimiento de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social al Gobierno para que en el plazo máximo de un mes se ponga en marcha una “adecuada planificación preventiva para solucionar riesgos en los profesionales de Atención Primaria”. Entre esos riesgos señala factores como la carga de trabajo, las demandas psicológicas o desempeño de rol.
En el documento remitido a la Consejería de Sanidad, la inspección laboral reclamaba al Gobierno de Díaz Ayuso que se resuelva cuanto antes “el nombramiento de responsables, de los recursos humanos y materiales para su ejecución, prestando especial atención a los centros de trabajo que de manera permanente o puntual tienen una carencia significativa de personal”. El plazo empezó a contar el 23 de noviembre, sin que haya noticias del Gobierno regional al respecto.
20 días de huelga: 20 días sin médico y pediatra
Mientras el Gobierno de Ayuso espera a que los sanitarios desconvoquen por agotamiento, cientos de pacientes no están siendo atendidos en sus centros de salud desde hace 20 días. Los servicios mínimos impuestos por la Consejería no cubren todas las consultas y las que no son “urgentes” acaban siendo despachadas ante la falta de personal ya que las largas agendas que ya sufrían los médicos, se han visto multiplicadas.
Fue el caso de Marta, que tras acudir el pasado viernes con su bebé a su ambulatorio, tuvo que volverse a casa sin que su bebé pasase la revisión de los seis meses ante la falta de un pediatra. “Tenía cita pero me explicaron amablemente en el centro de salud que no podían atenderme”, explica. “Ahora es por la huelga, pero la realidad es que en seis meses que tiene mi hijo solo lo ha visto una vez un pediatra, porque en mi centro de salud no hay uno asignado y el día que pillas uno está rotando entre varios centros de salud”. “La huelga solo evidencia unos problemas que ya estaban de antes”, señala. Y añade: “Los sanitarios tienen todo el derecho a reivindicar mejoras y nosotros los ciudadanos tenemos que apoyarles, porque están velando por todos y los culpables son los políticos que no dan soluciones”. Esta misma tesis la comparte Rafa, al que también enviaron a casa con una gripe a la semana de cumplirse la huelga. Otros pacientes se quejan de los problemas para gestionar altas y bajas laborales como consecuencia de los paros.
El comité de huelga de Atención Primaria destacaba este miércoles que los casi 5.000 médicos y pediatras en huelga indefinida desde el pasado 21 de noviembre siguen “fuertes y unidos” en el ecuador de la tercera semana de paros. Denuncian que la Consejería de Sanidad “ni responde” ni “propone” medidas para llegar a un acuerdo. “Hasta el momento lo que la Consejería de Sanidad ofrece no es suficiente. Nos dicen que van a limitar las agendas a 34 en Medicina Comunitaria y a 24 en Pediatría. Sin embargo, nosotros vemos cada día 70 pacientes porque estamos asumiendo varias consultas. ¿Qué pasa del paciente 35 al 70, al 80...? Y, sin embargo, nos dicen que se van a ver por parte de los voluntarios”, explicaba Sheila Justo, vicepresidenta de Amyts.
Justo subrayaba que los médicos y pediatras de Atención Primaria seguirán en huelga “hasta que no haya una propuesta firme y hasta que los trabajadores digan que les parece suficiente”. El punto de inflexión sigue siendo el presupuesto, insuficiente para los facultativos en la región más rica del país, pero la que menos destina a sanidad por habitante.