El cursillo acelerado de Pepu Hernández sobre el PSOE y Madrid
El 29 de enero por la noche se desvelaba la incógnita: el exselecionador de baloncesto Pepu Hernández era el candidato estrella elegido por Pedro Sánchez para llevar al PSOE a la Alcaldía de Madrid. Desde Moncloa llevaban días engordando las expectativas, “va a ser un candidato que remueva las encuestas”, insistían fuentes cercanas al presidente del Gobierno, mientras se preparaba el primer acto desde el PSOE para su presentación pública el 3 de febrero. Hernández, el líder de la generación de oro que por primera vez ganó un mundial de baloncesto, se convertía en el as en la manga con el que Sánchez quería volver a situar en el tablero político de Madrid al Partido Socialista, tras 30 años sin gobernar en el Ayuntamiento de la capital.
Pese a las bendiciones del secretario general del partido, el exselecionador de baloncesto va a tener que medirse en unas primarias este sábado a otros dos candidatos que como él aspiran a estar en los carteles del PSOE a la Alcaldía de Madrid. Manuel de la Rocha, exalcalde socialista de Fuenlabrada y exconsejero regional, y Chema Dávila, concejal en el Ayuntamiento de Madrid, no se han retirado de las primarias pese a que todos los mensajes que llegaban desde Moncloa y Ferraz apuntaban que Hernández era el hombre del aparato.
El exseleccionador ha estado escondido de los medios de comunicación desde la fecha del rutilante anuncio. Apenas ha concedido tres entrevistas: dos a medios deportivos y una a El País. Durante dos semanas, Pepu Hernández fue una incógnita para los periodistas, a quienes solo atendió cuando fue a registrar formalmente su candidatura en la sede del PSOE-M en la calle Buen Suceso, a apenas cien metros de la sede nacional del partido en Ferraz. “Hay que escucharlo y gana con el contacto”, aseguraban en su equipo durante el transcurso del primer acto de la precampaña.
En los encuentros con afiliados, el equipo no se ha dejado pasar a los periodistas más allá de la foto inicial. “Lo han pedido los militantes”, justificaban en la candidatura en la que aseguran que Pepu ganará con “holgura” pese a la contestación interna de aquellos primeros días. Si tienen que temer a alguien, temen a Manolo de la Rocha, un hombre bregado en la política municipal desde sus años de alcalde en Fuenlabrada, que “lleva meses trabajando” para llegar al Palacio de Cibeles. Chema Dávila, el tercero en liza preocupa menos. “Se ha presentado para pactar”, afirman en el entorno de Pepu Hernández.
El exselecionador se ha rodeado de concejales del Ayuntamiento de Madrid. Ellos han sido los encargados de hacer de portavoces y llevarle la campaña de las primarias con la militancia. Las ediles Mar Espinar, Mercedes Rodríguez y Ramón Silva, el sector más duro del grupo municipal socialista en contra de la gestión de Manuela Carmena y de la propia posición del partido en la oposición al Gobierno de Ahora Madrid, se han convertido en sus escuderos. Ellos, en concreto Espinar como la portavoz oficial de la candidatura a las primarias, respondían a la prensa dos días después de conocerse su postulación a las informaciones que hablaban de una sociedad mercantil con la que Pepu se habría ahorrado impuestos en 2006. De Hernández, ni rastro.
Su primera aparición estelar fue el mismo día 3 de febrero. Los Teatros de La Latina, con capacidad limitada, se llenaron de militantes, pero también de cargos públicos del PSOE que fueron a respaldar la elección de Sánchez. El propio presidente del Gobierno fue el encargado de presentarle mientras se justificaba por convertirle en el candidato del aparato. “Es evidente que si Pepu está aquí es por la petición que le he hecho como militante socialista”, afirmaba el secretario general de los socialistas.
“El PSOE de la militancia no significa que la dirección no diga nada, no se posicione”. “Pepu puede y va a ganar las elecciones a la Alcaldía”, defendió Pedro Sánchez ante una militancia que se entregó más a su secretario general que al flamante candidato, que despertó poca emoción entre los asistentes.
El exselecionador de baloncesto también se defendía de la parte que le tocaba, no ser afiliado, de esas reticencias que siempre han levantado los independientes en los partidos políticos. “No tengo carné pero soy socialista de corazón y pensamiento”, aseguró desde el atril. “La política nunca me ha sido ajena. En ocasiones me he planteado afiliarme al PSOE pero la independencia no es indiferencia. Mis valores son la solidaridad, la tolerancia y el respeto. Creo en los valores colectivos y ganar no puede ser únicamente un objetivo, hay que ofrecer un proyecto de soluciones”, añadió.
Ese “proyecto de soluciones” no ha acabado de llegar durante las últimas seis semanas. Durante su encuentro con la militancia de Carabanchel varios de los allí presentes le pidieron soluciones concretas para atajar la desigualdad de un distrito, que siendo uno de los más grandes de la ciudad, presenta los mayores índices de desigualdad. Ante estas cuestiones concretas de los afiliados, Pepu Hernández reconocía que todavía estaba “estudiando” la ciudad. “Ahora no estoy en el momento de ofreceros las soluciones, estoy en el momento de ofreceros mi sensibilidad”, respondía a un militante.
Hernández ha tenido que oír a lo largo de esos encuentros algunas intervenciones críticas. En su primer acto, uno de los asistentes hizo referencia a los tradicionales 'dedazos' de Ferraz en la federación madrileña, que resultaron ser fracasos y acabaron tirando la toalla. El exseleccionador de baloncesto se comprometió a quedarse en el ayuntamiento incluso si los resultados del PSOE no remontan en las urnas.
Un Pepu encorsetado en su primer debate
La última aparición de Pepu Hernández antes de la primera votación de las primarias se ha producido este jueves en un debate hecho a la medida del exselecionador. El encuentro se celebró por la mañana, sin acceso al público o la prensa y se retransmitió en directo a través de la web del PSOE. Ni el formato ni el lugar ni la hora convencían a sus adversarios en las primarias, que ya insinuaron que el único beneficiado por esas normas iba a ser el propio Pepu Hernández.
El exselecionador de baloncesto se mostró encorsetado y se dedicó a leer durante todas sus intervenciones. No se salió del guion ni para entrar a debate con las preguntas que De la Rocha formuló a sus compañeros, una forma con la que el exalcalde de Fuenlabrada pretendía dinamizar un debate que a priori dejaba muerta la vía a la discusión y las réplicas entre los aspirantes. Sus dos rivales se posicionaron contra los pactos con Ciudadanos. Hernández evitó responder a eso y a cualquier otro asunto que sonase polémico. Tampoco atendió a la prensa a la salida del debate, algo que sí hicieron sus adversarios De la Rocha y Dávila.
Pese a esta exposición medida al milímetro, Pepu Hernández sigue siendo el candidato oficialista y eso se ha notado en la recogida de avales. El exselecionador logró los máximos que permite el reglamento presentar, el 10% del censo, “y más”, según declararon. Aunque eso no le asegura la victoria. La votación es secreta y puede ser impredecible. Sin embargo, fuentes socialistas no creen que con unas generales a la vuelta de la esquina la militancia quiera que el secretario general salga debilitado.
Los 5.313 afiliados socialistas en la capital votarán este sábado para elegir a su candidato. Si ninguno de los candidatos obtiene más del 50% de los votos, los dos con más apoyos pasarán a una segunda vuelta. De producirse, esa votación será el 16 de marzo. Mientras tanto, el padre de los chicos de oro del baloncesto seguirá estudiando la ciudad.