Marcha atrás en la operación para ceder por 50 años el codiciado edificio de Prado 30, ocupado hasta hace unos meses por La Ingobernable, a una fundación vinculada a Gallardón para construir un museo judío. El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha anunciado que el Ayuntamiento ha archivado el procedimiento porque “no se han cumplido los requerimientos de documentación” que se exigieron a la Fundación Hispano-Judía. “Entendíamos que este proyecto encajaba en esas premisas y en ese edificio, pero desgraciadamente no se nos ha aportado la documentación justificativa y, por tanto, damos por resuelto este asunto”, ha explicado el regidor en un desayuno informativo organizado por Europa Press.
En febrero, el propio Martínez-Almeida avanzó que la cesión sería de “forma inmediata”, pese a que la entidad no había presentado su plan arquitectónico para el edificio ni tampoco su proyecto museístico. La operación se hizo pública sin atar estos cabos, que se dijo que se cerrarían en las siguientes semanas. La Fundación Hispano-Judía es una entidad sin ánimo de lucro que presidió el exministro de Justicia y exalcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, y que tiene como primer objetivo en sus estatutos la apertura de un museo judío.
La cesión fue polémica. No solo porque el Ayuntamiento de Madrid había ordenado el desalojo del centro social autogestionado La Ingobernable de ese inmueble tres meses antes, sino por la vinculación política entre José Luis Martínez-Almeida y Alberto Ruiz Gallardón, ambos del Partido Popular y porque el alcalde había prometido en campaña electoral convertir el edificio en un centro de salud. Tras anunciarse el nuevo uso, el alcalde de Madrid acusó de “antisemitismo” a quienes se opusieron al acuerdo, finalmente frustrado. Aquel desalojo, además, ha sido declarado ilegal recientemente por la justicia dado que el proceso se puso en marcha cuando el inmueble aún estaba cedido a la Fundación Ambazs en otra operación, impulsada en este caso por la excalcadesa Ana Botella, que también fue un fiasco. “Igual que anunciamos el proyecto porque nos parecía adecuado, según los datos que teníamos en ese momento, ahora no lo es”, ha zanjado este viernes el regidor, cinco meses después.
El futuro del inmueble, ubicado en el enclave privilegiado del Paseo del Prado de Madrid, vuelve a ser un interrogante. El edificio lleva ocho meses tapiado y ha sido objeto en los últimos años de al menos dos cesiones fallidas. Ana Botella selló durante su mandato un acuerdo para ceder el espacio a la Fundación Ambasz por 75 años. Pero la entidad nunca desarrolló su proyecto, un museo de arquitectura, y Manuela Carmena, la siguiente alcaldesa de Madrid, decidió romper el contrato para recuperar el edificio en 2018. Entonces, el inmueble, abandonado durante años, ya estaba ocupado sin título legal por el centro autogestionado La Ingobernable, que empezó a realizar actividades gratuitas en él. La decisión tuvo un coste de 1,4 millones para el erario público. Era el precio a pagar por extinguir el acuerdo. El segundo fiasco tiene el sello del actual equipo de Gobierno.
El alcalde no ha aclarado si hay planes inmediatos para dar uso al inmueble. “Estamos abiertos a otro tipo de proyectos que se han presentado ya”, ha dicho Martínez-Almeida sin concretar ninguno de esos proyectos, que asegura que el Ayuntamiento quiere “un proyecto de dimensión internacional, de relevancia cultural extraordinaria”.