Este es el Plan para el Ayuntamiento de Madrid que Manuela Carmena pactó con Montoro
Un nuevo presupuesto para 2018 con una crisis de Gobierno bajo el brazo. Estas son las cuentas que ha tenido que reformular el Ayuntamiento de Madrid para lograr el visto bueno del ministerio de Hacienda y desbloquear así las obras paralizadas por toda la ciudad. En el Plan Económico y Financiero (PEF) al que ha tenido acceso eldiario.es se puede ver donde el equipo de Manuela Carmena ha tenido que emplearse. El capítulo 6, el de inversiones reales, se reduce respecto a la previsión de ejecución de 2017 en 95 millones de euros.
Este es el recorte que reflejan las cuentas pero que unos y otros defienden o atacan con diferentes puntos de vista. El cálculo está hecho sobre la ejecución prevista y no sobre lo presupuestado. Ya en 2016 solo se pudo ejecutar el 77% del presupuesto en inversiones y el equipo de Carmena ha apostado por hacer los cálculos sobre lo que realmente se ha podido gastar y no sobre las cifras en el papel que finalmente no se han podido cumplir en muchos casos por falta de medios materiales y en otros por mala previsión.
Sin embargo, Eduardo Garzón, asesor hasta ahora del que era concejal de Hacienda Carlos Sánchez Mato, cree que lo correcto es comparar dos magnitudes iguales, esto es, presupuestado sobre presupuestado, en cuyo caso el recorte se dispararía hasta los 500 millones de euros. Garzón defiende la necesidad de presupuestar con holgura para poder tener el margen suficiente para poder finalizar las obras y solicitar los créditos necesarios en los ejercicios en curso y de hacerlo sobre el gasto financiero total.
Con todo, el presupuesto global del ayuntamiento crece, tirado por las partidas de gastos de personal y gastos corrientes. Estas dos partidas crecen en casi 180 millones de euros, de nuevo sobre lo realmente ejecutado.
En 2016 hubo un importante incremento en el capítulo de inversiones, donde se gastaron 380 millones de euros por la compra de un inmueble (Alcalá, 95) y por los pagos de varias sentencias. Este gasto se considera extraordinario y ya en 2017 se rebajó la partida en inversión a algo menos de 200 millones de euros.
Hay dos puntos claves para entender este recorte de 95 millones de euros en inversión. Por un lado, el equipo de Carmena cree que se pueden recuperar por la vía de los IFS, Inversiones Financieras Sostenibles que se añaden al presupuesto inicial cuando los ayuntamientos tienen superávit (como es el caso de Madrid) esta cifra a lo largo de 2018. Una suerte de “atajo” para mejorar las cuentas municipales.
Garzón no es tan optimista porque recuerda que el marco legal para solicitar estos IFS son los Presupuestos Generales del Estado que como pronto estarán aprobados en marzo de 2018. Además, dice que no todas las partidas tienen cabida en estos IFS, solo las que cumplen requisitos muy concretos.
Por otro, en la balanza pesaba que las inversiones ahora paralizadas no se perdieran al lograr con el pacto con Hacienda que decayeran las cautelares (hoy mismo) y que se pudieran reiniciar los trabajos. Esto es lo que les ha hecho decantarse por esta opción que sobre el papel puede suponer al fin y al cabo perder menos. Desde el ayuntamiento cifran los IFS paralizados en alrededor de 275 millones de euros, muchos de los cuales eran obras ya muy avanzadas y otros proyectos fáciles de tramitar como compras de autobuses para la EMT.
Pero quedan pendiente una importante cifra que aún no ha comenzado el proceso contable y que es lo que desde el anterior equipo de Hacienda creen que se va a perder. Son obras de montantes no muy importantes, tipo un carril bici de 5 millones de euros y que deberían obtener los permisos necesarios antes del 29 de diciembre. Desde el Ayuntamiento dicen que hoy mismo han dado la orden a todos los departamentos de que se pongan a trabajar “como locos” para lograr sacar estos proyectos y han reforzado el área de Intervención.
El ayuntamiento reconoce que algo se perderá pero esperan que sea lo mínimo posible. Garzón es mucho más negativo y cree que “como mucho se recuperarán dos o tres millones” de los 120 millones que calcula que están en esta situación tan incipiente.