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Ayuso presume de diálogo con la oposición tras pactar con Vox tumbar todas las enmiendas a los presupuestos

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, con la líder de la oposición y portavoz de Más Madrid en la Asamblea regional, Mónica García.

Fátima Caballero

24 de enero de 2022 21:56 h

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Isabel Díaz Ayuso ha arrancado la semana con una ronda de consultas con la oposición que está utilizando para presumir de que es una líder que tiene en cuenta a la oposición, la escucha y atiende a sus “preocupaciones”, a diferencia de lo que según ella hace el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. “Es una ronda que suelo poner en marcha al inicio de cada periodo de sesiones y es algo que debería ser habitual en todos los parlamentos y que nos ayuda a conocer de primera mano las preocupaciones, sugerencias y aportaciones de todos los grupos”, aseguraba la presidenta de la Comunidad de Madrid este lunes horas antes de verse con sus socios de Vox, que, pese a ser la cuarta formación política en el Parlamento regional, fueron los primeros en entrevistarse con la dirigente madrileña.

Tras insultar repetidamente a los portavoces del resto de partidos desde que llegó a la sede de la presidencia en la Puerta del Sol en 2019, Ayuso lleva más de una semana presumiendo de estos encuentros que terminarán el martes con los tres grupos de izquierdas. La anterior cita que se produjo en septiembre terminó con un 'no' a todo por parte de Ayuso.

Ese intento de vender un clima de lealtad institucional y cordialidad con la oposición choca de bruces con lo que ha sido su comportamiento político estos últimos años. Pasó con las cuentas autonómicas, hace apenas unas semanas, cuando se vetaron todas las enmiendas de la izquierda, y ha sucedido en casi todos los proyectos legislativos presentados por el Gobierno regional con los que la líder madrileña ha tratado de minimizar la acción de la oposición.

El pacto de presupuestos alcanzado entre el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso y la formación de extrema derecha en diciembre incluyó una cláusula por escrito en la que tanto PP como Vox se comprometieron a no aceptar ninguna de las enmiendas totales o parciales de los partidos progresistas. PP y Vox aplicaron así un rodillo en las cuentas de Madrid para no aceptar ni una sola propuesta de la oposición a sus cuentas, 3.700 medidas que fueron rechazadas por las fuerzas de derechas antes incluso de entrar a analizar su contenido.

Este modus operandi no era una novedad. Está siendo una constante por parte el Ejecutivo regional que preside Isabel Díaz Ayuso en cada propuesta que lleva al parlamento regional desde su llegada a la Puerta del Sol. Empezó en la anterior legislatura con el Gobierno de coalición con Ciudadanos –cuando se tramitó por la vía de emergencia una modificación de la Ley del Suelo hoy recurrida en el Constitucional por aprobarse con falta de quorum– y se ha intensificado en el nuevo mandato tras los comicios del 4 de mayo, en los que Ayuso multiplicó sus apoyos hasta rozar la mayoría absoluta y tras laminar a Ciudadanos. Con ese resultado, ahora solo necesita la abstención de Vox para sacar adelante sus medidas y está explotándolo.

En estos siete meses, Ayuso ha presentado varios proyectos de ley y la mayoría los ha tramitado por la vía de urgencia: la rebaja fiscal del IRPF, la eliminación de los tributos propios o el anteproyecto de la Ley Ómnibus con el que pretende eliminar o modificar más de 40 leyes han salido o saldrán adelante sin un debate previo de todos los grupos en el Parlamento regional. Este último polémico proyecto –la Ley Ómnibús– se aprobó en plenas fiestas de la Navidad y en medio de la sexta ola de la pandemia por la vía de emergencia dejando apenas diez días a la oposición y al resto de la sociedad civil para presentar alegaciones. Además, al tramitarse por la vía de urgencia, al igual que ha pasado con el resto de leyes mencionadas anteriormente, la compleja norma no pasará por comisión ni las formaciones podrán enmendar ninguno de los puntos del gran paquete de modificaciones legales que incluye.

La única norma que se está tramitando actualmente en la Asamblea de Madrid y se presentó por los cauces ordinarios fue la Ley Maestra, con la que el Gobierno regional pretender blindar la educación concertada frente a la Ley de Educación estatal aprobada en el Congreso de los Diputados por mayoría absoluta. Pero ni siquiera así, la medida ha estado exenta de la polémica por, de nuevo, tratar de mermar la participación de la oposición en el periodo de enmiendas. Según denunciaron desde Más Madrid, PSOE y Unidas Podemos, el PP torpedeó las votaciones de las propuestas de la izquierda en comisión obligando a los partidos a votar todas las enmiendas en bloque, sin ser debatidas una por una. De esta manera, de nuevo, los populares se aseguraban de que ninguna medida propuesta por las formaciones progresistas salía adelante.

De la boca “mustia” de García a la “fracasada abogada” de Podemos

A todo ello se unen los constantes insultos que ha dedicado Ayuso a los dirigentes de la izquierda madrileña. Es habitual, por ejemplo, que la presidenta madrileña profiera descalificaciones personales contra la portavoz de Más Madrid y líder de la oposición, Mónica García, en los plenos. Díaz Ayuso se refiere a ella como representante de la “izquierda caviar” y ataca incluso su vestuario y sus peinados. En plena Cámara autonómica la presidenta acusó a la líder de Más Madrid de hacerse un día “tirabuzones” para tener un “look pepero” y al otro de ir a “'perrear' a la Cadena Ser” con un habitual tono chulesco.

También desde la sede del parlamento regional, la presidenta se ha metido con la boca “mustia” de la líder de Más Madrid y ha comparado sus labios con la “curva de contagios” por el coronavirus. Ayuso ha asegurado en alguna ocasión en los foros internos del PP que hay que tener “cuidado” con Más Madrid porque son “los mismos comunistas que Podemos” pero con pinta de “pijos”. En otra sesión, la presidenta madrileña llamó a la diputada de Unidas Podemos Alejandra Jacinto “fracasada abogada” y a la bancada socialista le ha dedicado descalificaciones como “¡sinvergüenzas!”, “bolcheviques”, “delincuentes” o “mezquinos”.

El turno de la izquierda que sufre esos insultos llegará en la ronda de consultas este martes. Primero la presidenta madrileña ha preferido verse con Vox –el socio que la invistió y ha permitido que sus primeras cuentas salgan adelante– y con el PP, su formación. Desde los partidos progresistas esperan poco del encuentro aunque han preparado una batería de propuestas relacionadas con la sanidad, los fondos europeos o los servicios sociales. Su perspectiva es que, de nuevo, la respuesta de Ayuso será un 'no' a todo.

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