La comunidad de empresarios madrileños Madrid Foro Empresarial ha pedido este sábado, a través de un comunicado, la apertura de “un proceso de diálogo y estudio para la peatonalización de la almendra central de Madrid”. Y ha considerado que la “solución” al futuro de la calle Gran Vía es convertirla en una vía peatonal.
Según Madrid Foro Empresarial, no es lo mismo un “cierre al tráfico temporal como el que estamos viviendo estas Navidades”, que la peatonalización permanente de la Gran Vía, porque “la mayoría de las experiencias de peatonalización, bien planificadas y bien ejecutas, han ”contribuido a mejorar la actividad económica del área afectada“. A día de hoy, ”ningún vecino ni comerciante de calles peatonales como Preciados, Montera o Arenal, querría volver a la situación anterior“, han asegurado.
Aunque la posible peatonalización de la Gran Vía también debería servir de base para la apertura de un debate de mayor profundidad, “como es el modelo de ciudad que queremos para el Madrid del futuro”: un modelo de ciudad que debe ser más “accesible, más sostenible y más amable”.
“En Madrid existe un grave problema de calidad de aire por lo que hay que encontrar soluciones valientes. Somos partidarios de devolver la calle Gran Vía al peatón para su uso y disfrute”.
Dispositivo especial de Navidad
A las cinco de la tarde del pasado viernes día 2 de diciembre, el Ayuntamiento de Madrid puso en marcha el dispositivo especial de Navidad, que plantea cortes puntuales de tráfico en la Gran Vía en favor del peatón. El cese de la circulación de coches en una de las más céntricas arterias urbanas de la capital, se aplica al trazado completo de la avenida, que a su vez es una de las más concurridas de Madrid. Aunque los cortes no sólo afectan al tráfico en la Gran Vía, la restricción se hizo también extensible a la calle Atocha, entre la glorieta del Emperador Carlos V y la plaza de Jacinto Benavente.
La iniciativa parte del Área de Medio Ambiente y Movilidad y se lleva cabo con un dispositivo parecido al que ya se organizó en el mes de septiembre durante la Semana de la Movilidad, la denominada Celeste. Entonces, el Consistorio madrileño cortó el tráfico de la Gran Vía, el Paseo del Prado y el Paseo de Recoletos, por donde solamente pudieron circular los autobuses urbanos, coches de residentes y los taxis.