Cinco agentes de la Guardia Civil se sentarán en el banquillo acusados de detener de forma irregular a un hombre, pegarle una paliza y después falsear el atestado para que pareciera que los agredidos habían sido los agentes. La Fiscalía pide condenas de entre cuatro años y medio y diez años de cárcel para los guardias civiles por delitos de detención ilegal, contra la integridad moral y falsedad documental por hechos ocurridos en 2019 en la localidad madrileña de Majadahonda.
El escrito de la Fiscalía explica que, según la acusación pública, en diciembre de 2019 los agentes acudieron a Majadahonda por un altercado supuestamente causado por dos personas cerca de unos grandes almacenes, borrachos y supuestamente molestando a los conductores. Les encontraron poco después en una gasolinera de la localidad, donde les arrinconaron contra una pared y sin que ninguno de los dos hiciera nada, les pegaron una paliza.
Los guardias civiles pegaron varios puñetazos a uno de ellos “sin mediar previamente ninguna clase de comportamiento agresivo” por su parte, y los golpes siguieron una vez estaba en el suelo sin poder defenderse. Fue engrilletado, dejado en el suelo durante diez minutos pasando frío y acusado por la vía administrativa de desobediencia a los agentes de la autoridad. Sufrió varias lesiones por toda la cara. Uno de los agentes también sufrió lesiones pero no por golpes del detenido, sino “consecuencia del comportamiento agresivo que él mismo desplegó”.
Otros agentes de la Guardia Civil presenciaron la escena y, según la acusación, no hicieron nada para frenar la paliza. Todos ellos, además, redactaron un atestado que no reflejó la realidad: el documento afirmaba que los agentes le pidieron que no se pusiera violento mientras le cacheaban y que la víctima les golpeó, mostrando una “gran resistencia activa” que le llevó al suelo mientras lanzaba patadas. Le redujeron, según el falso atestado, usando “la mínima fuerza indispensable y proporcional”.
Hasta diez años de cárcel
Para la Fiscalía, esa “mínima fuerza indispensable y proporcional” que reflejaba el atestado fue en realidad una paliza sin motivo ninguno perpetrada por varios agentes y tolerada y falseada por el resto. El atestado llegó a un juzgado pero 20 días después la víctima denunció la agresión policial, lo que llevó a abrir la investigación contra los guardias civiles que serán juzgados la semana que viene en la Audiencia Provincial de Madrid.
La Fiscalía pide para ellos condenas que van desde los cuatro años y medio de prisión hasta los diez años en el caso más grave, por delitos contra la integridad moral, detención ilegal y también falsedad documental, este último por falsificar el atestado. Pide además que sean inhabilitados, multados y que tengan que indemnizar al afectado con 6.000 euros.
El régimen disciplinario de la Guardia Civil recoge como falta muy grave que un agente sea condenado en sentencia firme por un delito doloso relacionado con el servicio. Las consecuencias, según esta normativa, pueden llegar a la expulsión del cuerpo.