La guerra cultural de los propagandistas católicos: Carlos Baute, Andy y Lucas y el arzobispo Osoro en el escenario
Cree la Asociación Católica de Propagandistas ya desde hace décadas que el neopaganismo campa a sus anchas por una sociedad secularizada sin interés por el hecho religioso cristiano. Como las iglesias se vacían, la asociación ha aprovechado que acaba de terminar la Semana Santa para salir a la calle a evangelizar a la manera contemporánea con un festival musical en plena Plaza de Cibeles. “¿Hemos delegado nuestra presencia pública, hemos cedido las plazas y ágoras en favor de ‘la cultura dominante’?”, se preguntaba el presidente de la ACdP, Alfonso Bullón de Mendoza, en declaraciones citadas en una nota de prensa publicada por la propia asociación en su página web.
La respuesta es que sí, y que urge “testimoniar de qué forma el acontecimiento cristiano es la respuesta más verdadera a las exigencias humanas”, así como “acompañar a las personas para que verifiquen en la vida la propia fe”. El testimonio se ha expresado, en este caso, en una actuación del cantante venezolano Carlos Baute y los españoles Andy y Lucas, precedidos de grupos de pop y rap cristiano de gran popularidad en las redes sociales de los jóvenes que van a misa a menudo.
La celebración, con entrada libre, resultó un éxito de público y organización, con solícita colaboración del Ayuntamiento de Madrid, que accedió a cerrar el Paseo del Prado y desplegó a numerosos efectivos de policía local, Samur Social y Emergencias. Pero el problema de las acciones evangelizadoras como esta es que convocan casi exclusivamente a los ya evangelizados; por ejemplo, dos monjas y un fraile de hábito que esperaban sentados en un bordillo de la acera, junto a las marquesinas del autobús, a que empezase el espectáculo, junto a familias con tasas de natalidad ampliamente superiores a la media estatal y abuelos dispuestos a hacer un esfuerzo por Jesús.
También había parejas solas, como Rafael y María Eugenia, ya no tan jóvenes. Explicaba él: “Están muy bien este tipo de eventos, sin molestar a nadie”. Decían que les gustaba el ambiente familiar, pero admitían que no eran especialmente fanáticos de Grilex, rapero evangelista que abrió los conciertos. “Vamos mucho al Wizink, somos más de Hombres G o Los Secretos”, explicaba.
Grilex arrancó tras ser presentado por Ignacio Conesa, alias ‘Nachter’, humorista de humor blanco muy seguido en Tiktok, acompañado de su hermano Mario, cuyo nombre de guerra es Marius Lekker. “¡Que se note que Jesús ha resucitado!” había dicho para empezar Nachter, en línea con los mensajes de la marquesina que en lo alto del escenario iba deslizando frases inspiradoras. “Muerte: ¿dónde está tu victoria?”, retaba el marcador.
Pecadores a la fuga
Se trataba de celebrar que “Jesús ha resucitado”, pero como si realmente se hubiese muerto la semana pasada, hubiese ascendido a los cielos el domingo y a todos los presente les hubiese cogido por sorpresa. “El que cree en mí cuando haya muerto vivirá”, continuaban los mensajes aleccionadores, pero para entonces Patricia y Manuel, que se había acercado a Cibeles atraídos porque habían oído que había “unos conciertos”, ya habían huido espantados, pues rondan los 40 años y viven en pareja desde hace una década sin comunión ni misa. Grilex cantaba poco después que “si no vales pa’ servir, no vales pa’ vivir”, sentencia que no hay que entender como una defensa de la esclavitud, sino de la sumisión al Altísimo.
Subieron al escenario los Hakuna, grupo cristiano patrocinado por el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro. “Gracias a todos, gracias a la policía”, saludaba la cantante entre canciones. Luego subió el propio Osoro, que rubricó: “No está muerto, ha resucitado”. Todavía faltaban la mitad de las actuaciones y las varias decenas de baños químicos dispuestos por la organización se revelaban ya excesivos; sin barras ni cerveza, la demanda fue escasa.
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