El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso prepara un nuevo plan de listas de espera sanitarias. En la campaña electoral, la todavía candidata del PP a la Comunidad de Madrid se marcó un objetivo ambicioso para la legislatura: reducir la lista para operarse, para acudir al especialista y para hacerse una prueba diagnóstica a la mitad en cuatro años. El 31 de diciembre concluyó la última estrategia, iniciada con Cristina Cifuentes, para aligerar un problema que atraviesa a la sanidad madrileña y de toda España.
El balance final tras la inversión de 80 millones de euros entre 2016 y 2019 ha sido parcialmente positivo solo en la lista de intervenciones quirúrgicas. El tiempo medio para una operación ha caído en casi cinco días (de 55,4 a 51,7), son menos las personas que esperan más de seis meses para entrar en el quirófano (de 79.444 a 78.663) y además los pacientes que más esperan (de 180 días en adelante) se han reducido casi a la mitad en el último año.Sin embargo, hay otras dos listas menos mediáticas pero fundamentales para el funcionamiento del engranaje de la sanidad con resultados menos halagüeños: las pruebas para diagnosticar y las consultas externas.
El número de pacientes que esperan más de tres meses para tener una cita con el especialista y para hacerse una resonancia o una ecografía, pruebas imprescindibles para después acudir al experto, se han disparado en los últimos tres años. Es la peor parte de las listas de espera.
En el primer caso, la cifra ha crecido un 60%: en diciembre de 2016 había en esta situación 98.098 personas y ahora son 156.251, según los últimos datos publicados por la Consejería de Sanidad. En el segundo, el porcentaje de ascenso alcanza el 87%. El año 2019 terminó con 68.783 pacientes que llevaban esperando su prueba desde hacía más de 90 días. En 2016, había 36.738 en esta misma situación.
Fuentes de la Consejería de Sanidad admiten que las cifras no son buenas, pero insisten en que “hay que mirar la demora media” como termómetro de cómo ha mejorado el sistema. Si nos vamos a las cifras oficiales, el resultado es positivo en las consultas externas porque la espera de media se ha reducido de 48 días a 40. Pero empeora en cinco días en las pruebas diagnósticas: si en diciembre de 2016 la demora era de 47 en la misma fecha de 2019 sube hasta 53. Ninguna mejoría. La cartera de Sanidad insiste, con todo, que la espera quirúrgica es la menor de España, si se compara con otras comunidades autónomas.
Los buzones de los hospitales se llenan, con estas cifras, de reclamaciones. Como la de un enfermo de bronquitis crónica cuyas revisiones se han recortado a la mitad de repentey obtuvo como respuesta a su queja que el retraso se debía al “incremento de pacientes”. Los departamentos de Atención al Paciente contestan a todas estas quejas con argumentos similares, por lo general, y siempre ofrecen a los pacientes cambiarse de hospital, es decir ejercer la “libertad de elección”, como modo de acortar su espera. En muchas ocasiones este cambio de centro supone una derivación a otro público pero de gestión privada que factura un extra por los pacientes que son fuera de su zona, según el sistema ideado por Esperanza Aguirre.
“Puede usted ejercer su derecho a la libre elección de especialista en el sistema sanitario público de la Comunidad de Madrid, lo que le permitirá elegir el centro que más se adecúe a su conveniencia o necesidades”, dice una respuesta a una reclamación de una paciente con bocio con una demora de más de seis meses para una consulta con el endocrino. En la misiva, el hospital público 12 de Octubre argumenta que “en determinadas épocas del año se pueden producir picos de demora superiores a los habituales”. La situación fue denunciada por la Asociación de Enfermería Independiente (AME) “No hemos encontrado ninguna patológica endrocrinológica con carácter estacional, el retraso solo puede deberse a la falta de profesionales”, aseguran.
El consejero de Sanidad, Enrique Ruiz-Escudero,ya advirtió hace casi un año que habían aumentado los pacientes “que más esperan” para ver a un especialistaen la Asamblea de Madrid. Dijo que los resultados no eran “satisfactorios” y se comprometió a doblar los esfuerzos para mejorarlos. Con el paso de los meses, la situación se ha agravado, ha terminado el plan contra las listas de espera de Cifuentes y el nuevo Gobierno se enfrenta a uno de los grandes retos de la legislatura. Nada se sabe de momento del Plan Cronos que está desarrollando el Ejecutivo. Solo el presupuesto: 70 millones de euros, según las promesas de la campaña electoral.
Las inversiones que los gobiernos de la Comunidad de Madrid han realizado en planes contra las listas de espera han estado bajo la lupa de la Cámara de Cuentas en varios informes de fiscalización porque, dice el órgano de control, se ejecutan solo mínimamente. Los sucesivos ejecutivos regionales (desde Esperanza Aguirre a Cristina Cifuentes) han invertido centenares de millones de euros en planes específicos cuyos fondos han terminado sin gastarse en un porcentaje muy alto. Entre 2011 y 2015 se presupuestaron 135 millones y solo se gastaron 74, según la Cámara de Cuentas. En 2018, el último dato disponible, sedejó sin ejecutar el 65% del presupuesto. La Consejería de Sanidad contradice al órgano fiscalizador y asegura que la ejecución en 2018 “alcanzó el 97,4%” porque se hizo “a través de los hospitales, y no de los servicios centrales del SERMAS”.