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Más Madrid se mira en el espejo de los verdes europeos en la carrera hacia el 4M

La candidata Mónica García durante un encuentro con asociaciones para la defensa de los derechos de las personas trans.

Sofía Pérez Mendoza

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El último CIS coloca a Más Madrid, con 20 escaños, como tercera fuerza política si hoy se celebraran las elecciones autonómicas previstas para el 4M. Con una candidata menos conocida que el resto —salvo el aspirante de Ciudadanos, Edmundo Bal— y una campaña enmarcada en la fotografía nacional —donde Isabel Díaz Ayuso y Pablo Iglesias se mueven con soltura—, la formación que lidera Mónica García prepara una carrera electoral a imagen y semejanza de los verdes europeos para mantener el pulso a las encuestas o, en el mejor de los escenarios, incluso ganar adeptos una vez superado el terremoto que ocasionaron los movimientos de cada partido para presentar a su candidato. El reto es complicado: la derecha consigue la mayoría en Madrid solo con los votos del 30% más rico.

La capacidad de movilización de los partidos verdes en Europa está en ascenso en los últimos años. Aunque el mayor éxito se concentra en el noroeste del continente, ha habido fogonazos en lugares puntuales del sur y del este, como en la alcaldía de Budapest. Pero el único partido netamente verde que existe hoy en España es Equo, una formación coaligada históricamente a organizaciones (o coaliciones) más grandes: primero a Unidas Podemos y ahora, precisamente, a Más Madrid. Siempre de izquierdas frente a la tradición de algunos partidos verdes europeos (alemanes y austriacos) de romper el eje izquierda-derecha y pactar con ambos bloques. Existe el precedente de Iniciativa Per Catalunya, desaparecido en 2015. Seis años después, ¿cuáles son las posibilidades de que esta formación ensanche su espacio electoral en Madrid mirándose al espejo de los partidos ambientalistas?

Para el politólogo Pablo Simón, la “política de lo cotidiano” de la que ha hecho bandera la formación en estas semanas de precampaña “se parece mucho a la estrategia de los verdes”. “Es lo que se llama la política del NIMBY (Not In My Back Yard, en sus siglas en inglés), centrada en que no tengas en tu patio un vertedero o una carretera atestada de coches. Es decir, demandas específicas y cercanas”, explica el experto, que considera que el votante urbano de Más Madrid puede responder bien a estas propuestas porque la “preocupación ambientalista es más intensa en las ciudades que en el campo”.

“Transportado a un pueblecito de Noruega, sería un éxito asegurado, pero aquí tengo dudas”, opina la profesora de Ciencias Políticas de la UNED Carmen Lumbierres, que considera que un marco “tan polarizado” puede perjudicar a Más Madrid. “Llevamos seis años de política de hiperliderazgo. Ayuso ha sido la mejor haciendo eso. Luchar contra esa apisonadora con las armas de ir barrio a barrio es la teoría política bonita, pero también una guerra desigual”, analiza. La politóloga también se muestra escéptica sobre cómo puede calar su mensaje —que no es tan claramente de clase como el de Unidas Podemos, muy por detrás en las encuestas— en una situación de fuerte crisis económica y de precariedad, frente a la opinión de Simón, que no ve excluyente preocuparse “material” y lo “postmaterial”.

La candidatura aún no ha desvelado muchas medidas de su programa electoral, salvo una ley regional contra el cambio climático, un plan de ayudas directas para los trabajadores en ERTE (200 euros mensuales), un complemento autonómico al Ingreso Mínimo Vital y una propuesta de acuerdo preelectoral dirigida al resto de partidos contra el veto parental de Vox. Pero su hiperexposición es notable: la candidata cada día tiene un acto, en el que contesta a las preguntas de la prensa y se reúne con algún sector; además de incontables conexiones en directo y entrevistas en las televisiones.

Bicicletadas y un acto para el sur

El partido prevé reservarse las propuestas de sus dos principales ejes de campaña, el ecologismo y el feminismo, para sendos actos en el penúltimo fin de semana de abril (sábado 24 y domingo 25). Dos banderas que también son fundamentales para las formaciones con las que Más Madrid comparte bloque: PSOE y Unidas Podemos. El salto de última hora de Pablo Iglesias de la vicepresidencia del Gobierno a la candidatura autonómica no ha cambiado las posiciones de ninguno de los tres partidos, aunque ha dado un fundamental balón de oxígeno tanto a Unidas Podemos como al bloque al descartarse el riesgo de que el partido morado quedara por debajo del 5% de votos y no obtuviera representación en la Asamblea de Madrid.

Para el 1 de mayo, coincidiendo con el Día de los Trabajadores, Más Madrid tiene previsto organizar un acto en Móstoles centrado en recuperar votos del sur de la región. En la memoria de los diputados y concejales están los resultados de las elecciones de 2019, en las que la formación ganó en las elecciones municipales de la capital pero no pudo gobernar tras perder un buen manojo de votos en los distritos del sur. Entre las convocatorias planeadas en esta atípica campaña, sobre la que se cierne un alto riesgo de atonía, hay también “bicicletadas” para defender una movilidad sostenible e intervenciones a través de la nueva red social Twitch.

Sin saber que las elecciones estarían tan cerca, la candidata de Más Madrid cogió vuelo durante la pandemia como referente de la oposición a Ayuso en la Asamblea de Madrid ante la actitud de perfil más bajo encarnada por el socialista Ángel Gabilondo, cuyo vídeo de precampaña ha intentado reapropiarse de ese marco definiéndole como “soso, serio y formal”. Ahora, la formación pretende explotar el carácter profesional de la anestesista y su contacto directo con la pandemia en la primera línea de batalla desde su hospital, el Doce de Octubre.

La participación es la gran preocupación del bloque de izquierdas cuyo objetivo es movilizar a los votantes que se quedaron en casa en 2019, pese a que el CIS arroja una cifra récord: el 75% de los sondeados aseguran que irán a votar en unas elecciones anticipadas, realizadas en día laborable y con el miedo al coronavirus aún muy presente.

A tres semanas de la celebración de los comicios, la izquierda afronta —rearmada por un CIS favorable que augura un empate entre los bloques pero debe ser tomado con toda cautela por los márgenes de error— un mes frenético en el que los dirigentes de todas las formaciones señalan que aún “hay partido” pese a la posición ya irrebatible de liderazgo de Isabel Díaz Ayuso. En el caso de Más Madrid, habrá que esperar para conocer algunos detalles de su estrategia, como el papel —más o menos relevante, o directamente inexistente— que jugará la exalcaldesa Manuela Carmena en la campaña.

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