Más Madrid registrará una ley para mantener el confort térmico en las aulas en plena ola de calor
En plena ola de calor, con temperaturas que rozan los 40 grados en la Comunidad, Más Madrid presentará este martes en la Asamblea una proposición de ley de aulas bioclimáticas. El objetivo es garantizar el confort térmico en los centros educativos de la región, donde en algunos se ha alcanzado esta jornada los 38 grados, y promover un uso energético eficaz en los colegios e institutos.
Más Madrid pretende con esta norma “la mejora de las condiciones térmicas y medioambientales de los centros educativos madrileños, mediante el desarrollo de determinadas actuaciones que contengan la aplicación de técnicas bioclimáticas y de energías renovables” para “garantizar las condiciones de habitabilidad y de confort térmico en las infraestructuras del sistema educativo de manera respetuosa y sostenible con el medio ambiente y con la salud laboral”, según el texto al que ha tenido acceso elDiario.es.
Aunque se trata de una propuesta que llega en plena ola de calor el objetivo es “acondicionar los centros educativos de la Comunidad de Madrid: tanto para las altas temperaturas que vivimos en días como estos de olas de calor cada vez más frecuentes e intensas como para las bajas en invierno con temporales como Filomena”, señala la portavoz del grupo Mónica García. “Mientras Madrid arde y la salud de los madrileños y madrileñas está en riesgo, Ayuso mira para otro lado desde la comodidad del aire acondicionado de su coche oficial y su despacho”, lamenta.
La ley contempla varios ejes de actuación. El primero responde a la necesidad de realizar auditorías energéticas de acondicionamiento bioclimático en los centros educativos para conocer tanto la demanda de energía de los mismos como las medidas a ejecutar en ellos. A partir de ahí, las entidades públicas titulares de los edificios donde se imparte la educación pública deberán elaborar un Plan de Acondicionamiento Bioclimático y Renovable.
Además, el texto aborda la eficiencia energética, con formación en la gestión, equipos de profesionales para asesorar a los centros y un programa 50/50, para el ahorro tanto en los propios colegios e institutos como en la administración, a partes iguales. Además, recoge la elaboración de una guía técnica para la adecuación y la rehabilitación ambiental bioclimática y el uso de energías renovables, elaborada por la Fundación de la Energía de la Comunidad de Madrid y de obligado cumplimiento. Reclama, también, el acondicionamiento con vegetación y arbolado en exteriores.
Otra de las líneas de actuación pasa por mantener la temperatura en las aulas entre 17 y 24 grados en invierno y entre 23 y 27 grados en verano, a través del uso de técnicas de construcción, materiales específicos, técnicas de gran rendimiento o el aprovechamiento de energías renovables. Precisamente, este mismo lunes, la Federación de Enseñanza de CCOO de Madrid ha denunciado que a las 10 de la mañana se habían alcanzado temperaturas de hasta 38 grados y exigía a la consejería “medidas urgentes y extraordinarias” y que “permita a los centros tomar decisiones que garanticen el bienestar del alumnado y de los equipos docentes y educativos”.
La propia portavoz de Educación de Más Madrid en la Asamblea, María Pastor, exigía conocer “qué ha hecho el Gobierno para mitigar los efectos de la ola de calor en los centros educativos y proteger así la salud de población vulnerable, como son los niños y niñas”. “El negacionismo del PP pone en riesgo nuestra salud y nuestro futuro. Lo que necesitamos no es eliminar la crisis climática de los libros de texto, sino un compromiso valiente para eliminar la crisis climática de nuestras vidas y mitigar sus efectos. Es urgente tomar medidas que nos protejan ante estos episodios y que garanticen la salud del alumnado y los docentes”, ha asegurado la portavoz adjunta.
En el pleno del pasado jueves, la Asamblea de Madrid ya debatió una propuesta presentada por este grupo para la creación de refugios climáticos en biblioteca, centros de estudios o colegios, que fue rechazada con los votos en contra del PP y Vox. El propio portavoz del PP, Pedro Muñoz Abrines, aseguró entonces que hablar de “refugios climáticos” o “emergencia climática” era utilizar un lenguaje “apocalíptico”. No obstante, los efectos del cambio climático ya se hacen notar en el incremento en frecuencia e intensidad de las olas de calor. Desde 1975, se han registrado en España 10 episodios de calor extremo, cinco de ellos desde 2011 y uno más este año. El de este mes de junio es el segundo más temprano desde que hay registros, junto con el de 1981, que también comenzó un 11 de junio.
Pese a esta negativa de la derecha a su última propuesta, la formación de Mónica García espera que la ley de aulas bioclimáticas corra mejor suerte. En 2020, la Junta de Andalucía aprobó por unanimidad una norma para “la mejora de las condiciones térmicas y ambientales de los centros educativos públicos andaluces, mediante el desarrollo de determinadas actuaciones que contengan la aplicación de técnicas bioclimáticas y de energías renovables”. “Es un ley pionera en la Comunidad de Madrid que ya fue apoyada en Andalucía por el Partido Popular. No entenderíamos que Ayuso la rechazara más que por el puro fanatismo de que la haya presentado Más Madrid”, indica García.
En el caso de la Comunidad, Más Madrid fía la financiación de esta ley a un programa plurianual de inversiones , que cubra las auditorías energéticas, las medidas correctoras, la formación del personal y la elaboración de guías técnicas. En el caso de los centros privados concertados, propone la creación de una oficina para asesorarlos en la búsqueda financiación. En un horizonte a medio plazo, desde la formación establecen el año 2030 como una meta en la que los edificios educativos tengan un consumo de energía casi nulo si siguen las medidas establecidas en esta proposición.
Según el estudio de monitorización de colegios de la Plataforma Edificación Passivhaus, los alumnos y alumnas españoles “estudian en condiciones inadecuadas de confort durante el 84% del tiempo, es decir, cinco de cada seis horas que pasan en los centros escolares”. Lo hacen, además, “independientemente de la zona climática” y tienen “periodos de tiempo muy bajos con adecuados niveles de confort y calidad ambiental interior” que oscilan “entre el 11,5% en el peor de los casos y el 20,5% en el menos malo”.
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