Más Madrid trata de zanjar la crisis por la dimisión de uno de sus ediles del Ayuntamiento de Madrid, Pablo Soto, por un supuesto caso de acoso sexual. La denuncia ante el partido (de momento no judicializada) de una militante y una investigación posterior encargada por el grupo municipal que según sus dirigentes arrojó conclusiones “contundentes” ha abierto una importante brecha en la formación que está a punto de afrontar su campaña más importante: la carrera hacia las elecciones generales.
Este despegue se ha construido sobre dos pilares ideológicos: el ecologismo y, precisamente, el feminismo. El escándalo ha tocado directamente a la línea de flotación con un concejal acusado de acoso en sus filas en el arranque de la precampaña, apenas unas horas después de que se desvelasen las listas de Más País para el 10N. A este episodio se suma la marcha de Clara Serra, el mayor referente feminista de la formación, que ha abandonado el partido con fuertes críticas a la organización por la falta de contrapesos al liderazgo de Íñigo Errejón.
La denuncia interna sobre un presunto episodio de acoso de Pablo Soto llega al partido el 30 de septiembre. Según las fuentes consultadas, desde el primer momento el plan era actuar con discreción y se decidió que el asunto se abordaría desde la dirección del grupo municipal, del que hasta este miércoles Soto era concejal.
“Es horrible y estamos a las puertas de unas elecciones. Pero no se puede pensar en eso, hemos hecho una reflexión de valores”, aseguran fuentes de Más Madrid para explicar su decisión. El partido ha rechazado intervenciones en prensa, radio y televisión durante toda la jornada para abordar el escándalo pero se ha limitado a convocar unas solo unas breves declaraciones ante los medios de la portavoz, Rita Maestre.
El informe con los resultados de la investigación, encargado a una experta externa, llegó a la Plaza de la Villa, sede de los grupos municipales, a las siete de la tarde del martes. Las portavoces Rita Maestre y Marta Higueras fueron las encargadas de analizarlo, junto a la concejala Inés Sabanés. Tanto Higueras como Sabanés están en los puestos de salida de la lista de Más País al Congreso de los Diputados.
Las tres ediles han pilotado desde el lunes, cuando se conoció la denuncia, la gestión de la crisis con la máxima “discreción”. Algunos concejales de Más Madrid ni siquiera tuvieron conocimiento de que se había activado un protocolo anti-acoso hasta el martes por la noche, cuando Soto publicó su comunicado anunciando su marcha, según explican fuentes de la formación. Otros concejales llevaban una semana escuchando “rumores” sobre el presunto episodio de acoso.
La decisión de forzar su dimisión “inmediata” se tomó el martes, en una reunión “de urgencia” de la dirección de grupo municipal. Pero la primera petición de renuncia a Soto la efectuó Maestre el día que se produce la denuncia, aseguran varias fuentes consultadas. Ante la resistencia del concejal acusado, la dirección del grupo municipal decidió esperar a tener el informe definitivo.
El martes, ya con el informe rematado, hubo otro encuentro con Soto para comunicarle la resolución del grupo. La estrategia, según fuentes de la formación, era que el concejal renunciara a su acta antes de las 22 horas del martes sin hacerlo público y que la comunicación oficial estuviera controlada solamente por la portavoz del grupo, Rita Maestre, sin que Soto ofreciera su versión.
Pero los planes se torcieron con las explicaciones inesperadas del edil que anunció su renuncia al acta de concejal en sus redes sociales y Más Madrid tuvo que improvisar una nota de prensa a rebufo de su comunicado para desautorizarlo, siempre según las mismas fuentes. “En lugar de cumplir con su palabra, hace público un comunicado con una versión de los hechos que no concuerda con la de la víctima, a la que esta dirección concede veracidad absoluta”, indicó el grupo en dicha nota de prensa.
Nadie en Más Madrid quiere valorar los comentarios de Soto sobre lo ocurrido. Varios ediles del grupo municipal aseguran que la noticia es “un shock y un drama” por sus implicaciones pero respaldan la actuación de la dirección por que “no se haya optado por ocultar”. En la formación admiten que había “riesgo” de que el asunto estallara en el transcurso de la investigación interna. La versión de la denunciante no se ha hecho pública y el informe es “confidencial”. El partido ha priorizado “proteger” a la víctima.
Los concejales han recibido la información sobre el proceso el miércoles por la mañana, como estaba previsto. Después, se ha reunido a los trabajadores municipales y, por último, Rita Maestre se ha puesto frente a las cámaras para explicar lo mismo que el partido había escrito en el comunicado: “El compromiso con el feminismo se tiene que demostrar con hechos, no solo con palabras”. “Es la vez que creo que se ha actuado con más contundencia en esta formación”, defiende un concejal, que considera que los valores feministas de Más Madrid quedan “demostrados” con la gestión de este caso. “Creo que la gente se quedará con eso, con que se actuó”, añade. En el partido respiran aliviados con que por primera vez no haya habido un cierre de filas a favor de un concejal.
Más Madrid aún tiene una decisión pendiente: si expulsa o no al exedil como militante de la formación. “Entendemos que es un proceso que habrá que ir trabajando y hablando. La principal competencia como grupo municipal es la exigencia de responsabilidades políticas”, justificó Maestre ante la prensa. Más Madrid es un proyecto político que no llega a los nueve meses de vida y aún carece de estructuras organizativas esenciales como una ejecutiva u órgano similar que tenga potestad para impulsar estas decisiones. La formación además no tiene afiliados al uso que paguen una cuota mensual, sino inscritos.
Desde Más Madrid esperan que el foco sobre este episodio se termine “cuanto antes” y poder así pasar página, después de que Soto haya presentado su renuncia al acta este miércoles. Son conscientes de que un episodio así, en una formación que ha hecho del feminismo bandera, llega en el peor momento posible, con una precampaña electoral a contra reloj y unas primeras bajas en el partido que cuestionan un discurso elaborado durante meses. Todo, a las puertas de unas elecciones claves para su líder, Íñigo Errejón.