Miles de personas marchan en Madrid para defender la sanidad pública frente a Ayuso
Miles de personas -hasta 23.000 según los organizadores- han marchado esta tarde por Madrid, desde la Plaza de Neptuno hasta el cruce entre las calles de Alcalá y Sevilla, para reclamar “una sanidad madrileña pública, universal y de calidad”, eslogan de la marcha convocada por una treintena de organizaciones de todos los estamentos sanitarios y sindicales. El anuncio reciente de que el gobierno de la Comunidad de Madrid pretende reabrir los Servicios de Urgencias de Atención Primaria (SUAP), cerrados con la pandemia, pero sin ampliar el personal, ha enardecido a los sanitarios, molestos por lo que ven como una treta que abunda en la precariedad y el exceso de trabajo de las plantillas. “Nos están metiendo un gol”, resumía Elena C., enfermera en Navalcarnero de 41 años que asistía a la marcha.
La gestión sanitaria del PP en Madrid ha vuelto a unir a colectivos sanitarios cuyas reivindicaciones no siempre coinciden. Hoy, todos iban a una. Desde celadores y auxiliares de enfermería hasta médicos participaron en una convocatoria que fue adquiriendo volumen un poco después de la hora de arranque de la cabecera, prevista para las 18h. Antes del comienzo, los grupos de manifestantes, con abundancia de batas blancas, tuvieron que convivir durante unos instantes con una marcha previa, minoritaria, de críticos con la Agenda 2030, a vueltas aún con la “tiranía sanitaria” y el rechazo a la vacuna del COVID. Hubo breves intercambios de improperios, sin mayores incidentes. Ayudó a mantener la calma la respetable edad media de los asistentes, entre los que apenas se divisaban veinteañeros que no fuesen profesionales del sector.
“Hemos pasado de ser héroes a que nos den la patada”, criticaba la enfermera de Navalcarnero, que entiende que los planes para los SUAP y los Servicios de Atención Rural (SAR) son un “trocito minúsculo”, una primera dentellada de un plan de recorte y privatización a largo plazo. “No presentan un plan, no dan nada por escrito, se filtran horarios por WhatsApp y luego resulta que se confirman”, lamentaba sobre la más reciente actuación de la Consejería de Sanidad.
El consejero del ramo, Enrique Ruiz Escudero, fue el más abucheado durante la marcha junto a la propia presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso. “Consejero, dimisión”, coreaban los asistentes, entre los que había representación del sindicato de médicos Amyts, el de enfermeros Satse, UGT, CC OO, la federación de asociaciones de vecinos y todos los partidos de la oposición en la Asamblea de Madrid: Más Madrid, PSOE y Podemos.
“Te sacan fuera del sistema”
Mientras la manifestación rodeaba la fuente de Cibeles y ascendía por Alcalá, en la esquina del Banco de España departían los médicos Marta Carmona, Álvaro Cerame y Alberto Cotillas, menores de 40, de ese subgrupo de facultativos aún relativamente jóvenes que según el consejero Escudero no se encuentran en número suficiente para cubrir las plazas que el servicio público necesita. “Te sacan fuera del sistema”, oponía Cotillas, médico de familia en Parla, y convenían los otros dos, psiquiatras en Alcalá de Henares y Madrid, respectivamente. “Si ves 83 pacientes en un día, si incumplen el estatuto de personal, si te dicen que tienes que hacer guardias nocturnas sin libranza […] Todo repercute”, señalaban, recordando que los médicos jóvenes salen de España por miles ante la precariedad y la insoportable carga laboral, que en Madrid son aún más crudas. Una “inseguridad laboral absoluta”, que no ha impedido que el anuncio sobre los SUAP haya “sorprendido a todo” el colectivo profesional, y que estos tres médicos se explican como una “herramienta electoral”.
El pelotón se fue reforzando conforme avanzaba el recorrido, y cuando la cabecera alcanzaba la calle Sevilla, la cola andaba aún por el museo del Prado. Minutos antes de las 19.30 comenzó la lectura del manifiesto, de nuevo con mención especial al consejero Osorio, quien “sin ningún complejo […] considera que la contratación de un seguro privado es una buena decisión frente a la imposibilidad de que una persona pueda ser atendida en el sistema público en un tiempo razonable”. El subsiguiente abucheo fue generalizado.
Las reivindicaciones de los manifestantes se resumen en 17 puntos que pasan por la transparencia presupuestaria, el refuerzo urgente de la atención primaria y el fin de las privatizaciones, entre los más urgentes, con el fin último de una reforma legal que revierta el modelo de atención médica del PP, prácticamente desde que la competencia sobre la Sanidad se transfirió al gobierno regional.
59