Mónica García era la candidata menos conocida del debate. Su equipo lo sabía y ha intentado hacer de esa debilidad su virtud desde el primer minuto. “Soy Mónica García, médica y madre de tres críos”. Con esta presentación, García, novata en este formato televisivo, ha puesto los cimientos en prime time del perfil que pretende explotar en la campaña para diferenciarse del resto, seguir arañando votos de un PSOE en caída y convencer a algún desencantado de Ciudadanos.
La candidata de Más Madrid se ha mostrado ante los telespectadores como una persona normal. Una profesional más de la sanidad pública madrileña, una madre más. “El ejercicio de la medicina no está tan lejos del ejercicio de la política. Se necesita responsabilidad, vocación y empatía”, ha resumido dirigiéndose a “Nicolás, Pablo y Rosita”, sus tres hijos, mirando a cámara.
García entró en el plató sorprendida por la coincidencia con Ayuso en el modelo elegido para la ocasión. Chaqueta roja y camiseta blanca. No buscaba la polarización ni la confrontación ruidosa con su 'gemela' inesperada sino más bien mostrar su modelo alternativo con propuestas y datos. Esa era la teoría.
Según lo esperado, la candidata se ha desenvuelto con soltura en el primer bloque temático, dedicado a la pandemia, en el que todos los partidos se han lanzado contra la gestión de la Comunidad de Madrid mientras Ayuso repartía a diestra y siniestra -“usted se adueña de los hospitales, utiliza a la sanidad pública como si fuera suya”- y Rocío Monasterio (Vox) aseguraba, ante la perplejidad del resto de candidatos, que le había enseñado a la médica lo que era la Covid-19.
En sus intervenciones ha desgranado una “renta de cuidado” de 500 euros para los progenitores que tengan que reducir su jornada laboral, la contratación de 16.000 docentes o “una ley de cambio climático más ambiciosa” que la recién aprobada en el Congreso. Pero también ha recuperado el tono más incisivo propio del debate parlamentario con la presidenta, que la aupó como voz de la oposición en la Asamblea de Madrid en la pandemia. “La receta de 25 años de PP ha sido pelotazos urbanísticos, degradación de los servicios públicos y el programa apadrina a un millonario”, ha ironizado en referencia a las políticas fiscales impulsadas por la formación conservadora.
Más Madrid asumía el debate como una oportunidad para que los votantes menos movilizados y los indecisos conocieran a su candidata. De esta cita, los ideólogos de la campaña esperaban, además de poner su cara entre las opciones electorales, conseguir atraer a electores “poco ideologizados” que pudieran hacer crecer sus apoyos sin comer demasiado a sus adversarios de bloque. Por eso, García ha dejado abierta la posibilidad de pactar con Ciudadanos para sacar a Ayuso de la Puerta del Sol y tener “un gobierno decente”.
García no quiere cerrar ventanas de oportunidad, pese a que mostró su preferencia por un pacto a semejanza del Botanic, con PSOE y Unidas Podemos con una alusión explícita y trató de no entrar en los conflictos, replicados por sus roces en el Gobierno estatal, entre sus dos adversarios de bloque. Tampoco para interpelarlos positivamente, como sí hizo Ángel Gabilondo con ella y también con Iglesias con el objetivo de mostrar la unidad de la izquierda en la recta final de la carrera electoral.