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Almeida se echa al monte

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, interviene durante un pleno ordinario en el Ayuntamiento de Madrid, en el Palacio de Cibeles

Carmen Moraga

Madrid —

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El endurecimiento del discurso que ha impuesto Isabel Díaz Ayuso en su oposición al Gobierno de Pedro Sánchez no solo ha arrastrado al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, sino también al alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, que se ha echado al monte. La lapidaria frase pronunciada por el regidor madrileño durante su intervención en el Pleno del Ayuntamiento de Madrid, “Hamás son los nuevos mejores amigos de Pedro Sánchez”, mientras blandía una foto del grupo terrorista palestino, cayó como un misil en la bancada del PSOE.

El alcalde acusó a los socialistas de tener un “modelo de convivencia” que “pasa por aliarse con los herederos de ETA, pasa por aliarse con los golpistas que incendiaron las calles de Barcelona y ahora pasa por que Hamás haya definido a Sánchez como su nuevo mejor amigo”.

Aunque los grupos de izquierda municipal están acostumbrado a que Almeida lance todo tipo de exabruptos contra Sánchez creen que aquel día traspasó los límites “tolerables” asumiendo el mismo discurso que Santiago Abascal y la extrema derecha contra el presidente del Gobierno.

Con su subida de tono Almeida no hace nada más que seguir la misma senda que está marcando en el PP la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, cuyo incisivo discurso contra el Gobierno central y el líder del PSOE raya en muchas ocasiones en el insulto, como demostró en la tribuna del Congreso el día del debate de investidura del líder socialista. Ese día, fue pillada en la tribuna de invitados musitando un 'hijo puta' contra Sánchez por sacar a relucir en su discurso el caso de las supuestas comisiones millonarias cobradas por su hermano por la venta de mascarillas a la Comunidad de Madrid.

Tras aquel episodio la presidenta madrileña acuñó la frase “me gusta la fruta” en un irónico intento de enmascarar el insulto a Sánchez. La broma se ha convertido en el 'grito de guerra' de su partido contra el PSOE y ha sido secundada por el alcalde madrileño en varias ocasiones, recomendando a sus rivales políticos de la izquierda que “tomen fruta”. La última vez, en el polémico Pleno de Cibeles.

La recomendación se la hizo el regidor madrileño a la portavoz del PSOE, Reyes Maroto, que momentos antes le había reprochado su “tímida” condena a los actos violentos protagonizados por los asistentes a las manifestaciones de la calle Ferraz, sede nacional del PSOE. “Cualquier demócrata tiene que ser contundente condenando estas actitudes cercanas al fascismo pero por parte de los dirigentes de su partido y de usted mismo estamos oyendo una tímida condena”, le espetó la portavoz socialista.

La izquierda cree que Almeida ha “traspasado los límites”

En declaraciones a elDiario.es, Maroto asegura que “hay un antes y después en el discurso del regidor” y sitúa ese cambio de registro en los resultados de las elecciones del 23J tras las que el PP no logró armar una mayoría suficiente para gobernar: “Las elecciones generales han destapado a un Almeida más radical, que actúa más como un ultra de su partido”. A juicio de la exministra, desde aquel momento “el PP quedó en estado de shock. Ya se estaban repartiendo ministerios con Vox y el resultado les arrojó un cubo de agua fría. Ahora están centrados en deslegitimar la decisión de los más de 12 millones de españoles que eligieron a un gobierno progresista en lugar de un gobierno de ultraderecha y esto les está llevando a elevar el nivel de crispación social como no habíamos visto antes”, añade.

La portavoz madrileña del PSOE cree además que Almeida “aplica un trumpismo a la madrileña, escalando su discurso, enfangando, calentando el clima y alentando la crispación”. “El desprecio institucional es una constante. No hay proyecto, no hay un plan de mandato, se vale de la mayoría absoluta aplicar un rodillo y sacar adelante unilateralmente proyectos –como el de las normas urbanísticas– que van a hipotecar el futuro de esta ciudad”, lamenta la dirigente socialista.

También en Más Madrid –cuya exportavoz en la Asamblea, Mónica García, es ahora ministra del Ejecutivo de Pedro Sánchez– consideran que con sus ataques de aquel día en el Pleno Almeida “ha cruzado una línea roja”. “En realidad, este es el verdadero tono de Almeida, que necesita un discurso radical para salir en la tele, porque no tiene gestión ni nada más que contar, porque no le importa Madrid en absoluto”, asegura a elDiario.es Rita Maestre. En su opinión “no sólo es una sobreactuación política del PP, sino un auténtico bochorno, un circo”. “Con su mayoría absoluta y su tono faltón y grosero, Almeida ha convertido el Ayuntamiento en la sede del PP, despreciando y deteriorando la institución”. “Nos parece una falta de respeto institucional, pero sobre todo una falta de respeto al pueblo de Madrid”, zanja la líder de la oposición del Ayuntamiento de Madrid.

“La izquierda ha perdido los papeles al llamarme traidor, totalitario y tirano”, se había quejado ya el alcalde de Madrid, muy enfadado por las acusaciones de que no está siendo “contundente” frente a los actos vandálicos que protagonizan los hooligans de Vox. De hecho los daños derivados de los primeros altercados fueron cifrados por el alcalde en tres contenedores, cinco cubos de basura y 2.000 euros“. Una cifra que apenas unos días después, ante el incremento de la violencia, elevó a 27.000 euros.

Fúnez evita respaldar al alcalde

Las duras palabras del alcalde madrileño en ese último Pleno incluso causaron sorpresa entre los suyos ya que Almeida hasta ahora había mantenido cierta moderación a la hora de cargar contra el Ejecutivo, pese a criticar sin remilgos los pactos y acuerdos con sus aliados “separatistas” y la concesión de la amnistía a los condenados del procès.

La nueva vicesecretaria de Organización del PP, Carmen Fúnez, que estrenaba su cargo esa semana, evitaba al día siguiente de aquel Pleno respaldar las palabras del alcalde de Madrid. Durante una entrevista en TVE, Fúnez rehuía dos preguntas directas sobre la afirmación de Almeida, y optaba por limitarse a criticar el reciente viaje del presidente de Sánchez a Israel. “No hemos sido nosotros los que hemos dicho eso”, replicó, recordando que había sido “Hamás los que han agradecido las palabras de Sánchez. Lo ha visto toda la UE y la comunidad internacional. Es grave que una organización terrorista te felicite”, añadió.

Repreguntada sobre las palabras exactas de Almeida y sobre si ella las pronunciaría, Fúnez volvía a evitar de nuevo defender al alcalde para reiterar que “Sánchez visita Israel y Gaza” con el resultado de que “una organización terrorista le felicita”.

Lejos de retractarse, Almeida insistió este jueves en que Sánchez es “aliado en el ámbito de la opinión pública respecto de la guerra que inició una banda terrorista contra un Estado de derecho como es Israel”.

Almeida se olvida de sus promesas de “participación”

Mientras tanto, la oposición en el Ayuntamiento de Madrid está comprobando cómo las buenas intenciones de “diálogo y participación” que el alcalde anunció el día de su toma de posesión se han quedado en papel mojado. El regidor madrileño está aplicando su rodillo de la mayoría absoluta, primero para aprobar las nuevas normas urbanísticas y posteriormente para expulsar de la Comisión de Patrimonio a los grupos e impedirles hablar en los actos del día de la mujer, lo que le valió severas críticas de Más Madrid y PSOE. E incluso de Vox, cuyo portavoz, Javier Ortega Smith ha enviado una carta al alcalde, José Luis Martínez-Almeida, en la que le exigen que pare el “apartheid institucional” al que ha sometido a los demás grupos del Ayuntamiento.

En su misiva el portavoz de extrema derecha le pide que “por respeto”, no se les excluya de actos y asuntos institucionales “de forma injustificable”, como el celebrado con motivo del Día Internacional contra La Violencia de Género, del 25N, en el que por primera vez no se dejó a los portavoces intervenir. O la exclusión de la Comisión de Patrimonio Histórico a la que hasta ahora los grupos siempre habían acudido con voz pero sin voto: Tampoco han participado en el encendido navideño, que tuvo lugar en la Puerta del Sol, ni les han pedido opinión a la hora de designar a los integrantes de la comisión que ha sido elegida para poner en marcha la Ley de Capitalidad.

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