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Referéndum en el taxi de Madrid

Foto de archivo de las protestas de taxistas en Madrid.

Víctor Honorato

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Un referéndum de varias asociaciones del sector del taxi que representan a la mayoría del colectivo intentará esta semana poner fin al desencuentro permanente de la mayoría de los taxistas de Madrid con el gobierno regional, que sigue sumando capítulos. El último, a cuenta del nuevo reglamento del taxi, que acerca la regulación del sector a la de los vehículos de transporte con conductor (VTC) y toca tres puntos que para los conductores son líneas rojas: liberalizar horarios, aumentar el número de licencias por empresa hasta 50 y desregular las tarifas.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, defiende que los taxistas facturarán más y se crearán más empleos. Los taxistas anticipan una competencia de todos contra todos que supondrá “perder la dignidad” de la profesión, según critica Jesús Fernández, vicepresidente de la Federación Profesional del Taxi de Madrid (FPTM), que reúne aproximadamente al 60% de los taxistas. “En los años 40 uno iba a Atocha y al que estaba esperando lo recogía. ¿Queremos volver al regateo?”, protesta Fernández, que cree que la Comunidad de Madrid desregula y viene a equiparar los taxis madrileños con los de “países en vías de desarrollo”. Que las licencias por empresa pasen a medio centenar supondrá la “desaparición” del clásico taxista autónomo.

La mayoritaria FPTM y la más pequeña Asociación Élite-Taxi rechazan la norma anunciada, pero sí la aceptan otras dos organizaciones, la Asociación Gremial de Taxi de Madrid y la Asociación Madrileña del Taxi, con una representatividad que ronda el 30%. 

Como el consejero de Transportes, David Pérez, se escuda en esta división para no ceder, de entrada, en sus propuestas, la FAPTM, Élite y otras entidades menores prevén organizar un referéndum, que se celebrará el jueves y el viernes, en el que se exprese un sentir mayoritario que permita presentar un frente común. “Tenemos datos de una encuesta de diciembre que son abrumadores: los que están en el colectivo abogan por la regulación, si no sería un todos contra todos; no me pueden poner a competir contra una multinacional, Uber me borra de un plumazo, es como si el chino del barrio compite con El Corte Inglés”. En este momento hay en Madrid unos 16.000 taxistas, por algo más de 8.000 licencias VTC.

Los pesares del taxi no se pueden desligar, precisamente, de la situación de los VTC, cuyo auge a raíz de la entrada en juego de plataformas informáticas como Uber y Cabify puso el sector patas arriba hace una década. Los conflictos se sucedieron con el PP y el PSOE en el gobierno estatal hasta el llamado decreto Ábalos, que estableció en 2018 un plazo de cuatro años para que los VTC dejasen de hacer trayectos intraurbanos, con el encargo posterior a las comunidades autónomas de legislar ellas, manteniendo una proporción en la concesión de licencias de una por cada 30 de taxi. Transcurrido el periodo, Madrid ha sido la comunidad más benévola con los VTC. Aprobada en lectura única en junio gracias a PP y VOX, y a falta de reglamento, la ley consagra los trayectos intraurbanos como se venían realizando hasta ahora, solo con la limitación de esperar en paradas y buscar clientes activamente. La FPTM ha recurrido la norma ante el Tribunal Constitucional por invadir competencias municipales.

Embrollo judicial

El combate jurídico se extiende también por los tribunales ordinarios. Si ahora la CAM anuncia un nuevo reglamento es porque el anterior fue anulado en 2021 por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Aquel reglamento se había modificado sensiblemente después del trámite de exposición pública para permitir que las personas jurídicas fuesen titulares de licencias, que se acumulasen varios permisos o autorizar que los ayuntamientos los amortizasen. Decía el TSJM que eran cambios de calado sobre los que se deberían volver a permitir alegaciones, pero el Tribunal Supremo acaba de resolver lo contrario, con lo que el reglamento previo, aprobado durante el efímero gobierno de Ángel Garrido, podría, a priori, entrar en vigor. Los taxistas mayoritarios creen que la nueva propuesta es todavía peor. Por si fuera poco, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea está pendiente de determinar si la regla de 1 VTC por cada 30 taxis conculca la libertad de establecimiento en territorio comunitario, lo que podría multiplicar de nuevo el número de vehículos vinculados a las plataformas tecnológicas.

La FPTM rechaza organizar paros de protesta en un momento en el que en las calles “se está trabajando”, pero augura conflictos si las negativas perspectivas económicas internacionales se confirman, tal y como sucedió en 2011, cuando arreciaba la crisis. Defienden que su lucha también es las de los usuarios, porque evitar que los precios fijos de trayectos de servicio público, como un traslado al aeropuerto o una carrera de madrugada al hospital por una urgencia médica, se disparen en función de algoritmos digitales. “Se está viendo en otras ciudades: en Nueva York el viaje al aeropuerto JKF ha pasado de 50 dólares a 120 [estos días el dólar y el euro cotizan casi al mismo valor]”. Aunque el prejuicio histórico sobre los taxistas los sitúa en el flanco derecho del espectro ideológico, Fernández, entiende que la Comunidad de Madrid les ha puesto “una etiqueta de 'sector podemita', no sé si buscando una espoleta”. En ese sentido, defiende: “[A lo largo de los años] le hemos reclamado tanto al PSOE como al PP”.

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