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Los sanitarios alertan sobre la situación de Madrid: “La segunda pesadilla hospitalaria ya está aquí”

Una sanitaria traslada a un paciente en la zona limpia de Covid del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.

Raúl Rejón

1 de octubre de 2020 22:19 h

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La Comunidad de Madrid lleva semanas argumentando que puede ampliar la capacidad de su sistema sanitario para rechazar la necesidad de tomar medidas más severas contra la COVID-19 ante las cifras de progresión de la pandemia. Lo repitió este miércoles una vez más para desmarcarse del Ministerio de Sanidad y negarse a aceptar el nuevo plan para ciudades de más de 100.000 habitantes. Especialmente el confinamiento perimetral de municipios que, finalmente, afectará a Madrid y otras nueve localidades de la comunidad. Mientras la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso acusa al Gobierno de estar “aterrando a la gente que ya está con miedo de ir a un hospital”, desde muchos hospitales de Madrid relatan cómo la enfermedad acapara sus recursos de forma acelerada. “Estamos al borde del colapso”, no dudan en afirmar algunos especialistas con lo que ha hablado elDiario.es. Plantas copadas, UCI superpobladas y servicios suspendidos.

Este mismo jueves, el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, ha asegurado que la situación en los hospitales está bajo control. Al iniciarse septiembre, Ruiz Escudero, utilizaba el porcentaje de ocupación hospitalaria para acusar al Gobierno de que “nunca dice que la respuesta asistencial está solo al 15%”. Ese día, Madrid tenía una incidencia acumulada en 14 días de 466 casos por 100.000 habitantes. Al acabar el mes, la situación había empeorado hasta consumir el 24,2% de los recursos. Al arrancar octubre está en el 27% como se ve en el gráfico. Las UCI superan el 41%, según la actualización oficial. La incidencia ha escalado hasta los 735 contagios por cada 100.000 habitantes. Pero el Ejecutivo de Díaz Ayuso repite que pueden poner más camas y más puestos de UCI. La cuestión es ¿con qué consecuencias?


La presión hospitalaria en cada CCAA

Comparación de la ocupación hospitalaria diaria a finales de agosto y hoy, por comunidades autónomas

Fuente: Ministerio de Sanidad


“Cada vez más plantas son COVID. La dirección quería dejar la zona norte toda limpia, pero ya son COVID todas las del ala sur, así que lo próximo es hacer sucia la norte”, cuentan desde el Hospital Clínico San Carlos, uno de los más grandes de la Comunidad. Aplican el término “sucio” porque los pacientes de coronavirus son infecciosos que deben aislarse y obligan a crear circuitos para mantener zonas “limpias”, es decir, sin el virus y así evitar contagios dentro del hospital, los denominados nosocomiales. Aunque la situación “no es como en abril”, ya se ha pasado a operar únicamente cánceres y patologías que no requieran ingreso. “Pronto se dejarán de hacer, eso sí”, vaticinan fuentes hospitalarias del Clínico, que contraponen que ahora al menos “hay bastante más material de protección”.

El Gregorio Marañón es el hospital más grande de España. Situado en la capital, allí ya se cerró una parte de los quirófanos para instalar puestos de UCI, que todavía no se han llenado. La biblioteca se clausuró para hacer obras y colocar una UVI, pero todavía no está operativa. “Está prevista para este mes”, cuentan fuentes del centro. Lógicamente, con menos capacidad para hacer operaciones, las intervenciones se han visto afectadas. “Se mantiene la oncológica y como el 40% de lo normal”, cuentan en el Gregorio Marañón. De hecho, “la cirugía no tumoral está totalmente suspendida desde hace una semana”. Con todos estos ingredientes, el sentir de los sanitarios es que “estamos al borde del colapso”. Si no se revierte la tendencia y siguen desapareciendo intervenciones, “será un drama”.

“Los responsables han dejado que esto vuelva a ocurrir”

La idea de que verse obligados a volcarse en tratar la COVID-19 es un desastre médico está extendida. En Fuenlabrada, una de las ciudades más afectadas por la segunda ola en Madrid, “estamos ya al 90%”, cuentan los sanitarios. “Intentamos mantener el resto de actividad como las consultas y los quirófanos –en contra de lo que nos recomiendan– porque vimos el desastre que supuso parar la actividad totalmente en la primera ola, pero si seguimos así, en un par de semanas habrá que hacerlo de nuevo”, describe una médica del hospital. “La segunda pesadilla hospitalaria ya está aquí. En marzo y abril vivimos una situación excepcional, y lo dimos todo: doblamos turnos, trabajamos fuera de nuestros servicios, los fines de semana, fuimos a Ifema y donde hiciese falta, y lo hicimos gratis, pero ahora, seis meses después, todos los responsables han dejado que esto vuelva a ocurrir”, expresa.

Parón de actividades y traslado de especialistas desde diferentes servicios a atender los enfermos de COVID-19 es una pauta que se repite. “Se están haciendo reuniones de preparación para recibir enfermos de COVID, incluso para los anestesiólogos”, explican en otro hospital público del sur de la región con alta incidencia, el Hospital Universitario de Móstoles. Allí, el lunes tenían la UCI al 80% (12 de 15 plazas, de las cuales, 10 eran pacientes COVID-19). El 26% de todas las camas ordinarias han sido ya destinadas a la pandemia. Para el jueves y el viernes de esta semana se han suspendido las intervenciones quirúrgicas que no sean oncológicas o de fracturas, según relatan los especialistas que trabajan allí. El centro de Móstoles ya avisó en agosto que la marea de pacientes COVID-19 subía, un adelanto de lo que ha pasado en la región hasta situarse como la primera comunidad en porcentaje de ocupación de sus recursos por enfermos con el nuevo coronavirus, como muestra el siguiente gráfico.

Se multiplican por los centros los ejemplos de cómo esta enfermedad se impone de nuevo sobre el sistema hospitalario. Este lunes, los sanitarios del servicio de paritorios en el hospital del Sureste en Arganda del Rey vieron que sus instalaciones eran cerradas a toda prisa para reconvertirlas en tres puestos de UCI. “No se avisó a los sanitarios ni a las usuarias”, aseguran. Los partos se derivan al Gregorio Marañón y el personal del servicio “se le ha colocado en urgencias por si llega algún caso imposible de derivar”, cuentan ellos mismos. Esta situación ya se vivió, recuerdan, en la primera oleada entre marzo y mayo.

En el cercano Hospital de Getafe, la UCI se ha llenado y tuvieron que usar la zona de Reanimación (utilizada para las personas que salen del quirófano) para pacientes no covid, pero, de momento, se mantiene estable. Allí todavía prestan el servicio quirúrgico, aunque médicos de distintas especialidades han sido llevados a atender pacientes con coronavirus durante las consultas. En Vallecas, ya en la capital, el hospital Infanta Leonor está lleno. Su dotación habitual es de siete camas de UCI y el 29 de septiembre atendían a 15 pacientes en cuidados críticos, según el recuento de un grupo de médicos que publica periódicamente la ocupación hospitalaria de Madrid por centros. En el servicio de guardias relatan que “parece que ha disminuido un poco el número de pacientes que va llegando”. Puede ser otro efecto de la escalada de casos: la gente empieza a evitar los servicios de urgencias o los pacientes se derivan a otros centros ante el colapso de las camas de cuidados intensivos. Mientras, la Consejería de Sanidad de Díaz Ayuso reitera que está “concluyendo la construcción del nuevo Hospital público Enfermera Isabel Zendal, que incrementará notablemente dicha respuesta asistencial”. El célebre “hospital de pandemias” al que se han destinado 50 millones de euros y que no tendrá personal asignado. El 22 de septiembre pasado, Ruiz Escudero explicó que la infraestructura está “al 40%”, aunque vaticinó que se pondría en marcha en noviembre. 30 días, como mínimo, que en la evolución de la COVID-19, como ha demostrado la propia pandemia, son muchos.

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