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Urbanismo con visión de género: cómo hacer las calles de Madrid más seguras para las mujeres

Dona sola per carrer.

Belén Remacha / Fátima Caballero

El Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, Habitat, habla de la importancia de implementar medidas encaminadas a pensar el urbanismo de las ciudades con perspectiva de género: “La falta de seguridad y movilidad es un serio obstáculo para alcanzar la igualdad de género en la ciudad, en la medida que limita el derecho de las personas a participar plena y libremente como ciudadanos en sus comunidades”.

“Incluso una farola tiene género, y es política”. La frase es de Francisca Jiménez, una de las agentes del área de Equidad encargadas de realizar el primer informe de Impacto de Género sobre unos presupuestos del Ayuntamiento de Madrid. Se trata de un análisis, elaborado junto al área de Economía y Hacienda, de las políticas de gasto previstas para el año 2017 teniendo en cuenta “la socialización diferenciada y jerarquizada de hombres y mujeres” que genera situaciones de desigualdad entre la ciudadanía de la capital. 

La Policía municipal de Madrid detuvo o investigó en 2016 a 41 hombres por delitos relacionados con abusos sexuales a mujeres. En lo que llevamos de año, ya ha habido siete casos. Fuentes del área de Seguridad del Ayuntamiento de Madrid recuerdan que estas cifras no recogen el total de estos delitos en la capital puesto que las competencias en esta materia recaen en la Policía Nacional, por tanto “estos datos no son ni mucho menos representativos de la realidad de machismos y agresiones en la ciudad”, advierten estas mismas fuentes. 

En la provincia de Madrid se produjeron 237 agresiones sexuales con penetración en 2014, según los últimos datos de los que dispone el Ministerio del Interior. Cabe destacar que el departamento ministerial solo cuenta las violaciones con penetración, por lo que el dato de agresiones a mujeres se estima mucho más elevado.

Manuela Carmena anunció el pasado miércoles la creación de una concejalía de Igualdad en el Ayuntamiento de Madrid que dependerá de la todavía delegada de Cultura, Celia Mayer, una promesa electoral de Ahora Madrid que llega en el ecuador de la legislatura. Hasta ahora, las competencias en materia de género quedaban difuminadas en el área de Equidad, Derechos Sociales y Empleo bajo la dirección de Marta Higueras. Celia Mayer explicó que el área de nueva creación se centrará en “atajar” las violencias machistas en las que incluyó “las violencias, las agresiones y las muertes”. Después de que la portavoz del Gobierno municipal, Rita Maestre, anunciase que el Ejecutivo aumentará el presupuesto para destinar recursos a la nueva concejalía, el informe puede quedar obsoleto en favor de la igualdad. 

El informe presentado el pasado martes concluye que más de la mitad de los programas aprobados para este curso tienen impacto de género (según la metodología, importada de Suecia, conocida como el modelo de las tres R, que observa tres variables: la representación cuantitativa, los recursos, y los roles culturales). Entre las medidas recibidas favorablemente por el informe, están facilitar el acceso de mujeres al cuerpo de bomberos, las relaciones dentro del pleno o la utilización de lenguaje no sexista.

Mejor alumbrado y mejor transporte

Pero también hay aspectos más sutiles relacionados con el desarrollo urbano que recaen directamente sobre la seguridad de, especialmente, las mujeres. El informe destaca las iniciativas en este sentido que inciden en las desigualdades entre hombres y mujeres en su desarrollo en la ciudad. En este bloque hay dos medidas destacadas: la mejora del alumbrado público y del transporte.

En el informe se valora que el refuerzo y mejora del alumbrado público y de la vigilancia en túneles se ha realizado con perspectiva de género con criterios de “accesibilidad, movilidad y de percepción de la seguridad”, “que no es igual para mujeres que para hombres”, resalta Jiménez.

Hacer las vías más seguras contribuye “a que la mujer se mueva con la misma libertad que el varón y a prevenir la violencia de género, pero no solo eso: también a la corresponsabilidad de la distribución de tiempos y al fomento del empleo”, puesto que los trayectos a ciertos lugares de trabajo son más accesibles.

Las zonas de la ciudad en las que se van a aplicar las mejoras dependen de diagnósticos previos que han valorado las necesidades basándose en aspectos como los índices de delincuencia. “Supone dos tercios del importe total de gastos de esta sección (seguridad), [...] en todos los barrios de la ciudad durante la noche”, recoge el informe.

El otro aspecto a analizar dentro del desarrollo urbano ha sido el fomento del transporte. “Por estadística, las mujeres cogen más el transporte público que los hombres, que usan más el vehículo privado”, explica Jiménez. Por ello, “las actuaciones relativas a la promoción de las actividades de accesibilidad universal, seguridad y desarrollo del transporte público fomentan en todo caso la movilidad de las mujeres”, recoge el informe.

“Hay mujeres que te dicen que les da miedo trabajar en polígonos industriales”, por lo que tanto una mejora del transporte como de la iluminación en estas zonas mejora las perspectivas laborales. “Ocurre también que si acorto los minutos en los que tengo que coger un autobús o un metro, reduzco el tiempo, mejoro la movilidad, y eso repercute en toda la ciudadanía y en la eficacia de la gestión de tiempos de actividades que todavía las mujeres siguen asumiendo más que los hombres”, como cuando se aplica en los accesos a centros escolares o centros de salud. 

Aspectos a mejorar

Dentro del desarrollo urbano del presupuesto hay varios aspectos que no han pasado la evaluación de género; de hecho, solo un 47,1% de los 714.097 euros destinados a la sección aprueban en esta materia. No tienen en cuenta esta variable la gestión urbanística, la ejecución y control de la edificación o las vías públicas. “Eso no quiere decir que no tengan perspectiva de género. Toda política pública tiene impacto de género, pero hay casos en los que no tenemos los datos”, explica Jiménez, que en este sentido incide en la necesidad de la formación en la materia de los gestores, y a posteriori, de “crear nuevos indicadores de ejecución e impacto”.

Hay que tener en cuenta que el informe de Ayuntamiento de Madrid habla de una previsión. Lo resalta Clara Sainz de Baranda, del Instituto de Estudios de Género de la Universidad Carlos III, equipo que ha participado en el asesoramiento del informe.“La perspectiva de género es diagnosticada con datos”, explica. “Si tú tienes datos de que en unas zonas hay más violaciones que en otras y en esas zonas pones más alumbrado o seguridad, beneficias a las mujeres, porque es un problema de las mujeres. Del mismo modo, como las mujeres trabajan menos en los polígonos, se ha demostrado que si mejoras el transporte llevan más sus currículums” a estas zonas industriales. 

La investigadora señala otro aspecto relacionado con el desarrollo urbano que no ha sido incluido en el informe: la capacitación. Se trata de analizar “en qué capacitas a la mujer. No solo hablamos de trabajo, también de ocio. Si hay más luz, las capacitas para salir de noche, para ser autónoma. La ciudadanía tiene que entender que a ti te pueden capacitar y no solo darte dinero, sino empoderarte, educar, volverte autónoma”, relata Sáinz de Baranda.

El equipamiento urbano es más difícil de valorar con perspectiva de género que, por ejemplo, una actividad deportiva porque no participan personas, hombres o mujeres, sino farolas, “pero justo son los que más influyen en la perspectiva de género, porque son los que más capacitan. Dan autonomía lúdica”, incide.

La clave, la evaluación

“La herramienta real para llevar a cabo políticas de género transversales son los presupuestos. No puede ser que de la mujer en el deporte solo se hable la semana del deporte, por ejemplo”, dice Jiménez. Y pone otros ejemplos que no están desarrollados en esta partida, como los semáforos: “¿Cuánto dura un semáforo? No es lo mismo que tengas 30 años y ninguna deficiencia física y puedas cruzar el paso sin problemas, que alguien con un carrito con un bebé o una persona mayor. El desarrollo urbano con perspectiva de género traslada cuestiones que tienen que ver con la reproducción de la vida”, y normalmente del cuidado se han encargado las mujeres.

Pero Sáinz de Baranda insiste en que “la clave es la evaluación” de cómo se desarrollen estas medidas, una evaluación que se producirá cuando termine el año. “Es positivo tener buenas iniciativas, pero por ejemplo, la comisión de evaluación todavía no tiene recursos”, dice. “Nuestro informe ha salido muy favorable, pero nosotros hemos evaluado presupuestos. Es un compromiso con la ciudadanía. Si se cumple un 30% de lo que se plantea ya es positivo, y abrirá una reflexión sobre por qué el otro 70% no ha sido efectivo”, explica. A pesar de ello, la investigadora se muestra optimista. “Soy creyente: ya han hecho el esfuerzo de buscar investigadores externos, escuchar, y reflexionar”, añade.

Para Sáinz de Baranda, una de las claves es que se debería poder diagnosticar “cuál es el índice de criminalidad ahora”, asignando recursos para analizarlo. “Luego habría que hacer el mismo análisis dentro de un año, y dentro de dos. El impacto se debe valorar a posteriori. Y darle tiempo: no vas a ver una acción inmediata”, concluye.

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