Almeida intenta reflotar Bicimad usando los fondos europeos cuyo reparto criticó

Diego Casado

8 de marzo de 2022 22:32 h

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El Ayuntamiento de Madrid luce pecho en actuaciones de movilidad gracias al dinero que concede el Ministerio de Transportes. Este martes presentó una potente ampliación de Bicimad (el número de estaciones y aparatos crecerá más del doble) que será sufragada en su mayor parte por los fondos de la Unión Europea para la transformación del transporte urbano. La inversión prevista es de 48,8 millones de euros, con el 61,5% (algo más de 30 millones) pagado por estas subvenciones comunitarias que reparte el Gobierno estatal entre los ayuntamientos.

De las 8.250 nuevas bicicletas que la capital comprará, más de 5.000 –siguiendo esta proporción– vendrán gracias a estos fondos, denominados Next Generation UE y cuyo reparto criticó de forma vehemente el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, con visita a Bruselas incluida. Allí indicó “que las comunidades gobernadas por el PSOE están siendo tremendamente beneficiadas” en el reparto del dinero comunitario a cargo del gobierno e Pedro Sánchez. Pero las cifras en el apartado de movilidad son especialmente beneficiosas para la capital de España, con más de 150 millones de euros en ayudas.

En la comunicación de este martes, el consistorio omitió inicialmente la información de que la ampliación de Bicimad estaba subvencionada con los fondos europeos. Varias horas después y ante la publicación de este hecho en los medios, añadió una frase atribuyendo a los “fondos FEDER” el origen de esta partida. La práctica del Ayuntamiento incumple las condiciones que deben seguir todos los beneficiarios de los fondos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR), elemento central del instrumento NextGeneration EU. El consistorio está obligado, según el MITMA, a “publicitar, comunicar y difundir los proyectos financiados”, como recoge en el Artículo 34 del Reglamento Europeo 2021/241 del Parlamento Europeo y del Consejo: “Los preceptores harán mención del origen de esta financiación y velarán por darle visibilidad, incluido, cuando proceda, mediante el emblema de la Unión Europea y una declaración de financiación adecuada”.

En el caso de la nota de prensa distribuida, el equipo de Almeida debería haber indicado el origen europeo de la financiación del proyecto, especificando el nombre del fondo con una fórmula similar a la siguiente: financiado por la Unión Europea con cargo a los fondos Next GenerationEU. Además, debería haber añadido el logo oficial del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Reino de España, afirma el Gobierno nacional.

Madrid es el ayuntamiento que acapara la mayor partida de subvenciones destinadas a la implantación de ZBE y la transformación sostenible y digital del transporte urbano, con 16 proyectos aprobados y 150.062.850 euros de ayuda, según datos recopilados por Somos Madrid. Por detrás se quedan otras capitales como Barcelona (74,8 millones), Valencia (35), Zaragoza (30,6) o Bilbao (14,6).

Los fondos cuyo reparto criticó Almeida servirán para pagar en la capital los nuevos autobuses eléctricos de la EMT, carriles bici, itinerarios peatonales accesibles, la puesta en marcha de varias zonas de bajas emisiones, carriles bus y el nuevo intercambiador de Felipe II, entre otros. Todos los proyectos tienen que iniciarse este año y estar acabados antes del 31 de diciembre de 2024, aunque para algunos de ellos el plazo finaliza la misma fecha de 2023. Este es el listado completo y la subvención reclamada:

El alcalde de Madrid no acudió a la presentación de estos fondos europeos para los municipios, a la que estaba invitado. La organizó el MITMA el pasado 23 de febrero, pero declinó asistir para explicar su plan de inversión para Madrid, informa El País. Unos días antes había pedido que el Congreso abriera una comisión “con la única finalidad de poder fiscalizar la gestión de los fondos” porque, según insistió, “los criterios de distribución no son públicos ni son objetivos”.

Fondos para revertir la caída de Bicimad

La renovación de todas las instalaciones del servicio municipal de bicis de alquiler llega en uno de los momentos más críticos de Bicimad: sus abonados han caído en picado desde la primavera pasada y el número de viajes ha vuelto al nivel de hace cinco años. Entre medias se ha perdido el interés de miles de madrileños que se dieron de alta durante la pandemia, cuando el sistema llegó a cifras de récord. La falta de bicicletas disponibles coincidió con estas cifras de abandono.

El aumento de vehículos y estaciones anunciada este martes fue recibida con el aplauso de Más Madrid, el principal partido de la oposición: “Llevamos años reivindicando la ampliación de Bicimad, por lo que nos alegramos de la noticia y de que Almeida finalmente haya entrado en razón”, apunta a este periódico la concejala Esther Gómez. “Igual ha sucedido con los fondos europeos Next Generation, que ha pasado de criticar el reparto de los mismos a usarlos, aunque lo esté ocultando en la información que está facilitando” señala.  

Más Madrid reclama un plan más ambicioso, que sirva para adquirir “más de 10.000 bicicletas” en lugar de las 8.250 previstas y asegurar así “un servicio de calidad en toda la ciudad”. También muestran su preocupación porque vaya a haber estaciones no electrificadas, “lo que puede suponer una discriminación en algunas zonas”, además de la invasión de las aceras que puede provocar la abundancia de bicis sin base fija. El documento de la licitación indica que podrá haber estaciones virtuales sin anclajes para depositar los vehículos.

Gómez reclama además “una verdadera red de carriles bici seguros y conectados que vertebren la ciudad”. En la actualidad el Ayuntamiento de Madrid prepara las obras de un carril bici en el Paseo de la Castellana y se ha comprometido en los presupuestos a crear otros en diversas partes de la ciudad. Los próximos en llegar serán los del puente de Pedro Bosch o, si se aprueba finalmente el trayecto, la conexión de Legazpi con la zona de Atocha.