La portada de mañana
Acceder
Francia se adentra en una difícil negociación para formar Gobierno
La acogida de menores migrantes pone al límite a los gobiernos de PP y Vox
Opinión - Lección de dignidad. Por Esther Palomera

El Ayuntamiento de Madrid abre expediente sancionador al Mad Cool por los problemas en su sede de Villaverde

Diego Casado

Madrid —

0

Las quejas y problemas registrados durante el Mad Cool acabarán probablemente en una sanción por parte del Ayuntamiento de Madrid. Su importe final se desconoce, pero el consistorio ya ha iniciado los trámites para imponer la multa por saltarse la normativa municipal, según adelantó este lunes el delegado de Medio Ambiente, Movilidad y Urbanismo, Borja Carabante.

“Se han producido incumplimientos por parte del promotor”, adelantó Carabante en respuesta a una pregunta de Más Madrid, antes de señalar que los agente de la Policía Municipal abrieron hasta 19 actas por mediciones excesivas de ruido durante la celebración del festival, que tuvo lugar el primer fin de semana de julio en medio de una fuerte polémica por el caos de movilidad sufrido por sus asistentes.

Por ello, el consistorio ha abierto un expediente “que finalizará, espero, en una sanción”, adelantó el delegado reconociendo problemas especialmente en la primera jornada. Con la esperanza de que la multa sirva como ejemplo y “que no se vuelvan a repetir en el futuro”.

La concejala de Más Madrid, Esther Gómez, le había echado en cara durante la exposición de su pregunta en la comisión de Medio Ambiente municipal que los niveles sonoros se incumplieran los tres días del festival en la zona de la Colonia Marconi, por encima de las cifras más elevadas permitidas por el Ayuntamiento de Madrid para ese fin de semana.

El Ayuntamiento de Madrid efectuó 37 mediciones y más de la mitad se saltaron la normativa. En concreto y según los datos a los que ha tenido acceso Somos Madrid, los incumplimientos se produjeron durante los días 6, 7, 8 y la madrugada del 9 de julio, con superaciones de más de 100 decibelios en varios escenarios y de más de 65 decibelios en las zonas habitadas de la Colonia Marconi.

“Deberían haber abierto expediente por 15 infracciones leves, dos graves y dos muy graves”, recordó Esther Gómez a Borja Carabante por los datos del Mad Cool, antes de que el consistorio reconociera que había abierto expediente por los hechos. La concejala de Más Madrid también recordó los problemas que sufrieron los vecinos: “Calles cortadas, otras colapsadas, personas caminando por el arcén de la M-45, dificultad para salir del recinto... basura y suciedad durante semanas”, relató.

Además, en Getafe se produjeron también superaciones de los niveles sonoros incluso en el interior de los hogares, según mediciones oficiales del consistorio de esa localidad. Este Ayuntamiento, en manos del PSOE, se opone al nuevo recinto de festivales instalado en Villaverde, a escasos metros de viviendas en dos barrios getafenses.

El Mad Cool anunció hace unas semanas sus fechas para el festival en 2024, que tendrá lugar del 11 al 13 de julio. Aunque de momento no ha detallado cuál será su ubicación el año que viene.

Movilidad deficiente y quejas vecinales

El nuevo recinto de festivales abierto en Villaverde vino precedido de polémicas por las prisas para su inauguración, unos planes de movilidad iniciales basados en el coche y por los problemas que han sufrido los miles de asistentes a los dos eventos que ha acogido: el Mad Cool y el concierto de Harry Styles. Los vecinos de la zona se quejaron de la “invasión” de los asistentes por las calles de la Colonia Marconi o los barrios del norte de Getafe. Incluso hubo una manifestación.

Tantos incidentes se sumaron que el Ayuntamiento de Madrid negó la licencia al tercer evento allí programado en julio, el Reggaeton Festival. Y el cuarto festival que se iba a celebrar en el recinto, el Coca Cola Music Fest, acabó trasladándose a la Caja Mágica después de las polémicas.

De momento y a pesar de las sanciones, el Ayuntamiento de Madrid no ha puesto en duda la continuidad de este nuevo recinto situado en el extremo sur de la capital, renombrado como Iberdrola Music y por el que también apostó la cervecera Mahou, comprando la mayoría de las acciones de su empresa promotora.