Claves para una fiesta maravillosa: así gesta el Madrid Popfest “el mejor fin de semana del indie español”

Aunque sea el número de la mala suerte, en el Madrid Popfest solo esperan grandes cosas de su 13ª edición. Llega este viernes 21 y sábado 22 de marzo a la ya habitual sala Galileo Galileo, corazón musical del distrito de Chamberí, en Madrid. Marco Frías y Jaime García son dos de las almas del certamen, al menos estos últimos años, ya que un festival que apuesta tanto a la renovación tiene que saber aplicársela a sí misma. “Ha sido la edición en la que más rápido empezamos a mover ficha”, dice Marco en conversación con Somos Chamberí a pocos días de que la música y el rollazo se desplieguen en el escenario. “Va a ser una fiesta maravillosa”, anticipa. Solo hay que echar un vistazo al cartel para comprobarlo.
En los dos días de programación se dan la mano proyectos asentados y bandas insultantemente jóvenes. Habituales de la escena madrileña con grupos llegados de Suecia o Estados Unidos. El punto común es una manera de entender el indie abierta pero fiel a una esencia, con proyección pero no netamente comercial. “Rica en lo estético, pero dentro del pop, que es lo que une todo. Intentamos que haya siempre algún grupo de guitarra, algún otro que gire más en torno a la elcetrónica... Al final se trata de enriquecer el horario y que no sea un cartel monótono. También es importante que sea paratiario y en general diverso no solo en lo musical”, resume Marco.
“Lo bueno del Popfest es que, al llevar desde 2011, está asentado y consolidado. Eso nos permite tener cierta estructura para llamar gente de fuera. Y además, cuando contactamos con alguien, suelen tener una idea de quiénes somos y eso ayuda. No solo nos hacen caso, sino que muchos grupos son ellos mismos los que se ofrecen a tocar”, explica Jaime.
Habla de un primer contacto que surge “como una casualidad mágica”. A veces les escriben grupos con los que estaban deseando contar pero a los que no habían llegado a contactar todavía. En otras ocasiones el proceso se da a la inversa. Marco lo aterriza todo un poco y admite que “la realidad es que también un Excel, el famoso Excel, que ayuda a organizarse”.
Porque no todo es buenas intenciones y esencialismo. Es necesario mucho y muy buen trabajo para que año a año funcione “un festival de pequeño formato sin patrocinadores, sin publicidad y casi sin presupuesto”. Así, suplen las carencias económicas que les impiden abonar a las bandas las cantidades de grandes citas festivaleras [lo cual no implica que paguen por debajo de mercado] a base “un buen trato, todas las facilidades posibles y mucha cercanía”. Marco lo ejemplifica al apuntar cómo colaboran para que las bandas llegadas de fuera de la capital puedan encandenar otros bolos en Madrid aprovechando su viaje.
En los dos días de certamen, la sala Galileo Galilei se transforma además en un pequeño mercado de discos y merchandising musical. Una faceta importante “para generar una comunidad que sigue funcionando cuando el festival se acaba, a través de gente que comparte música o dialoga en chats de Telegram”. Jaime dice que para muchas personas el Madrid Popfest “es al final un punto de encuentro o de reencuentro”. Habla de grupos de amigos de distintos puntos de España que se han conocido en el propio festival y que tienen en él su lugar de reunión anual.
Preguntados acerca de la programación de este 2025, coinciden en que es “especialmente variada”. Jaime afirma que “la parte del indie pop más clásico la representan los grupos de fuera, como Chime School [que viene de San Francisco] o Mt. Misery [de Hartlepool, al noreste de Inglaterra]”. Ve también ese “espíritu clásico”, aunque renovado a base de la juventud que dan sus 16 años, en The Cords.
Las hermanas Grace y Eva Tedeschi componen este dúo escocés. “Llevamos tocando la batería desde los seis años. Luego empezamos a tocar la guitarra poco a poco”, cuentan en declaraciones a este periódico. Reconocen que no conocían el Madrid Popfest, que fue la propia organización la que les contactó directamente a través de la cuenta de Instagram que gestiona su padre.
“No pensábamos que fuéramos tan conocidas, aunque hemos actuado en París y en Noruega”, relatan con la timidez de quien no acostumbra a atender a medios de comunicación. Unas cortapisas que dejan en las bamabalinas cuando se suben al escenario para dar lo mejor de sí mismas con su potente jangle pop, marca de la casa de la escena británica.
Esta efervescencia casi adolescente se combina con otros grupos que son “casi leyendas”, como Jaime define a AMA (que retornan después de un tiempo lejos de los escenarios) o a Papa Topo. Adrià Arbona lanzó este proyecto en 2007 y actualmente lo desarrolla con Óscar Huerta Plaza, Julia Fandos y Sonia Montoya.
“Es la segunda vez que vamos y ya conocemos a la gente que lo monta de muchos conciertos”, dice Arbona en diálogo con este periódico. “Compartimos una visión de la música y la cultura, hasta te diría que de la estética. Nos encanta que sea una cosa relativamente pequeñita, hecha con amor y prescindiendo de marcas que poco tienen que ver con nuestros valores. Es por eso que no cobramos el caché que cobraríamos en otros sitios”, asegura.
El líder de Papa Topo aprovecha para echar la vista atrás hacia una apuesta musical con la que lleva ya “más de media vida”. “He pasado de hacer una cosa en broma con cuatro cacharros a algo más currado, aunque el propósito es seguir disfrutándolo de la misma manera no me gustaría hacer lo mismo que cuando tenía 16 años. Estamos a punto de sacar un nuevo disco con Elefant Records mucho más ambicioso y complejo, con orquestación. Precisamente en el Popfest presentaremos nuevas canciones”, desgrana Arbona.
Andreas Jonsson es el último guía en este breve recorrido por el eclecticismo del Popfest. Integra, junto a Amanda Åkerman y Lisle Mitnik, la banda sueca Alpaca Sports. Su vínculo con el festival es especialmente estrecho: es el escenario donde en 2014 conoció a su esposa, la artista canaria Cristina Quesada. “Es el mejor fin de semana del indie español”, sentencia Jonsson (y lo dice a nivel general, no solo por lo especial de esa edición celebrada hace once años). Muy cercanos a la escena española ya que su sello es también Elefant Records, del festival chamberilero destacan la combinación de “bandas nuevas y grupos de toda la vida”. También que “está muy bien organizado, dan un trato muy atento y muy cálido, tanto a los grupos como al ambiente general”.
En cuanto a Alpaca Sports, cree que el nombre encapsula su espíritu: “Suena bien y es un poco mono”. Cita como clara referencia el pop británico de los años ochenta y noventa, con The Smiths a la cabeza. Se queda con dos canciones para una primera toma de contacto: Tomorrow I' ll be fine y Always On My Mind. “Esta última me encanta porque incorpora un sonido más eléctrico. Tiene el sonido de Alpacas, pero es diferente”, apostilla.
Marco no quiere acabar la conversación sin destacar a otros integrantes del cartel, y se acuerda por ejemplo de Ceretti o Matt Montero, dos audaces artistas procedentes de Argentina que actúan por primera vez en España. “Con todos los argentinos que hay en la ciudad espero que venga mucha gente a verles”, bromea. Este fin de semana en la sala Galileo Galilei demostrarán que van sobrados de personalidad, como el propio Madrid Popfest.
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