Los concursos de ideas vuelven a hacer su aparición en el urbanismo madrileño. Este verano conocíamos que el Ayuntamiento, junto con el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, convocaba uno para repensar la malasañera Plaza del Dos de Mayo. Se está celebrando ahora mismo “en base a la calidad arquitectónica, viabilidad técnica, económica y constructiva, así como a sus valores medioambientales o culturales”.
Esta misma mañana el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha ratificado desde el Ayuntamiento que la colaboración entre ambas entidades, de cara a trabajar juntos en diversos proyectos relacionados con la ciudad, seguirá adelante. El consistorio madrileño ha firmado un convenio con el COAM a tales efectos .
Al parecer, una de las plazas a intervenir será la de Colón, sobre la que habrá concurso de ideas antes de que termine la legislatura. “En reiteradas ocasiones, he dicho que eso es uno de los lugares de Madrid que hay que pensar y que hay que repensar en estos momentos, que es un lugar emblemático y que forma parte de lo que es el centro de la ciudad”, ha recalcado Almeida.
La plaza de Colón nunca parece estar conforme con su configuración. La reforma más importante se acometió en los años setenta del siglo XX, después del derribo de la antigua Casa de la Moneda, que estaba situada en el lugar de los actuales jardines del Descubrimiento. En aquel momento se creó la plaza tal y como, a grandes rasgos, la conocemos hoy.
Pero la pulsión de cambio urbano no se detuvo. En 2002 apareció la colosal bandera de España que adorna la plaza y la propia estatua de Cristóbal Colón cambió de ubicación en tiempos de Gallardón. El paisaje de la plaza ha sufrido últimamente algunos cambios también. El principal, la reforma integral de las icónicas torres de Colón. Otra, aún no se sabe si temporal, la presencia de la colosal cabeza de Julia, que pertenece a la Fundación María Cristina Masaveu Peterson. De momento, su estancia se ha ido renovando año a año. Tendremos que esperar aún para saber qué nuevas ideas surgen de la cabeza de los arquitectos para una de las plazas más emblemáticas de Madrid. En el concurso de ideas de los años setenta hay quien llegó a proponer ocuparla con un gran huevo transparente y todo.