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Enhoramala vayas, Aunque os pese y Sal si puedes, la confluencia de calles con los nombres más curiosos que tuvo Madrid

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El callejero de Madrid encierra un buen puñado de historias y de leyendas en torno al nombre de las vías que lo componen y si nos fijamos, además, en los callejeros históricos -hay calles que han ido cambiando de nombre, apareciendo y desapareciendo, mutando su configuración...- la cosa apunta a infinita. Cabe señalar que en 1840 hubo una gran remodelación en el callejero de la ciudad impulsado por el Marqués de Pontejos y muchas vías perdieron el que tuvieron originalmente al ser considerado poco menos que ridículo.

En el espacio comprendido entre la plaza de Los Mostenses y San Bernardo sólo hay en la actualidad tres calles: Antonio Grilo, Travesía de la Parada y Travesía de las Beatas; un par manzanas sobre un pequeño terreno que en el pasado reunió lo que bien podríamos considerar como el trío de calles con el nombre más curioso de todo Madrid.

El escritor, periodista y cronista de Madrid, Ramón Mesonero Romanos las calificó como las de “los extraños títulos” en el tomo segundo de su Paseos históricos-anecdóticos por las calles y casas de esta villa. Sus denominaciones fueron Enhoramala vayas, Aunque os pese y Sal si puedes.

Al parecer, el origen de nombres tan singulares se encuentra en la disputa que mantuvieron por unos terrenos, pertenecientes a don García de Barrionuevo -comprados y divididos-, Francisco de Guzmán, Pedro Ruiz de Alarcón y Álvaro Díaz.

En ellos había una parada de agua y un molino que todos los compradores quisieron incluir en el trozo de terreno que les correspondía y aunque uno de ellos propuso adoptar la decisión salomónica de demoler el molino para poner fin a la disputa, no habrían llegado a un acuerdo verbal.

Pasando los caballeros a la acción, en un alarde de testosterona, su desencuentro quedó plasmado en sentencias atribuidas a los contendientes que dieron nombre a las calles surgidas en la partición.

Estos curiosos nombres desaparecieron del callejero de Madrid de la siguiente manera: Aunque os pese pasó a llamarse Travesía de las Beatas, nombre que conserva en la actualidad. Más tarde, Enhoramala vayas cambió de nombre por Travesía de la Parada, su denominación actual y cuando en 1874 comenzó a construirse el antiguo mercado de hierro de Los Mostenses la calle de Sal si puedes pasó a ser calle Pretil Alto, vía que acabaría desapareciendo.

El callejero de Madrid encierra un buen puñado de historias y de leyendas en torno al nombre de las vías que lo componen y si nos fijamos, además, en los callejeros históricos -hay calles que han ido cambiando de nombre, apareciendo y desapareciendo, mutando su configuración...- la cosa apunta a infinita. Cabe señalar que en 1840 hubo una gran remodelación en el callejero de la ciudad impulsado por el Marqués de Pontejos y muchas vías perdieron el que tuvieron originalmente al ser considerado poco menos que ridículo.

En el espacio comprendido entre la plaza de Los Mostenses y San Bernardo sólo hay en la actualidad tres calles: Antonio Grilo, Travesía de la Parada y Travesía de las Beatas; un par manzanas sobre un pequeño terreno que en el pasado reunió lo que bien podríamos considerar como el trío de calles con el nombre más curioso de todo Madrid.