Mostenses cumple 75 años: historia de un mercado al que no quisieron en primera línea de la Gran Vía
El actual edificio de este mercado municipal fue inaugurado oficialmente el 29 de diciembre de 1945 bajo el nombre de Mercado de Santo Domingo, si bien su apertura al público fue algo posterior, en enero de 1946, hace justo 75 años, y es obra del arquitecto Carlos de Miguel, quien en un artículo publicado en la Revista de Arquitectura daba todo lujo de detalles sobre su proyecto y sobre el porqué del estilo racionalista elegido para el mismo: la forma se supedita a la función y los costes se ciñen a lo imprescindible.
Su edificación fue ordenada por Inmobiliaria Urbana S.A. y la prensa de la época le dio la bienvenida hablando de él como de uno de los mejores de España “por su acondicionamiento y modernidad”, según recogía ABC el 16 de octubre de 1945, haciéndose eco de su próxima apertura -y de la del mercado de la Guindalera- en un artículo en el que explicaba cosas como la siguiente: “Se han construido bellos puestos de pescados, abiertos todos de esquina, con grandes bandejas para exposición de los géneros. Estos puestos están dotados de luna Securit y los destinados a carnicerías y similares, con guarniciones de mármoles, que dan a los establecimientos una gran prestancia y belleza. En total se situarán: 12 tiendas, 128 puestos fijos, 65 abiertos y más de 50 bancas populares”.
Con las carnicerías y pescaderías en el primer nivel y las fruterías, hueverías y mantequerías en la planta superior, el nuevo mercado nacería también con “un magnífico bar” -situado en el primer piso del edificio de oficinas que aún hoy forma parte del mercado- y con puestos de flores en su patio interior.
A la inauguración del mercado asistió “el alcalde, Sr. Alcocer; el delegado provincial de Abastecimientos, señor Gabasa; el jefe de la sección de Abastos del Ayuntamiento, Sr. Bragado, concejales, consejeros de la Empresa propietaria y numerosos invitados, que dedicaron elogios a esta magnífica obra, modelo y orgullo de Madrid”, según dejó escrito en ABC Pedro Cuevas Zarabozo, quien apuntaba el miércoles 2 de enero de 1946 que la inauguración tuvo lugar “el pasado sábado” -29 de diciembre de 1945- pero que “la apertura al público se verificará una vez que se hayan acoplado los vendedores ambulantes de la Corredera Baja y adjudicado los puestos fijos a los distintos industriales que desean establecerse en dicho mercado”.
Aunque, tal y como hemos apuntado anteriormente, esta nueva plaza de abastos fue bautizada como Mercado de Santo Domingo, ha prevalecido el nombre de Mercado de los Mostenses, que es como se le conoce en la actualidad y que era también el nombre que tuvo su desaparecido predecesor, el Mercado de hierro de los Mostenses, situado casi en el mismo lugar, si bien algo más al sur, tocando con lo que hoy es la primera línea de la Gran Vía, la calle más moderna de Madrid de la que se quiso borrar a un mercado de alimentos que seguramente consideraban en la época poco glamouroso para el proyecto de avenida que estaba surgiendo.
Y es que, pese a lo que se suele decir, la causa de la demolición del antiguo Mostenses no fue el trazado de la Gran Vía, cuya rectitud y anchura sí se llevó por delante manzanas enteras de viviendas y hasta conventos e iglesias.
El Mercado de hierro de Los Mostenses
El Mercado de hierro de Los Mostenses era mucho más grande que el actual mercado y estaba situado, al menos parte del mismo, justo donde hoy se levanta el número 76 de la Gran Vía -el edificio de viviendas Ussía-, en cuya esquina con la calle General Mitre se instalaría el cine Velussia, más tarde conocido como Cine Azul, entre 1933 y 2005.
Así, no molestaba para la construcción del tercer tramo de la Gran Vía pero, en cualquier caso, la piqueta acabó con el mismo a mediados de 1930 (los aprovechamientos de sus restos se adjudicaron en subasta por 101.750 pesetas) y hubo que esperar 16 años para que la plaza de los Mostenses volviera a recuperar un mercado tal y como lo había hecho desde 1875, fecha en la que quedó inaugurada la majestuosa construcción de hierro y cristal del arquitecto Mariano de Calvo y Pereira que fue aquel edificio -que tuvo un gemelo en el Mercado de la Cebada y se inspiró en el de Les Halles de París- y a cuyo estreno, un 11 de junio, asistió el rey Alfonso XII.
El mercado fue construido en el mismo solar donde estuvo el convento Premostratense de San Norberto -de donde le viene el nombre- para acoger el mercado de contratación de pescado que antes estuvo en la cercana plaza de Santo Domingo y que se considera el antecedente del Mercado de los Mostenses, según se indica en la web municipal Memoria de Madrid.
El actual edificio de este mercado municipal fue inaugurado oficialmente el 29 de diciembre de 1945 bajo el nombre de Mercado de Santo Domingo, si bien su apertura al público fue algo posterior, en enero de 1946, hace justo 75 años, y es obra del arquitecto Carlos de Miguel, quien en un artículo publicado en la Revista de Arquitectura daba todo lujo de detalles sobre su proyecto y sobre el porqué del estilo racionalista elegido para el mismo: la forma se supedita a la función y los costes se ciñen a lo imprescindible.
Su edificación fue ordenada por Inmobiliaria Urbana S.A. y la prensa de la época le dio la bienvenida hablando de él como de uno de los mejores de España “por su acondicionamiento y modernidad”, según recogía ABC el 16 de octubre de 1945, haciéndose eco de su próxima apertura -y de la del mercado de la Guindalera- en un artículo en el que explicaba cosas como la siguiente: “Se han construido bellos puestos de pescados, abiertos todos de esquina, con grandes bandejas para exposición de los géneros. Estos puestos están dotados de luna Securit y los destinados a carnicerías y similares, con guarniciones de mármoles, que dan a los establecimientos una gran prestancia y belleza. En total se situarán: 12 tiendas, 128 puestos fijos, 65 abiertos y más de 50 bancas populares”.