Ahora Madrid aprueba los apartamentos de Divino Pastor 'tapándose la nariz'

El pleno del Ayuntamiento ha aprobado la conversión del antiguo edificio de la Concejalía de Medio Ambiente, ubicado en la calle de Divino Pastor 9, en un bloque de viviendas turísticas. Lo ha hecho con los votos a favor del PP y de 16 de los concejales de Ahora Madrid, uno de los cuales -el delegado de Hacienda, Sánchez Mato- se ha tapado la nariz como gesto de repulsa.

Carlos Sánchez Mato prefirió votar de este modo este cambio de uso, mientras cuatro de sus compañeros, los ediles Rommy Arce, Monserrat Galcerán, Rommy Arce, Pablo Carmona y Guillermo Zapata, abandonaron el salón de plenos para no dar su apoyo a esta resolución, que permite la construcción de 14 apartamentos turísticos en el antiguo edificio municipal, con capacidad para alojar a 84 personas.

La votación se pospuso en enero, ante el enfrentamiento vivido en el seno del Ayuntamiento, por un trámite que no se entendía por amplios sectores de Ahora Madrid. Entonces se consideró que introducir otro edificio para turistas en un barrio aquejado de claros signos de turistificación era avivar el problema. El delegado de Urbanismo, José Manuel Calvo, prometió explicar la decisión en una reunión con los vecinos. Esa reunión se produjo, se detalló la posición del Ayuntamiento y, ante las quejas de los representantes vecinales por el cambio de clase de uso del edificio, se presentaron medidas generales para frenar el Efecto Airbnb que sufre el barrio.

Divino Pastor 9 es una de las ventas más escandalosas que practicó Ana Botella durante su etapa de gobierno, en la que se perdieron hasta ocho espacios públicos, que pasaron a manos privadas. Sus cinco plantas y casi 2.000 metros cuadrados fueron “malvendidas a dedo” -apuntan a este periódico fuentes inmobiliarias- por 1,7 millones de euros. El coste para el comprador fue de 853 €/m², en una zona donde el precio medio está en torno a 3.000 €/m².

El comprador de este negocio “redondo” fue la empresa Craskí Inversiones S.L.U., que abonó la adquisición a través de la empresa de Miguel Ángel Capriles (Fernando VI 10), primo del conocido opositor venezolano Henrique Capriles. Pese a que consta que el Ayuntamiento sacó a subasta el edificio en cuatro ocasiones -bajándolo de precio en cada vez- hasta adjudicarlo a dedo, ninguna entidad inmobiliaria de la zona tuvo conocimiento de la venta. “Ese precio fue un regalo, que cualquiera hubiera podido superar de haberse hecho una venta limpia” denuncian desde Apimonteleón, agencia inmobiliaria madrileña con amplio conocimiento en Malasaña. Desde su experiencia como tasadores, el precio de venta no debería haber sido inferior a 2.000 €/m². “¿Por qué el equipo saliente ha hecho semejante regalo? ¿son unos ineptos o hay algo más?”, se preguntaba entonces la asociación vecinal Acibu.