Cánticos, huevazos y besos gays contra la manifestación neonazi en Malasaña

La extrema derecha nacional eligió la tarde del 21 de mayo para intentar una demostración de fuerza en Madrid. El lugar elegido para hacerlo fue Malasaña, un barrio ejemplo de convivencia, de vida tranquila y de población mayoritariamente de izquierdas, que había sido objetivo de las algaradas nazis en el pasado.

La manifestación, que tenía como destino la plaza del Dos de Mayo, había sido permitida por la Delegación del Gobierno de Madrid, dirigida por una exdiputada regional del PP, que firmaba la autorización a la vez que decretaba la prohibición de esteladas en la final de Copa del Rey. Vecinos, asociaciones y partidos políticos (salvo el PP) se mostraron en contra de su celebración, pero finalmente la marcha partía de Plaza de España a las 18.00.

Si la protesta pretendía mostrar el nivel de apoyo de la ultraderecha española en la actualidad, el acto quedó deslucido al ser secundado por unas 800 personas -según cálculos de este periódico- mientras que miles de personas participaban en la contramanifestación antifascista, que discurrió de Atocha a Sol casi al mismo tiempo. Si los pronazis querían provocar además altercados en medio de un barrio que rara vez registra sucesos graves, tampoco lo consiguieron, porque los vecinos no entraron en las provocaciones de los manifestantes, que enarbolaban banderas de España y del Hogar Social Madrid.

Lo que sí hicieron los vecinos de Malasaña fue mostrar su repulsa a la protesta y a sus consignas, con cánticos espontáneos en la calle e incluso con lanzamiento de huevos desde balcones y ventanas, acciones que indignaron a los ultras. Aunque la imagen de la jornada la protagonizó una pareja homosexual -David y Gregor- que se dio un beso en los labios en el Dos de Mayo ante la iracunda mirada de los manifestantes neonazis, que previamente les habían llamado “maricones y sidosos”. Mantuvieron allí su muestra de amor homosexual hasta que un agente de la Policía Nacional les retiró del lugar.

La manifestación se disolvió pasadas las 20.30, hora en la que agentes de la UIP de la Policía Nacional, con amplia presencia en el barrio, pastorearon a sus participantes hacia Plaza de España, pasando por la calle San Bernardo y bajando después por Reyes. No se produjeron incidentes reseñables en este descenso. A partir de ese momento algunos comercios de Malasaña que habían cerrado al público coincidiendo con el paso de la comitiva fascista volvieron a abrir sus persianas.

Posible delito de odio de los pronazis

Además de estos cierres comerciales, durante la protesta se vivieron otros momentos de tensión, con gritos de “Españoles sí, refugiados no” y consignas similares que están siendo estudiadas por la policía municipal, por si pudieran ser constitutivas de delitos de odio. También se están revisando por el mismo motivo las abundantes pegatinas colocadas por los manifestantes en la plaza del Dos de Mayo, en la calle Daoíz y a lo largo de San Bernardo.

Según ha podido saber este periódico, desde la organización de la manifestación se había intentado evitar por todos los medios que apareciera en la protesta simbología nazi, fascista o franquista. No permitieron banderas que no hubieran sido suministradas por los convocantes y se prohibieron explícitamente los cánticos que no partieran de la megafonía de los organizadores. Sin embargo, parece que las pegatinas se escaparon al control de la dirección del Hogar Social Madrid y pueden resultar finalmente motivo de enjuiciamiento.

Acciones judiciales aparte, vecinos, asociaciones y comerciantes de Malasaña, agrupados en la Plataforma Maravillas, quieren dar su propia respuesta a una manifestación pronazi que ha indignado al barrio. Por ello, convocan a todos los que deseen mostrar su repulsa a un Baile Sin Fascistas este domingo por la tarde en la plaza del Dos de Mayo.

“El barrio vuelve a ser de sus vecinas este domingo 22 a las 18.00: Baile sin fascistas. Apúntate, pásalo y ven a bailar #MalasañaSinFascistas”, explican en el evento de Facebook que han creado para la ocasión.