El reto de Lope: ¿Invitarías a dormir una noche a un peregrino del siglo XXI?

¿Invitarías a dormir a tu casa a un perfecto desconocido? La pregunta, convertida en auténtico reto, la lanza al vecindario Lope de Aixela. '101 noches' es el proyecto de este singular vecino, de espigada figura y atuendo más que llamativo, que lleva algo más de un año dejándose ver por nuestras calles. Lope se ha propuesto pernoctar en 101 casas distintas de Malasaña con un objetivo claro: “contactar con los vecinos del barrio, conocerlos y hablar con ellos y de ellos”.

“Necesito que me dejen un espacio donde dormir durante una noche y, sobre todo, ganas de compartir y de charlar .Tengo claro que no es fácil que alguien me acoja en su casa, pero confío en la gente de este barrio”, comenta.

La propuesta de Lope de Aixela, aunque pueda parecer que tiene un punto de locura, posee un porqué de lo más cuerdo: “Deseo promover que salgamos del aislamiento en el que vivimos, que contactemos con la parte más íntima de cada uno y que nos abramos a la cooperación y a la solidaridad. Es un reto a abrirse, a abrir puertas, y es una acción que busca crear pueblo en Malasaña. Quiero dar un toque de atención para tratar de volver a lo que antes era habitual: tomar la fresca en la calle con tus vecinos, con las puertas abiertas e, incluso, estar dispuestos a dar cobijo a algún forastero”.

“'101 noches' tiene tanto de proyecto con fin social como de proyecto comunicativo. Pienso escribir las experiencias que vaya teniendo en las distintas casas de quienes me acojan y hablar también de mis 'acogedores', si no ponen impedimento alguno. Conforme los vaya presentando al resto del vecindario, a través de mis redes sociales, estos dejarán automáticamente de ser desconocidos y pasarán a tener nombre y apellidos”, apunta Lope.

A quienes acepten el reto de Lope de Aixela, lo contacten y lo acojan por una noche en sus casas, además de formar parte de este bendito disparate, quizá tengan también como premio la posibilidad de averiguar la historia literaria que hay detrás de este mismo peregrino (y astrólogo) que recorre Malasaña en busca de quien le quiera ofrecer efímero cobijo y conversación.