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Habla Malasaña

Las familias del colegio del Dos de Mayo denuncian la inseguridad de la plaza y el “absoluto abandono de Almeida”

Restos de botellón en uno de los parques infantiles de la plaza del Dos de Mayo

Somos Malasaña

Madrid —

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El apuñalamiento muy grave de una persona este fin de semana es la gota que ha colmado el vaso para las familias del colegio público Pi i Margall, ubicado en la céntrica plaza del Dos de Mayo. El AMPA del centro escolar ha hecho público un escrito de protesta ante las situaciones que viven los alumnos de este centro escolar a la entrada y salidas de las clases. El texto lo achacan al estado del lugar, “en absoluto abandono por Almeida”.

Reproducimos bajo estas líneas el texto íntegro del escrito:

Apuñalamientos, peleas, politoxicómanos consumiendo heroína y hachís a todas horas, basura insalubre y hasta una felación delante de las puertas del colegio a plena luz del día, han llevado a la asociación de madres y padres del CEIP Pi i Margall a denunciar el estado de degradación profunda que vive la plaza Dos de Mayo desde el inicio de mandato del alcalde popular Martínez Almeida. 

El abandono de la conocida plaza madrileña, en el que además del centro escolar Pi i Margall se encuentra la guardería municipal El Duende y un Centro de Mayores, se ha visto agravado durante las últimas semanas que sigue a la espera de unas cámaras de vigilancia que podrían no resolver la problemática. 

Las familias asisten atónitas cada mañana junto a sus hijos e hijas a un colegio cubierto de pintadas y grafitis, en estado de abandono absoluto y junto al que se acumulan cada tarde numerosas bolsas de basura procedente de la recogida de restos de la plaza. 

Las llamadas al 010, al servicio de limpieza SELUR o a la policía municipal denunciando las pintadas, la insalubridad de la zona o la sustracción de tapas de alcantarillado en las inmediaciones del centro escolar no han surtido ningún efecto durante las últimas semanas. 

Desde el AMPA Pi i Margall ponemos esta situación en conocimiento de los medios de comunicación para que la plaza dos de mayo no vuelva a convertirse, como en los años 80, en el Bronx de Madrid. 

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