El Centro de Servicios Sociales Maravillas, dependiente del distrito Centro, tiene sus puertas cerradas por las tardes. La razón: falta personal para abrir este edificio municipal después de la hora de la comida, según ha podido saber este periódico. Este hecho ha provocado que el servicio gratuito de salud mental que prestaban en ese lugar desde hace siete años los profesionales sanitarios que forman parte del Centro de Psicoanálisis Aplicado-Madrid (CPA) permaneciera interrumpido.
Desde el mes de febrero, primero por la pandemia, después por las obras que se ejecutaron en el edificio del número 10 de la calle de San Joaquín y, más tarde, por la falta de personal que indicamos, las personas que estaban disfrutando de este servicio se habían quedado sin él, al tiempo que las colas de nuevos demandantes iban creciendo en unos tiempos como los que vivimos, en los que, en palabras de Andrés Borderías, director del CPA, “se dispara la angustia y la necesidad de atención es mayor”.
Hartos de esperar una fecha para la reapertura vespertina del centro Maravillas, los voluntarios del CPA decidieron buscar un nuevo espacio desde el que retomar su labor. Fue así como entraron en contacto con la asociación de vecinos de Malasaña, a través de la cual llegaron hasta la Casa del Cura. “En cuestión de dos semanas el colectivo vecinal que gestiona este edificio nos cedió un espacio y hemos podido retomar allí nuestra actividad”, asegura Borderías.
El tránsito que ha hecho este servicio gratuito, desde las instalaciones de un centro municipal de servicios sociales como el Maravillas a las de un edificio como la Casa del Cura, también público pero cedido al proyecto formado por numerosos colectivos y asociaciones vecinales, resulta curioso, sobre todo porque el Ayuntamiento amenaza la continuidad del mismo -sobre la que un juez tendrá que decidir- cuestionando la utilidad de este espacio para los vecinos del barrio.
Más curioso y paradójico, si cabe, resulta cuando desde la concejalía de Centro se intenta revocar la cesión de la Casa del Cura al colectivo que la gestiona alegando que necesita el edificio para ampliar la atención que los servicios sociales del distrito prestan a los ciudadanos y vemos que, al mismo tiempo, entidades como CPA necesitan acudir a esa Casa del Cura para seguir operando por razones que dejan entrever que quizá más que faltos de espacio físico de lo que anden necesitados los servicios sociales de Centro sea de personal.
“No nos vamos del centro de servicios sociales de la calle San Joaquín, sino que buscamos poder seguir atendiendo a las personas que nos necesitan y no podíamos esperar más a que la administración nos dijera algo sobre si iban o no a reabrir el edificio por las tardes”, asegura Andrés Borderías.
“Desde el año 2013 desde el CPA hemos ayudado a más de 700 y estamos muy agradecidos de que durante todo este tiempo nos hayan dejado hacerlo en el Centro Maravillas, pero permanecer en stand by más tiempo no era una opción”. Borderías, prudente, dice no querer molestar a nadie con sus palabras y, dado la gran cantidad de trabajo acumulado que tienen, piensa que incluso podrían atender a personas tanto en la Casa del Cura como en el edificio de San Joaquín, en caso de que este último centro volviera a abrir por las tardes.
Sin ningún tipo de subvenciones ni de ayudas municipales, el CPA ha estado funcionando los lunes, martes, jueves y viernes de cada semana con un equipo clínico formado por cinco personas. Durante todos estos años han tenido lista de espera. Ahora, desde su nuevo emplazamiento, estos profesionales esperan poder aumentar los horarios de atención y sumar efectivos a su equipo.
“Por el momento, venimos trabajando con 15 personas por semana. A cada uno de quienes se acercan a nosotros en busca de ayuda les ofrecemos hasta cuatro meses gratuitos de atención. A través de un trabajo muy serio y efectivo tratamos de averiguar la causalidad del malestar que les lleva a solicitar ayuda, así como la implicación del sujeto en el mismo. Queremos saber de dónde viene, aliviando así la angustia de quienes lo sufren y haciéndoles más dueños de las razones de lo que les ocurre”, cuenta el director del CPA sobre su método de trabajo, perteneciente a la escuela lacaniana del psicoanálisis.
Para finalizar, destacar que este periódico se ha puesto en contacto con el Centro de Servicios Sociales Maravillas y con la Junta Municipal de Centro para tratar de conocer oficialmente los motivos por los que este espacio permanece cerrado por las tardes, sin haber recibido respuesta alguna.