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12 años de teatro comunitario de Tetuán para contar el barrio desde el barrio

Representación de Viejas fotos en 2012

Luis de la Cruz

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El pasado mes de abril, teatros comunitarios de los barrios de Otxarkoaga (Bilbao), El Gancho, San José (ambos de Zaragoza), Tetuán, Lavapiés, Carabanchel o Chamberí –estos tres últimos dentro de la iniciativa Mosaicos– se reunieron en Bilbao en el I Encuentro Estatal de Teatro Comunitario. Actuaron e intercambiaron experiencias de esta modalidad de teatro asociativo pegado al barrio, que representa la propia experiencia de los vecinos, generalmente, ante los propios vecinos. Entre todas las compañías asistentes la de la Asociación Vecinal Cuatro Caminos es la más veterana, con más doce años de teatro vecinal a sus espaldas.

Este sábado actúan en Espacio Bellas Vistas con Paquita en el desván, excusa que nos ha servido para hablar con Carmen Mínguez, participante de la Asociación Vecinlal Cuatro Caminos Tetuán y de su Teatro Comunitario de Tetuán. La compañía tiene su origen en el esfuerzo que la asociación viene haciendo desde hace muchos años por preservar la memoria de Tetuán. Lo primero que hicieron –aún no estaba sobre la mesa la idea de subirse a las tablas– fue recopilar historias de vida a través de las fotografías. En 2007 pidieron a la gente que les mandara las imágenes que conforman su historia familiar. Recopilaron fotografías desde 1860 hasta ese año, con las que hicieron un mural que ya es historia reciente de la vecinal. “Durante los primeros años lo llevábamos a las fiestas y a todos los sitios”.

Al año siguiente, decidieron seguir trabajando la línea de la memoria del barrio, pero pasaron a las palabras. Volvieron a pedir prestados sus recuerdos a los vecinos, implicaron también a gente más joven y editaron un librito que llevaba por nombre Historia e Historias de Tetuán.

El siguiente año llegó el teatro. En aquellos tiempos Carmen era presidenta de la asociación y, junto con la dinamizadora vecinal que trabajaba con ellos, decidieron poner en marcha el taller. “Quiero tener una mención especial para Marcela Manubels (la dinamizadora), desde el principio y hasta 2020 ha sido importantísimo su trabajo para poder llevar a cabo el taller”, remarca Carmen. La idea era representar aquellos retazos de memoria que habían editado en libro y para ello buscaron un director.

Llegó así Jorge Cassino a sus vidas, un director argentino de la escuela de Ricardo Talento, director y dramaturgo del Circuito Cultural Barracas, que lleva desde los años 90 trabajando la identidad del barrio bonaerense desde la comunidad y es todo un referente en el mundo del teatro comunitario.

Cassino, nos cuenta Carmen, dio forma escénica a aquellas historias de Tetuán de ayer y de hoy. “Él imprimió en el grupo una forma de hacer desde el humor y una forma amable, nosotras abordamos problemas sociales, cada vez los del momento, pero desde el humor a veces se hace mejor”, explica nuestra entrevistada.

“El teatro comunitario es una experiencia intercultural e intergeneracional –una integrante del grupo que empezó siendo casi una niña tiene ya 26 años–, han pasado por el grupo personas de muy distintos orígenes, muchas personas, aunque el grueso de las que empezamos seguimos. En este caso –advierte– el uso del femenino no es político. Aunque hay un par de hombres, la mayoría somos mujeres, desde aquí animo a los hombres a participar, que estoy un poco cansada de hacer personajes masculinos”, explica Carmen con orgullo y sentido del humor.

Después vinieron otras obras, como Viejas fotos, Tres abuelas en un parque de Tetuán (teatro breve leído) o Despedimos a Loli. Sus representaciones suelen ser en centros culturales, plazas del barrio, asociaciones vecinales, aulas para mayores, espacios de igualdad, centros de inmigrantes….“y allí donde nos llamen”, explica Carmen, antes de que le vengan a la cabeza otros lugares variopintos a los que han llevado su arte, como al Foro Social Mundial, el parque Rodríguez Sahagún o al Colegio de Psicólogos, con quienes colaboraron para denunciar con humor la llegada de los contestadores inteligentes a las citas médicas y los problemas que ocasionaban con las personas mayores. El Covid irrumpió en la vida de todos cuando apenas llevaban un par de representaciones de Paquita en el desván, que es la obra que presentan este fin de semana en el Espacio Bellas Vistas.

Actualmente son unas quince personas, “aunque entre el Covid y asuntos laborales tenemos algunas bajas para este sábado y tendremos que repartirnos más papeles”, dice Carmen. En el pasado ensayaron en el Centro Hispano Dominicano del barrio de Berruguete y desde hace algunos años lo hacen en el Espacio de Igualdad Hermanas Mirabal.

Este sábado tenemos ocasión de ver una nueva función de teatro comunitario, que aborda con humor y canciones adaptadas por sus mismas participantes el barrio, desde el ayer y el hoy. “Vamos pegadas a la actualidad, hemos incluido el tema de las casas de apuestas, por ejemplo, igual que hemos tratado temas como los problemas de los migrantes o las subidas de los alquileres, por ejemplo”, explica Carmen. Teatro Comunitario de Tetuán es, sin duda, un proyecto que ya es historia del tejido asociativo e interviene en nuestra realidad, ayudándo a los vecinos a contarnos.

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