La tercera división del fútbol español alberga un desconcertante proyecto deportivo. Ubicado en Móstoles, el Flat Earth FC se constituyó el pasado año como el primer equipo identificado con las teorías de la conspiración. “Piensa por ti mismo. No dejes que te coman la cabeza”, claman en redes sociales los responsables de una plantilla que, en un contexto de emergencia sanitaria, se han dedicado a lanzar mensajes contra la vacunación, contra las medidas de seguridad frente a la pandemia del coronavirus y, por supuesto, la ferviente defensa del principio de que la Tierra es plana.
“El Flat Earth FC es el primer club de fútbol cuyos seguidores están unidos por lo más importante: una idea”, anuncian en su página web junto a un vídeo promocional narrado por el presidente y principal precursor del proyecto Javier Poves. El madrileño, exjugador del Atlético de Madrid y el Sporting de Gijón, justificó el cambio de nombre argumentando que en el futuro “no ve al Móstoles Balompié” y que necesitaba una nueva organización que “defienda la verdad”. Una “verdad” que choca peligrosamente con los criterios sanitarios.
El estallido de la pandemia del coronavirus y la llegada de las restricciones para limitar los contagios ha destapado al equipo como una organización antivacunas, antimascarillas y antigubernamental. Uniéndose y promocionando actos contra las medidas sanitarias, el Flat Earth FC aprovecha su escasa actividad en redes sociales para recordar, empleando la excusa del fútbol, sus principios.
El “primer club de fútbol creado para pensar” paradójicamente ha tenido que acatar el marco sanitario de la Federación de Fútbol de la tercera división madrileña que obligaba a reducir la liga a dos subgrupos de diez equipos para poder competir.
El sarcasmo de sus posiciones acerca de la pandemia, así como de la condición esférica de la Tierra, ha terminado por situar en el foco de sus críticas a Pedro Duque, actual ministro de Ciencia e Innovación del Gobierno de España y astronauta de profesión. Duque, tildado de “actornauta”, ha sido elegido por los aficionados como la imagen del equipo e, incluso, como mascota de los días de partido.
Y es que pasearse por las cuentas de los aficionados del equipo supone encontrar multitud de perfiles cancelados y suspendidos por infringir normas comunitarias en las redes sociales. El estallido de la pandemia y el crecimiento de la actividad en Internet trajo un aumento de los bulos y la dispersión de informaciones poco contrastadas, por lo que las grandes plataformas establecieron un marco normativo para evitar la difusión de bulos.
Los sistemas de verificación externos que se encargan de contrastar la veracidad de las informaciones vertidas en Internet ha llevado a Facebook, por ejemplo, a advertir de la falsedad del contenido y a Twitter a “obstaculizar” la forma de compartirlo para limitar la expansión de ciertos mensajes.
La ventana de amigos del club presenta a una serie de canales de Youtube con los que se comparte mensaje, tono e ideología; todo con el objetivo de crear una comunidad internacional de terraplanistas que se sientan representados por el Flat Earth FC. El proyecto de Poves supone un ejercicio de deslocalización de la identidad futbolística sin precedentes y que ya aglutina a decenas de fans alrededor del globo contra la ciencia, contra los científicos y, ahora, contra la salud pública.