Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Feijóo confía en que los jueces tumben a Sánchez tras asumir "los números"
Una visión errónea de la situación económica lleva a un freno del consumo
OPINIÓN | La jeta y chulería de Ábalos la paga la izquierda, por Antonio Maestre

La Ingobernable: un centro social en un edificio relacionado con Aznar y los correos de Blesa

José María Aznar con Miguel Blesa y Carmen Cafranga

Fátima Caballero

Mucho antes de ser La Ingobernable, el edificio madrileño ocupado reconvertido ahora en centro social fue protagonista de uno de los planes más polémicos de José María Aznar. Sucedió en 2008, cuando Miguel Blesa era presidente de Caja Madrid –colocado en ese puesto por el propio Aznar– y Alberto Ruiz-Gallardón era alcalde de la ciudad. En aquel momento, el Ayuntamiento planeaba construir allí un museo que iba a pagar la Fundación Caja Madrid.

La historia salió a la luz con el estallido de los correos de Blesa, publicados, entre otros medios, por eldiario.es. Lo que se desprende en algunos de estos correos es que el expresidente del Gobierno quiso convencer a Miguel Blesa para que comprase obras de arte por valor de 54 millones de euros a través de la entidad. El coste de la operación por esa suma de millones consistía en la adquisición de varios cuadros que pertenecían al artista Gerardo Rueda, que habían sido ofrecidos por el sobrino del pintor a Aznar.

La compra fue rechazada en primera instancia por el entonces presidente de la Fundación Caja Madrid, Rafael Spottorno, posteriormente jefe de la Casa Real y hoy condenado a dos años de prisión por las tarjetas Black junto a Rodrigo Rato y Miguel Blesa. Los mensajes entre Blesa y Aznar revelan la insistencia del expresidente del PP en que la caja se hiciese con las obras de arte de Rueda. La oposición de Spottorno consistía en el “precio disparatado” que conllevaba la operación. Las conversaciones con el sobrino de Rueda fructificaron ya en 2009 para que el coste inicial se redujese de forma generosa hasta algo más de 6 millones de euros, lo que hizo que Spottorno y su consejo aceptasen la compra. El primer precio había sido de 54 millones.

Incluso el hijo de Aznar, José María Aznar Botella, presionó a Blesa para que aceptase esa operación por las primeras cantidades. “Con los pelos que se ha dejado por ti, es impresentable lo que has hecho”, le llegó a escribir.

El edificio que hoy es La ingobernable era el lugar clave de la operación. El Ayuntamiento pretendía construir allí un museo pagado por la Fundación Caja Madrid, donde Aznar quería colocar los cuadros que debía comprar antes la entidad financiera.

El inmueble que iba a ceder el Ayuntamiento de Madrid para hacer las veces de museo de dichas obras, complicó la operación por el elevado coste que suponía. José María Aznar medió con el alcalde de la ciudad en 2008, Alberto Ruiz Gallardón, para obtener el edificio. El plan era derribarlo, una operación en la que Gallardón se puso de acuerdo con el expresidente del Gobierno. El problema radicaba, de nuevo, en lo cara de la operación de construcción de un nuevo edificio que debía asumir la Fundación Caja Madrid.

El inmueble cedido por Madrid necesitaba ser derruido para que se construyese otro. Spottorno comunicó entonces a Blesa que serían necesarios “entre entre 69 y 115 millones de euros” para ello. Por esa razón, consideró que lo que tenían entre manos resultaba “inabordable para la Fundación Caja Madrid y por lo tanto debería ser abandonado”.

En junio de 2009, Spottorno volvió a mandar un email al expresidente de la caja para advertirle de que la Comisión de propuestas de la Fundación rechazaba la operación por “inabordable” y “su coste prohibitivo”. Blesa terminó por aceptar su derrota y el proyecto no se llevó a cabo.

La cesión de Botella a Ambasz: también derruirlo

Cuando la alcaldesa Ana Botella empezó a negociar la cesión del edificio a la Fundación Ambasz, tuvo antes que sacarlo del catálogo de los numerosos edificios municipales que había puesto en venta su antecesor en el cargo Alberto Ruiz Gallardón. Una vez fuera de la oferta, Botella cedió el uso del inmueble en marzo de 2013 a la Fundación Ambasz por 75 años. Unos meses después volvió a hacer otra maniobra para que el los planes del arquitecto Emilio Ambasz con el edificio, a los que se había comprometido Botella en el acuerdo, se pudieran llevar a cabo.

El edificio situado el calle Gobernador 39 o Paseo del Prado 30 –contiene las dos direcciones al estar en la esquina– estaba inscrito en el Catálogo de Elementos Protegidos del Plan General de 1997 con 'Nivel 2 grado Estructural'. Esta protección fue rebajada el 13 de junio de 2013 a 'Nivel 3 de grado Ambiental'. El plan de la fundación privada era derruirlo y construir un nuevo edificio y de esta manera podía hacerlo.

Un informe de la Dirección General de Control de Edificación (DGCE) criticó ese cambio de protección al no estar justificado. Cuando el edificio fue incorporado al Catálogo “se tomó como criterio que la finalidad de la protección era la conservación del conjunto urbano, de su memoria histórica y se sus elementos significativos no identitarios”, reza dicho informe. En ese sentido, la DGCE recuerda que no había habido ningún suceso que hubiese alterado sus características y, por lo tanto, no estaba justificado el cambio de protección.

Carmena, en contra de la demolición

El Ayuntamiento de Madrid está trabajando en que 'el Sitio de El Retiro y El Prado' entre la lista de patrimonio mundial de la UNESCO, tras ser incluido en 2014 en la lista de patrimonio mundial en España por el Consejo del Patrimonio Histórico y permanecer más de un año en la misma. La construcción de un nuevo edificio en el que ahora se encuentra La Ingobernable podría comprometer la candidatura, según se desprende de un informe de la Comisión Local de Patrimonio Histórico del pasado mes de noviembre.

El órgano municipal encargó entonces varios informes para “evaluar la incidencia que la construcción de un edificio singular como es el proyecto de museo en Paseo del Prado nº 30 pudiera tener en la mencionada candidatura” a la Dirección General de Intervención en el Paisaje Urbano y Patrimonio Cultural (DGIPUPC) del Ayuntamiento de Madrid y al Comité Nacional de ICOMOS España, por tratarse, a su juicio, “del organismo más cualificado para valorar esta cuestión”.

Ambos informes entran a analizar de forma detallada tanto la calidad arquitectónica del proyecto presentado, como su incidencia en el entorno urbano en el que se ubicaría. En este sentido, el informe de ICOMOS señala que el proyecto de la Fundación Ambasz consiste en “una operación tan frívola de sustitución de un edificio histórico consolidado por un edificio nuevo (…), es absolutamente negativa por su impacto en el paisaje y supondría comprometer seriamente la evaluación de la candidatura 'El Sitio del Retiro y el Prado' que el Ayuntamiento de Madrid pretende presentar ante la UNESCO para su inclusión en la Lista de Patrimonio Mundial como Paisaje Cultural”.

Por su parte, la Dirección General de Intervención en el Paisaje Urbano y Patrimonio Cultural del Ayuntamiento consideró que el proyecto de la fundación privada que incluía una fachada vegetal “niega la condición de pertenencia un conjunto urbano, a un paisaje cultural urbano, deja ciego al edificio en relación con la calle, el histórico Paseo del Prado, y disfraza su fisonomía con un único plano vegetal”.

Atendiendo a dichos informes, el Ayuntamiento de Madrid concluyó en el escrito de Patrimonio que el edificio del Paseo del Prado nº 30 “pertenece a un contexto urbano muy consolidado que, además, constituye un entorno cultural, paisajístico y patrimonial que forma parte ya de la memoria colectiva de la ciudad de Madrid”. Por ello, la sustitución de cualquiera de los elementos que lo conforman “debe garantizar la perfecta integración en un conjunto arquitectónico que trasciende la individualidad de sus componentes, evitando imposturas y estridencias que puedan poner en peligro el entendimiento unitario e integral de este lugar. Además, es necesario reiterar que el Paseo del Prado ha sido declarado, en su conjunto, Bien de Interés Cultural (BIC)”.

La Ingobernable, un centro social en marcha

Una de las cosas en las que trabaja el centro social autogestionado La Ingobernable es en paralizar esa demolición. También lo hacen en constituir un espacio social lo suficientemente dotado y apoyado por la gente que imposibilite el desalojo. Este lunes, se abrirá una sala de niños con actuaciones y teatro para los más pequeños. El colectivo también trabaja en la asamblea del próximo martes en la que se decidirá la estrategia para comenzar a entablar negociaciones con el Ayuntamiento.

Etiquetas
stats