Lancia Ypsilon, un utilitario ‘premium’ para volver al tablero europeo
El Lancia Ypsilon, con el que la firma italiana emprende su regreso al mercado europeo, es el tercero de los modelos del grupo Stellantis producido en Figueruelas (Zaragoza) sobre la base de la plataforma multienergía CMP. El Opel Corsa es la variante más discreta del trío, aunque también la más longeva (desde 1982), y el Peugeot 208 supone la confirmación de un extenso legado, por parte de la marca del león, de vehículos de gran comportamiento y precisión de guiado, auténticos coches de conductor.
Como en el chiste, ¿qué hace el italiano que no hagan sus homólogos alemán y francés? Como explica Luca Napolitano, CEO de Lancia, esta marca legendaria juega a otra cosa, básicamente al refinamiento y al cuidado de los detalles que suele asociarse a las marcas premium. El Ypsilon, por tanto, pretende competir con modelos como el Mini y el Audi A1, dejando parcialmente a un lado el carácter popular que también lo distinguía en generaciones anteriores.
Lancia ha puesto el acento, pues, en aspectos como el bienestar a bordo, en el que desempeña un papel primordial la insonorización, así como en la calidad de fabricación y la vistosidad de los materiales. Buena muestra del trabajo realizado es el cierre de las puertas, que tanto dice de la calidad de un coche y que aquí se beneficia del uso de un juego específico de juntas que otorga una grata sensación de empaque.
Y, por supuesto, lo que define al modelo italiano es un diseño totalmente original donde brilla con atractivo propio una zona trasera con ópticas inspiradas en las del emblemático Lancia Stratos y recuperadas recientemente en el concept Pu+Ra HPE. También el frontal exhibe un aspecto poco visto, lo cual se agradece especialmente en estos tiempos de uniformidad asfixiante.
El espacio de almacenamiento no difiere del que conocemos de sus compañeros de línea de producción. El maletero tiene 352 litros de capacidad que se complementan con otros 25 litros repartidos en los diversos compartimentos diseminados por el interior.
Lo que sí distingue, y mucho, al Ypsilon de sus hermanos, particularmente el 208, es que trata de mimar no solo al conductor, sino también al resto de los pasajeros, como resalta Napolitano. La idea no es otra que replicar una sala de estar en el habitáculo de un coche, y de ahí la utilización de una mesa de centro (tavolino) en la base del salpicadero y de otros detalles de distinción, como la refinada tapicería de los paneles de puertas y el propio salpicadero.
En consecuencia con la filosofía del nuevo modelo, el usuario no se siente tan integrado en el puesto de conducción como en un Peugeot, pero disfruta a cambio de un espacio acogedor y elegante en el que el resto de los elementos resultan, eso sí, más familiares: por ejemplo, el selector del cambio o las pantallas del cuadro de instrumentos y el sistema multimedia. La innovadora nueva interfaz SALA -otro guiño al concepto de hogar- que estrena el Ypsilon incluirá ChatGPT a partir de otoño de este año.
Justamente por entonces llegará el modelo al mercado español después de debutar en Italia, dentro de pocos días, y posteriormente en los mercados del Benelux. Habrá disponibles una versión híbrida ligera de 100 caballos y otra 100% eléctrica de 156 CV cuya batería, de 51 kWh, consigue hasta 403 kilómetros de autonomía en ciclo combinado WLTP. Para mayo de 2025 está prevista la versión de altas prestaciones HF, equipada con un motor eléctrico de 240 caballos. Los futuros Lancia Gamma y Delta tendrán también sus propias variantes deportivas con esa misma denominación.
El Ypsilon mild hybrid se pondrá a la venta por debajo de 25.000 euros, según ha anunciado la marca turinesa, y de la segunda solo se sabe que tiene, en Italia, un precio de lista de 34.900 euros. La gama constará en nuestro país de tres acabados: básico, LX y Edizione Cassina, esta última dotada de detalles distintivos entre los que destacan el tavolino con una parte en cuero azul y la tapicería de los asientos y las alfombrillas de una cálida textura Canneloni.
El justo medio
Si bien ha primado otras consideraciones antes que la conducción en sí, Lancia no ha descuidado en el Ypsilon el placer al volante. El coche se mueve en carretera con un aplomo notable al que contribuye una suspensión tirando a firme y que viene acompañada de una dirección bastante precisa. Como señalábamos al comienzo, el aislamiento acústico y la atmósfera general de refinamiento se alían con este buen comportamiento para hacer de la conducción del utilitario italiano una experiencia de lo más satisfactoria.
Además, el coche, de menos de 4,1 metros de longitud, dispone de 24 milímetros más de anchura de vías que el Corsa y el 208 a fin de mejorar el manejo y distribuir de manera más equilibrada el peso del conjunto. El resultado es un modelo ágil en ciudad, sólido en carretera y, en general, muy logrado en su puesta a punto.