“Para escribir hay que molestar y agitar conciencias”

EFE / Pedro Serrano

Murcia —

Francisco López Mengual (Molina de Segura, 1962) empezó a ser conocido con El mapa de un crimen (Maeva, 2009), traducida también al portugués, y tras cuatro títulos publicados y otros tantos a la espera de hacerlo, recupera su primera obra, ambientada en la Murcia de los siglos XVIII al XX y que es ejemplo, según sus palabras, de todo lo que se ha ido viendo después en su producción literaria.

En una entrevista con EFE, el escritor, con formación en magisterio y que trabaja en el negocio familiar de Molina de Segura, disfruta contando historias de amor, humor, realismo mágico, aventuras, religión y supersticiones, y explica que lo hace a cualquier hora y cuando tiene un rato libre, sobre todo por las noches y los fines de semana.

Desde que empezó a escribir su vida se ha “disparado”, como él mismo reconoce, porque compagina las ocho horas tras el mostrador de la mercería familiar con el ordenador y con otras muchas actividades literarias e incluso turísticas.

Paco López Mengual, desde hace escasos meses, guía los domingos por la mañana a sus vecinos en un recorrido “histórico fantástico” por las construcciones más antiguas de Molina de Segura, para contar historias mágicas sobre bandidos, asesinatos o religiosos que siempre han formado parte del imaginario popular y que a él le sirven de inspiración en sus textos.

La memoria del barro, recuperada para las estanterías por La Fea Burguesía, bordea los finos límites entre la historia y la imaginación y tiene mucho de ese carácter fantástico, burlesco y socarrón que define su obra.

En esta ocasión, lo emplea para narrar las peripecias que sufre durante algo más de un siglo de historia el enigmático busto de un niño Jesús, que esculpió en barro el también murciano Roque López.

Este escritor, muy activo en las redes sociales, defiende la riqueza de matices de sus personajes porque “no existen los buenos totalmente buenos, ni los malos malísimos”, y dice que sus bandidos, curas, guardias civiles o jóvenes enamorados, pese a sus exageraciones caricaturescas, siempre tienen mezclas de carácter.

“Tengo una tía monja que se santiguó después de leer la novela”, confiesa López Mengual al hablar de su relación de no creyente y, para algunos, irrespetuosa, con la Iglesia, y se enorgullece del grado de tolerancia de los católicos, sobre todo después del ataque a Charlie Hebdo en París por parte de terroristas islámicos.

López Mengual, autor de otras tres novelas, dos libros de relatos y uno de viajes, entre otros textos publicados, es un escritor “tardío”, como se autodefine, porque se inició en el mundo literario con más de 40 años.