Fatoumata, o Fatou, ha tenido una vida marcada por la valentía. Con apenas 17 años se convirtió en una gran estrella en Mali gracias a la película `La Genese´ y, sobre todo, `Sia, La rêve du Python´. Su familia intentó obligarla a contraer matrimonio con su propio primo a los 19 años, lo que la llevó a abandonar su país para poder continuar dedicándose al espectáculo.
La cantante africana acude a La Mar de Músicas a presentar ‘Fenfo’, su último trabajo el próximo viernes 27 de julio en el patio del CIM. Este último disco se ha hecho esperar siete años y el prestigioso diario británico The Guardian lo ha incluido entre los 50 mejores discos del año.
El mensaje positivo del disco, en contraste con el más duro y directo de su primer trabajo, es fruto de su reciente maternidad, como confiesa Fatoumata. Aún siendo más optimista, no deja de lado temas tan graves para su tierra como el de la migración que trata en ‘Nterini’.
Pero en los siete años que van desde su primer disco hasta su segundo, Fatou no ha parado de trabajar. Ha colaborado con Matthieu Chédid, M, en ‘Lamomali Airlines´. “Adoro a M, es mi amigo, es como mi hermano, mi confidente y confío en el enormemente”, y tal ha sido la compenetración que Chédid ha producido ‘Fenfo’.
También ha seguido trabajando en cine. En 2014 participó en ‘Timbuktú’ y compuso el tema ‘Timbuktú Fasso’ como parte de la banda sonora de la película de Abderrahmane Sisako que triunfó internacionalmente en el Festival de Cannes. Este mismo año estrena el documental `Mali Blues´, que refleja cómo la música compone la espina dorsal de la sociedad maliense. En cierto momento del documental Fatoumata afirma que “la música lo puede curar todo, incluso me salvó a mí misma”.
Tu compromiso en la defensa de los derechos de la mujer se ha reflejado en proyectos como `30 días / 30 canciones´. Junto con Oumou Sangaré y Rokia Traoré te has convertido en una de las grandes defensores de los derechos de la mujer en África, ¿te sientes cómoda con tanta responsabilidad?
Por supuesto que estoy muy cómoda al luchar por los derechos de las mujeres. Necesitamos más mujeres empoderadas que a su vez puedan ayudar a otras mujeres a emanciparse. Yo luché por conseguir mi libertad, mi emancipación, y por lo que soy, y ahora intento ayudar a otras chicas.
Oumou Sangaré fue tu mentora y a ella le dedicaste la canción `Makoun Oumu´, ¿qué te aportó Sangaré?
Ella fue la primera artista conocida en todo el mundo desde Malí y desde África. La única mujer y la más importante de los 55 países que forman parte de África. Era muy difícil ser respetada ya como mujer, pero gracias a Oumou tanto yo como ahora muchas niñas y mujeres africanas tienen un modelo y un ejemplo.
En 2011 grabaste tu primer disco, ‘Fatou’, que te trajo a Cartagena en 2012 donde ya dejaste grandes sensaciones en la Plaza del Ayuntamiento. En aquel primer trabajo canciones como ‘Boloko’ y ‘Sowa’ trataban sobre temas tan polémicos como la ablación o tu propia experiencia de abandono. ¿Cómo reaccionó tu país y tu familia?
La reacción en mi país y en mi familia fue muy extraña. Nadie estaba acostumbrado a que se cantara sobre estos temas. Yo misma nunca había escuchado cantar sobre ello.
En 2013 fue la promotora de la grabación de `Mali-ko´, un canto que a modo del famoso `We are the world´ pretendía ser un signo del compromiso de Fatoumata con el conflicto que Mali vivía en el norte. ¿Fue difícil la grabación de ‘Mali-ko’?
Muy, muy difícil. Pero era necesario hacerlo y correr el riesgo. Sangaré me animó encarecidamente y tras un trabajo previo en el que me encargué yo sola de todo grabamos durante tres días y tres noches con la participación de más de 60 artistas. Fue el momento más importante de mi vida ya que sentía a la población conmigo. Me seguían por todas partes, incluso seguían a mi coche (ríe). La música es un elemento fundamental para construir las referencias de la juventud de su país.
Desde el circuito de la World Music has colaborado con artistas como Bobby Womack, Dee Dee Bridgewater, Afrocubism, e incluso con artistas de la talla internacional como Flea o Damon Albarn y su proyecto Africa Express. Cantas principalmente en bambara, el idioma de tu Mali natal, sin embargo, en tu último trabajo, ‘Fenfo’, te has atrevido con el inglés.
Sin embargo, el bambara es mi modo natural de expresarme, y es con esta lengua con la que consigo realmente transmitir mejor y con la que mejor me siento.
¿Cómo ves la actual situación europea con gobiernos que, como el de Italia, giran hacia políticas antimigratorias?
Es terrible. Hay niños y mujeres muriendo. Los hombres deben cambiar su mentalidad y deben darse cuenta de que todos somos humanos y de que la sangre de unos no es mejor que la de otros. Son familias normales, la juventud quiere mejorar, quiere ser abogado o médico. Tener algo para vivir es la única razón para emprender el viaje.
En la portada de ‘Fenfo’ la ropa de Fatou dibuja la silueta del norte de Malí, región de su país que fue invadida por yihadistas en el año 2012. ¿Cómo está Mali ahora?
La situación aún es muy mala.
¿A qué crees que se debe el aparente desconocimiento que el mundo occidental tiene de África?
No tengan miedo de acercarse a África, de mirarme a los ojos cuando hablo. Aún hoy queda mucho trabajo por hacer en África. Aún es muy difícil un feminismo africano. Confío en las redes sociales como elemento de cambio por las posibilidades comunicativas que han traído a mi tierra y las nuevas generaciones.