“El éxito o el fracaso de la película decidirán mi futuro como escritor”
Juan de Dios Garduño Cuenca (Sevilla, 1981) afronta un momento único en la vida de un escritor: El 31 de julio se estrena en Estados Unidos Extinction, la adaptación al cine de su novela Y pese a todo…, dirigida por el también sevillano Miguel Ángel Vivas. Poco después, el 14 de agosto, la cinta llegará a las pantallas españolas y europeas.
Aunque diminuto, el selecto club de obras fantásticas o terroríficas españolas llevadas al cine tiene sus joyas: La torre de los siete jorobados, de Emilio Carrere, adaptada por Edgar Neville en los grises años cuarenta; La Gioconda está triste (1977), de Antonio Mercero, tomada de un relato de José Luis Garci; La cabina (1972), también de Mercero en colaboración con Garci y a partir del cuento de Juan José Plans. Eso por no hablar de la nutrida filmografía de Jess Franco (1930-2013), de las míticas Historias para no dormir (1966-1982) de Chicho Ibáñez, de cintas como Tras el cristal (1987) de Agustí Villalonga, e incluso de las Historias del otro lado que Garci rodó en los años noventa.
Sin embargo, es la primera vez que una novela de terror española es llevada a Hollywood y estrenada con vocación global. Ese es un honor que Juan de Dios Garduño Cuenca se lleva. En la producción de Extinction participan Vaca Films (responsable de Celda 211) y Ombra Films, del director español afincado en Los Ángeles Jaume Collet-Serra.
Coincidiendo con el estreno la película, la editorial Stella Maris ha lanzado una nueva edición de Y pese a todo… en la que se incluyen el guión del film y fotos del rodaje.
¿Cómo es el viaje de una novela escrita por un autor español casi anónimo en 2010 a una producción de Hollywood en 2015?
Fue suerte. No creo que fuera sólo por mi talento ni mucho menos, sino por una serie de casualidades. Para empezar, yo no tenía pensado escribir Y pese a todo… Acababa de terminar una novela de zombis más, digamos, clásica. Se la había presentado a la editorial y les había gustado. Pero en ese momento estaban atentos a ver cómo funcionaban las de Carlos Sisi, Manel Loureiro, Víctor Conde… novelas de zombis que acababan de publicarse y que aún no se sabía si iban a tener éxito o no. Los editores tenían la mía guardada, a la espera de convencerse de si merecía la pena seguir con el género. Entonces, en uno de esos días, me vino una idea para otra novela posapocalíptica. Todo partiría de una pregunta: ¿Qué pasaría si llegase el fin del mundo y sólo quedasen dos hombres, que se odian y que viven uno enfrente del otro? Y así nació Y pese a todo… Escribí el borrador en dos meses, la presenté a Dolmen y les pedí que se olvidaran de la otra. Ellos la leyeron, les gustó y decidieron publicarla.
De todos modos, los de Y pese a todo… no son zombis al uso.Y pese a todo…
Exacto: No son muertos reanimados, sino criaturas mutantes producto de experimentos. Pero como tenía que entrar en la línea Z de Dolmen, me obligaron entre comillas a meter la palabra zombi.
¿Y el paso al cine?
Y pese a todo… fue sonando y llegó a manos de Vaca Films, la productora de Celda 211. Y el productor se la pasó a Miguel Ángel Vivas, el que se convertiría en director de la película. Él me ha contado que, cuando leyó en la sinopsis aquello de la Tercera Guerra Mundial, la cosa le echó para atrás. Pero por lo visto dejó el libro en su mesilla con otras novelas y guiones. Al rato, por curiosidad, comenzó a hojearla y esa misma noche se la acabó. Al día siguiente llamó a la productora y les dijo que comprasen los derechos de la novela, porque quería que fuese su siguiente película.
Vaya notición para un escritor casi novel.
Yo no me enteré hasta varias semanas después. Y al principio no me lo creía: Que a los tres meses de publicar mi novela me dijesen que iban a llevarla al cine.
Eso fue en 2010. Ha sido una travesía larga, a punto de culminar.
Sí, ha pasado mucho tiempo, porque a la película le han sucedido todo tipo de desgracias: productoras que se retiraron, actores que cambiaron… Cosas que hicieron que el proyecto peligrase un montón de veces. Pero Miguel Ángel Vivas se obstinó en sacarlo adelante y lo ha conseguido. Y le estoy muy agradecido porque, sin su persistencia, la película nunca hubiera visto la luz.
Estarás esperando el momento del estreno como un loco.
La verdad es que sí. Estoy deseando ver cómo acoge la gente la película, sobre todo en Estados Unidos.
¿Qué crees que puede significar el film para ti?
La cosa va a depender de la taquilla: Si la película arrasa, probablemente esto me lance al estrellato. Si no, no es que el fracaso me vaya a sepultar, pero seguiré publicando en editoriales medianas, pequeñas, y mi nombre no sonará en el extranjero. Pero yo tengo confianza en Extinction, porque me parece un peliculón. Cada vez que he ido a un pase y la he visto de nuevo, me ha gustado todavía más que la vez anterior.
Qué tensión.
Sí. Menos mal que sólo faltan dos semanas.
Cogiste los zombis en el momento justo cuando escribiste Y pese a todo… en 2010.Y pese a todo…
Entonces aún no había la saturación con el tema que llegó después. La gente estaba expectante por leer cosas de género Z, un tipo de literatura que en España estaba casi vetado. Se publicaban a lo mejor una o dos novelas de zombis al año. Y pasaban sin pena ni gloria. Hasta que se produjo el desencadenante, que fue Max Brooks, con Guerra mundial Z. Y luego, aquí en España, con Manel Loureiro y su Apocalipsis Z.
¿Ha llegado ya el tema de los zombis a su declive?
Hace tiempo que llegó. Ahora ni Dolmen, que fue la editorial que en su momento apostó más decididamente por este tipo de literatura, publica apenas zombis. El mercado se saturó, como pasó con la novela histórica, o con la del tipo El código Da Vinci, o los vampiros. Son modas que van y vienen y la de la literatura Z terminó.
¿Y esta saturación de zombis ha llegado también al cine?
El cine es un mercado tan grande que no se satura tan fácilmente como el de la literatura. Por ejemplo, las películas de terror nunca pasan de moda. Siempre hay varias en cartelera.
Y los creadores de terror españoles, ¿están logrando llegar a un público generalista?
Puedo decirte que en EE UU se disputan a los directores españoles de terror. Hollywood está deseando trabajar con gente como Miguel Ángel Vivas, Paco Plaza, Jaume Balagueró… Son realizadores de aquí cuyas películas funcionan muy bien en el extranjero. Y yo creo que con la literatura, si no ha pasado lo mismo, es porque aún no se nos ha dado la oportunidad. Pero, si nos dejaran, arrasaríamos. Manel Loureiro, por ejemplo, estuvo de número uno en ventas en Amazon. Y tenemos un escritor de fantástico que lo está petando fuera: Félix J. Palma que, sólo en Alemania, creo que lleva vendidos 400.000 ejemplares.
A ti, como escritor, ¿qué tipo de terror te interesa?
Me gusta explotar el terror psicológico. No me gusta el gore. Ni en los libros ni en las películas. Creo que el terror auténtico viene de otra manera. Lo que da miedo de verdad es que tú estés en el piso de abajo y tus hijos en el de arriba y que de pronto alguien llame por teléfono y te diga: “Estoy con tus niños”.
Eso parece una escena de Stephen King.
Porque es algo que he heredado de él. Yo bebo de King, de Richard Matheson, de Cormac Mccarthy, que cuando escribe terror puede ser lo más terrorífico del mundo…
Todos norteamericanos.
Es que cuando yo era adolescente no podías leer autores de terror españoles, básicamente porque nadie los publicaba. Así que me formé con los que te he dicho. O con Dean Koontz, Clive Barker… Se convirtieron en mis referentes. A lo mejor por eso, aunque tengo novelas ambientadas en España, me gusta más EE UU como escenario.
También te gusta moverte entre la literatura y lo audiovisual. Has hecho varios guiones para cortos y largos. ¿Qué te interesa de cada campo?
De lo audiovisual me interesa el llegar a un público distinto. Crecí amando tanto la literatura como el cine. Los que nos hemos criado en los ochenta hemos visto lo mejor que haya podido pasar por una pantalla, en el tema fantástico sobre todo. De hecho, yo creo que cada vez se hacen peores películas, calcadas unas de otras. En fin, siempre tuve la ilusión de escribir historias y de que se llevasen al cine.
Y además el cine mueve más dinero que la literatura.
Vamos, no tiene nada que ver el dinero que te dan de adelanto cuando publicas una novela con el que recibes cuando te compran un guión. Es muchísimo el dinero que da el cine comparado con la literatura. Pero también es verdad que cuesta más vender un guión que publicar una novela.
¿Cómo se siente el novelista cuando su obra entra en la maquinaria del cine?
Depende de muchas cosas, entre ellas la fama del propio escritor. Por ejemplo, en mi caso, no es que yo haya sido un cero a la izquierda, pero la productora compró los derechos, puso dos guionistas a trabajar y nunca se me enseñó el texto ni se me comentó nada. Y no lo veo mal. Al fin y al cabo, tú has vendido tu novela para que se haga una adaptación al cine. Y ellos han pagado y pueden hacer lo que quieran.
Pero tú sí has conseguido meterte bastante en el proceso. Incluso apareces como extra en la película.
Sí, en un momento salgo corriendo por ahí. Y en otra escena se ven mis zapatillas. Le pedí a la productora si podíamos subirnos a Budapest a ver el rodaje y no hubo ningún problema. Yo le estoy muy agradecido a Miguel Ángel Vivas, porque siempre me ha mantenido al tanto. Al principio, él me decía: “Juande hemos metido una cosa en el guión que no aparece en tu novela, espero que no te moleste”. Pero no me concretaba qué cosa era. Sólo luego empezó a abrirse. Si yo acepto que haya cambios. Es lo más lógico. El lenguaje literario y el cinematográfico son distintos. Hay cosas que tienen que variar. Incluso hay factores económicos que influyen.
¿Crees que Extinction le dará un nuevo impulso a Y pese a todo… cinco años después?Extinction Y pese a todo…
Yo creo que sí. Stella Maris, la editorial responsable de la nueva edición, ha invertido mucho dinero en publicidad. Y sin publicidad no hay venta.
Ve el trailer de la película: