Viva Suecia mostró todo lo que importa al Teatro Circo de Murcia

Estrellas en el escenario, semillas en el teatro, luces, muchas luces y fuego como relámpagos. Las estrellas brillaron, las semillas germinaron y llenaron de flores cada uno de los espacios cual batalla murciana. Nosotros entre la pista y el graderío. Ellos, Viva Suecia, en lo más alto.

El concierto esperado, la asignatura pendiente de Rafa Val, Jess Fabric, Fernando Campillo y Alberto Cantúa. Su primer concierto como Viva Suecia en la capital de la Región de Murcia, en el Teatro Circo. Fue como ese último ascenso a primera división, donde sentimos los nervios, la ilusión, la garra, la emoción y las ganas de ganar, de volver a cantarnos otra canción. Fue una comunión perfecta entre la banda y cuanta familia los arropamos. Pues son nuestros, de la tierra, ¡murcianos!

Empezaron con La estrella de David a mostrar su repertorio. Dos horas de concierto y quinientas noches de asombro. Es en directo donde uno se da cuenta del poderío de esa voz grave que tiene Rafa en la garganta, capaz de bajar, subir y eternizarse más allá Del nudo y la esperanza.

Y sonó un himno antes de lo esperado, quizás por querer equilibrar el concierto entre temazo y temazo. Aun así, todos supimos A dónde ir, o mejor dicho, donde permanecer, que era allí, lo más lejos a la altura de sus zapatos, sintiendo la emoción y el sudor en sus manos. Y en ese momento coreamos entre papelillos blancos aquello de que el hambre va por barrios. Fue uno de los tantos momentos especiales que acompañaron a la banda y a un público entregado. Nos prometimos resistir y avanzar en Casi todo cuanto nos hubieran pedido en ese momento de catarsis que ya hoy echamos de menos, pero que tenemos la convicción de que el componente emocional nos hará revivir de nuevo.

Propusieron, pues, un concierto especial donde dieron un giro a algunas de sus canciones, como la versión cuasi 'dance' de Palos y piedras. Dejamos así las puertas abiertas a todo lo que nos propusieran, y público y banda Acabaríamos muriendo en ello, en dicha tarea, como esa Sirena varada de Héroes del Silencio que versionaron y con la que sorprendieron.

También saltaron del escenario hacia la pista de baile de este especial teatro. Vibraba el suelo con tanta fuerza que temimos por la tarima y su entereza. Rodeamos a Rafa y le acompañamos con cánticos, llenándole la camisa con flores de esas que habían germinado. Pero la grandeza de este concierto no acabaría ahí. Aprendimos un término muy poco utilizado, menos aún valorado: se trata del Orgullo Murciano. Demostró Viva Suecia que con Los años, lejos de apuñalarnos, hay quienes se muestran generosos, como ellos, haciéndonos un 'regalazo' con la presencia de los Second en el escenario. Fue un momento mágico, especial para quienes llenamos el teatro. Dos grandes voces, dos grandes bandas juntas en nuestro visionario.

Compartimos también reivindicación del grupo murciano, pues a pesar de todo lo que hemos ganado en este tiempo, hay quien todavía no tiene claro si ciertas cuestiones son capitales o son lo contrario. Perdimos de este modo a un amigo, de esos que también conocimos cantando. Hasta nunca jamás Andrés, hasta nunca Calamaro.

Llegábamos al final del concierto cuando decidieron entrar en la ecuación para descifrarla, hacerla música y conseguir que nos hiciera falta espacio y algo de oxígeno, pues no os miento cuando digo que creímos estar exhaustos. Dijeron que se iban, pero permanecimos inmóviles, dando palmas reclamándolos, respirando. Y volvieron para Amar el conflicto, y entonces sí: ellos tenían un plan y adiós tarima. Público y banda echamos el resto, nos “desgallitamos” y saltamos impuros y violentos.

Y con la vista puesta en el domingo 28 abandonamos el Teatro Circo repitiendo las letras de ese último estribillo. Y es que “todo lo que importa está en el aire”, hoy más que nunca. Mañana que no falte nadie.

¡Viva Suecia! ¡Viva Murcia!, que es cuanto todos coreamos. Gracias por este primer concierto y enhorabuena Rafa, Jess, Alberto y Fernando. Os queremos pronto.