Dimite la alcaldesa socialista de Molina de Segura que se vacunó de la COVID-19 saltándose el protocolo
La alcaldesa socialista de Molina de Segura, Esther Clavero, ha dimitido en la madrugada de este lunes después de que 8 de los 12 ediles de su grupo, que gobiernan la cuarta ciudad murciana más importante en coalición con Podemos, le hayan retirado su confianza al pedirle que dimita por haberse vacunado sin tener todavía derecho a ello según el protocolo fijado.
“Siento no poder cumplir vuestro mandato, pero me debo a un partido que ha tomado esta decisión y fallaría a mis principios resistiendo ante las decisiones de órganos superiores”, señala Clavero en su despedida de los molinenses, en la que cita a Sartori: “Las guerras terminan cuando los vencedores imponen a los vencidos su propia regla decisoria”.
Su anuncio se produce a poco más de ocho horas de que fuera a dar comienzo un pleno ordinario al que Mariano Vicente, el concejal de la formación morada, había decidido no asistir en protesta por la presencia de Clavero, a quien la dirección nacional de su partido le había pedido que dimitiera, además de haberle dado de baja cautelarmente de militancia la regional, renuncia que también le había exigido su socio de Gobierno.
Tras negarse desde esa dirección regional del PSOE a aceptar la oferta del PP de apoyar una moción de censura contra ella a cambio de aupar a otro edil socialista a la alcaldía, han sido ahora las dos terceras partes de su grupo municipal los que ha pedido su dimisión “como muestra de lealtad a la organización política y, por encima de todo, a los vecinos” que representan, solicitud a la que suma todo el Partido Socialista de la Región de Murcia (PSRM), que firma también con ellos el comunicado.
Y lo hacían siguiendo la instrucción de la dirección federal “para que no continúe representando al partido en ninguna institución”, pues, como señaló este viernes esa Ejecutiva en una nota dirigida a todos sus cargos que se hayan vacunado sin tener prioridad para ello, “el PSOE no consiente este tipo de actitudes insolidarias”. En ese comunicado, indicaba que sus militantes y especialmente a sus cargos públicos y representantes en las instituciones deben “dar ejemplo y no avergonzar unas siglas con más 140 años de historia que siempre han defendido el bien común por encima de intereses individuales” y que “este tipo de actitudes reprobables están muy alejadas de lo que significan” sus siglas.
“Ante los hechos acaecidos en los últimos días, que han revelado que Clavero no cumplió el protocolo de vacunación”, a lo que ella alegó que lo hizo por ser “una paciente oncológica de alto riesgo y con una alta exposición social”, no por su cargo público, la mayoría de sus compañeros le pedían su renuncia.
Después de que Clavero se defendiera diciendo que fue “citada por prescripción facultativa junto a otros ciudadanos en horario de atención al público”, el PP denunció que el justificante facultativo que habla de su reticencia a vacunarse y su negativa a aislarse como razones para vacunarla está firmado por el compañero sentimental de la alcaldesa, coordinador de su centro de salud.
“Cometí el error de vacunarme cuando me llamaron de mi centro de salud”
En una carta dirigida a sus vecinos, Clavero ha anunciado su marcha “desde la tristeza” y “el abatimiento de haber sufrido un linchamiento sin precedentes”. La exalcaldesa ha defendido que no está imputada ni procesada “por ningún caso de corrupción”. “No he robado, no he prevaricado, no he malversado”, ha dicho.
“Me he vacunado, sí. Cometí el error de hacerlo cuando me llamaron de mi centro de salud porque consideraron que al ser paciente de riesgo y estar altamente expuesta iba a ser lo mejor para mí. Ese es el máximo delito que he cometido en mis 43 años de vida. Y por él abandono este proyecto”, dice la dimisionaria, que se despide “desde la tristeza y el abatimiento de haber sufrido un linchamiento sin precedentes que ha dañado” a su familia y a ella.
“Me han insistido para que ante esta injusticia, aguantase, porque no todo vale en política y porque el tiempo pone cordura a las cosas”, indica.
Finalmente, considera: “Tomar decisiones e intentar ordenar lo que ya ordenaron los ciudadanos, respondiendo a la inmediatez de los medios o de las redes sociales, pretendiendo así dictar sentencias desde las emociones más viscerales y los sentimientos, destrozando a personas, no es la política que quiero hacer, ni la que quiero vivir”. “La política como un intercambio de locuras debe terminar”, añade.
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