Haciendo historia
Lo vivido el pasado fin de semana en el pabellón Fausto Vicent de Alcantarilla fue, simplemente, mágico. La localidad murciana albergaba la ‘Final Four’ de ascenso a la Liga Femenina Endesa, la máxima categoría del baloncesto femenino español, y nadie quiso perdérselo, ni siquiera la ejecutiva del gobierno regional. Los cuatro mejores equipos de la Liga Femenina Challenge, la segunda división, (después del Barça que, al terminar primero el campeonato, subió directamente) iban a luchar durante dos días por un billete para jugar en la élite de nuestro país. El sistema de competición era muy sencillo y muy difícil a la vez: Ganar o a casa. Jugarte todo el trabajo del año en 40 minutos. Un partido de semifinal el sábado en el que sólo si vences, juegas la final del domingo. Si pierdes, se acabó el curso deportivo. En ese tipo de citas, la cabeza y el control de las emociones tienen casi un papel más importante que la gasolina en las piernas de las jugadoras. Además, un pabellón lleno hasta la bandera, con un calor infernal. Eso sí, “estos son los momentos que queremos vivir todos los deportistas. Para esto entrenamos”, comentaban sus protagonistas antes de arrancar la cita.
El anfitrión era el Hozono Global Jairis, el club decano del baloncesto femenino en la Región de Murcia, afincado en Alcantarilla. Son además, una familia, y toda la estructura, desde el primer equipo hasta las categorías inferiores, tienen mucha relación entre ellos. Por ser el anfitrión, abrían el torneo jugando contra el Vantage Towers Alcobendas. Por mejor plantilla y por ser el organizador, tenían la presión de jugar la final y eso perjudicó al equipo murciano. No jugó un gran partido, pero a la hora de la verdad, el talento de sus jugadoras decantó la balanza a su favor. La jornada fue de infarto y se necesitó de una prórroga de cinco minutos extras para conocer al vencedor. Fueron ellas, las murcianas. Se metieron en “su final” y ese partido a cara o cruz lo iban a jugar únicamente 17 horas después de haber superado al conjunto madrileño. Enfrente esta vez estaría el Recoletas Zamora (que eliminó al Raca Granada en la otra semifinal), uno de los claros favoritos para lograr el ascenso. Ese choque disputado el domingo por la mañana contó con la presencia en la grada de Fernando López Miras, presidente de la Región de Murcia; Joaquín Buendía, alcalde de Alcantarilla; Fran Sánchez, director general de Deportes, entre otros. Nadie quería perderse la que podía ser una jornada histórica, clasificando a un equipo murciano para la mejor liga nacional de baloncesto femenino.
Como era de suponer, el encuentro volvió a ser igualadísimo. Unas veces el equipo murciano se iba un poco en el marcador y otras, lo hacía el de Zamora. Pero a falta de cinco minutos para el final el Hozono Global Jairis logró una renta que ya no soltó y consiguió la victoria. Lloros, gritos, abrazos, fue una auténtica locura lo que se vivió en un Fausto Vicent otra vez lleno y otra vez con muchos grados de temperatura. Hubo hasta banda de música.
El del Jairis ha sido un proyecto de diez años, en cada uno de ellos dando un pasito más hasta lograr este hito. La directiva había construido en verano una plantilla con el objetivo de pelear por el ascenso fichando, sobre todo, a la brasileña Erika de Souza, una jugadora que lo ha ganado absolutamente todo al más alto nivel: Ocho Ligas en España, ocho Copas de la Reina, una Euroliga (la máxima competición europea) y una WNBA (la mejor liga del mundo), más presencias en Juegos Olímpicos y otros torneos en su país. La noticia de su contratación fue un ‘boom’ mediático, tanto a nivel nacional como internacional porque, es una de las mejores extranjeras que han militado en España de la historia. Tiene 40 años, pero sigue siendo una estrella. De hecho, atesora el récord de rebotes y tapones de todos los tiempos y también figura entre las que más puntos ha anotado.
Campeonas también en intangibles
Erika es toda una institución del deporte de la canasta y lo asume como tal. Dos días antes de arrancar esta Final Four, reconocía que ella iba a tener un papel muy importante si su equipo quería lograr el ascenso. Muchas de las jugadoras que iban a participar en este torneo, nunca habían jugado un partido a cara o cruz y eso podía acarrearles un cierto nerviosismo. Erika no se iba a poner nerviosa. Es una auténtica líder en la pista y fuera de ella. Sabe qué decirle a cada una de sus compañeras (algunas 20 años más jóvenes que ella) para ayudarles, sabe meter al público en partido levantando los brazos, sabe cómo y cuándo se puede hablar con los árbitros y además, sigue siendo imparable cerca de canasta gracias a su 1’97 metros de altura (pocas jugadoras hay más altas que ella. En esta fase, ninguna). “He ganado muchos títulos a lo largo de mi carrera, pero nunca he jugado por un ascenso y quiero conseguirlo. Alcantarilla me ha tratado de maravilla y quiero ganar para ellos. Además, quiero volver a jugar en la máxima categoría en España”, dijo antes del partido de semifinales. La brasileña tiene gasolina para jugar una temporada más al baloncesto, después quiere ser madre (volvemos al asunto de la casi imposible conciliación de la vida deportiva y familiar para las deportistas de élite) y fundar una asociación para ayudar a los más desfavorecidos. De momento, cumplió lo prometido. Fue la jugadora más importante del torneo y una pieza clave en el ascenso. Después, se hizo fotos con absolutamente todas las personas que acudieron al pabellón. Ser una estrella no le hace estar lejos de la gente.
Para todo el deporte regional lo conseguido por el Club Baloncesto Jairis es muy importante. Situar a un equipo en la élite deportiva, ayuda a crear referentes, hábitos y a llevar también el nombre de Murcia y Alcantarilla por el resto del país. Pero, sin lugar a dudas, será inolvidable para Tetiana Havrylchyk (ya hablamos de ella en este blog). El club fichó a la joven ucraniana a comienzos del mes de marzo, cuando Rusia invadió su país, para ayudarle a salir de una guerra. No ha tenido mucho peso en lo deportivo, pero sí ha sido esencial en lo anímico. Su fuerza y madurez (con sólo 22 años), dada la historia personal que estaba atravesando, conmovió y contagió a sus compañeras. El domingo Tetiana no dejaba de llorar y de repetir “gracias por la oportunidad”.
Otro bonito gesto fue del entrenador, Lucas Fernández. Él se hizo cargo del equipo a mediados de febrero porque Víctor Verdú, el que había dirigido al Jairis durante casi una década, tuvo que abandonar el puesto por motivos de salud. Pero Lucas no se olvidó de él, el club tampoco. Vivió los dos partidos sentado prácticamente al lado del banquillo (con muchos nervios y con lágrimas en los ojos cuando lograron el ascenso). En el momento de hacerse la foto de campeonas con el trofeo y con la camiseta que habían preparado para la ocasión, Lucas cogió de la mano a Víctor y le pidió que posase. Esto también era suyo.
Por primera vez en la historia, el próximo curso habrá baloncesto de élite tanto en categoría masculina como en la femenina en la Región de Murcia. Es algo tan importante, que no pueden olvidarse de ellas en el plano de patrocinios y subvenciones. Esperemos.
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