Margarita del Cisne Guerrero (1994) es oriunda de una montaña de Loja, Ecuador. Lleva 15 años viviendo en Murcia, y con 25 se convirtió, en los pasados comicios, en la primera migrante concejala del Ayuntamiento de Murcia, además de una de las ediles más jóvenes. El activismo político corre por sus venas y ya en su adolescencia formó parte de la plataforma Juventud Revolución, agrupación que busca responder a las necesidades de las generaciones de sudamericanos viviendo en Murcia. Paralelamente conoció a integrantes de Izquierda Unida en diferentes manifestaciones, y terminó por sumarse al partido.
Como primera concejala migrante del Ayuntamiento de Murcia, y una de las más jóvenes, ¿has percibido obstáculos en tus cuatro años de edil por Cambiemos Murcia?
Ser mujer, joven y migrante ha influido y he podido comprobar en mi propia piel las resistencias existentes en las instituciones para que perfiles distintos a los tradicionales, hagamos política. No obstante, todo eso solo me ha servido para ser más fuerte y constante en mis propósitos.
Repites como candidata para las nuevas elecciones. ¿Qué medida política habéis implementado desde la agrupación que consideres más destacable?
Desde el pleno municipal nos hemos centrado en la defensa de los trabajadores y trabajadoras de las contratas municipales como limpieza de colegios, recaudación de tributos o Ayuda a Domicilio, muchas veces en solitario, y en generar un municipio más inclusivo. También hemos sido especialmente activos en la defensa de la Huerta y el Patrimonio. Hemos vuelto a tener plan de Igualdad por nuestras mociones.
Los mayores logros se han conseguido en barrios y pedanías, donde el trabajo de nuestros vocales en las juntas del cambio ha sido esencial para romper con el estilo rancio y caciquil que había predominado con el PP. Especialmente se ha notado nuestra apuesta por la cultura y por el feminismo. Hemos contribuido a abrir las instituciones a la ciudadanía, aún queda mucho para conseguirlo.
El último CIS plantea un posible cambio de gobierno tras 24 años de PP a nivel regional. Vuestra marca podría llegar a conseguir hasta 2 diputados. ¿Crees que podría repetirte a nivel municipal?
Confiamos en que tanto Cambiar la Región como Cambiemos Murcia seamos determinantes para lograr un gobierno de izquierdas en la Región y en el municipio de Murcia, y eso sólo será posible si conseguimos muchos diputados, muchos concejales y muchos vocales en las Juntas. Hemos demostrado en estos cuatro años, ser la única fuerza con un modelo alternativo al Partido Popular dentro del Ayuntamiento de Murcia, por eso la única garantía es un Cambiemos Murcia fuerte que obligue a otros grupos como el PSOE, a hacer políticas de izquierdas.
¿Qué le diríais a un votante que te preguntara lo que os diferencia de Podemos?
La principal diferencia es la apertura de nuestros espacios de trabajo y asambleas, que son soberanas y en ellas tomamos todas las grandes decisiones. En Cambiemos Murcia participamos en pie de igualdad, no seguimos directrices regionales o estatales y no tenemos una organización jerárquica. La construcción colectiva y apegada a los barrios y pedanías. Además, nosotros tenemos claro que nuestro objetivo es representar a los trabajadores y trabajadoras.
En caso de que las izquierdas tuvieran que pactar para gobernar en el municipio. ¿Qué líneas rojas propondría Cambiemos Murcia?
Políticas de izquierdas. De nada nos vale echar al PP para gobernar como ellos. Y no nos podemos arrugar ante las presiones económicas y los grupos de presión conservadores. Tenemos claro que, si no condicionamos al PSOE no podrá ni querrá transformar realmente el municipio.
Tras el 28A varios puntos de la Región se han teñido de verde con una fuerte irrupción de Vox en el voto. Uno de los casos más sonados es Torre Pacheco, caracterizado por una fuerte presencia de migrantes trabajadores en el sector de la agricultura. ¿Hay un problema de integración? ¿Por qué se les percibe como una amenaza?
Hay una intencionalidad en el discurso oficial de criminalizar la inmigración, de culpabilizarla de una crisis de la que son culpables los gestores políticos. También es verdad que los inmigrantes tiene casi negados sus derechos políticos y eso los convierte en dianas fáciles de los discursos de odio de la extrema derecha. A esto hay que sumar una dejación de las administraciones públicas para generar políticas en favor de una integración real. En todo caso, si nos acogemos a los datos la inmigración está muy lejos de ser percibido como un problema aunque lo digan constantemente algunos medios y políticos.
En los últimos meses se está convirtiendo en hábito las alertas por contaminación atmosférica. ¿Qué podemos hacer para reducir la polución? ¿Mejoraríais el protocolo que se aplica actualmente en las alertas?
Este protocolo es la nada. Hace falta valentía para afrontar este problema de salud pública. Ante la contaminación sólo se informa, y a veces ni eso. Hay que restringir el tráfico cuando suframos episodios de contaminación y cambiar el modelo de movilidad urbana para atajar el problema de raíz, necesitamos un transporte público que atienda las necesidades de movilidad de nuestros vecinos y vecinas.
En caso de llegar al gobierno, ¿cuál sería vuestra primera medida?
Crearemos comisiones de fiscalización de las grandes contratas del Ayuntamiento de Murcia con participación de los trabajadores y trabajadoras a través de los Comités de Empresa y usuarios, además del Ayuntamiento y la empresa.
El Ayuntamiento de Murcia ha cerrado el ejercicio de 2018 con un superávit de 19,8 millones. ¿Se han hecho bien las cosas este último año?
El superávit es producto de las brutales restricciones de gastos que Hacienda impone a los municipios y que se traducen en servicios públicos infradotados. Es una vergüenza que ante múltiples carencias en materia de atención a la dependencia y lucha contra la pobreza presumamos de superávit. El presupuesto tiene que estar al servicio de las necesidades de la gente.
Murcia tiene varias pedanías en la periferia, con núcleos pequeños y falta de conexión con el centro. ¿Cómo gestionaríais estos puntos?
Con igualdad. El autobús debe costar lo mismo a todos los habitantes del municipio, vivan donde vivan. Y los carriles bici deben extenderse a las pedanías para hacer posible una movilidad sostenible. En este momento no hay ni aceras entre las pedanías, así es imposible que nuestros vecinos caminen con seguridad. El transporte genera derecho y con el modelo del Partido Popular se genera un modelo con ciudadanos de primera y segunda categoría en función del lugar dónde viven, hay que acabar con esta desigualdad.
Hace unos días, Ballesta aseguró que, si continúa como alcalde, pondrá en funcionamiento el 'tranvibús'. El primer eje de conexión iría de norte a sur y uniría el municipio de Molina de Segura con el Hospital Virgen de La Arrixaca. También atravesaría Murcia y las pedanías de Espinardo y El Palmar. ¿Lo veis viable?
El tranvibús es la penúltima pirueta de marketing del PP de Ballesta. No es más que un autobús articulado y con las ruedas tapadas. Esas líneas ya existen en la red de autobuses. Lo que hace falta es aumentar sus frecuencias y crear líneas que no sean radiales, que conecten pedanías sin pasar por el centro.
El absentismo a la hora de votar entre los jóvenes se encuentra entre los porcentajes más altos. ¿Qué les diríais para convencerlos de que ejerzan su derecho al voto?
A los jóvenes nos afectan más incluso que a sus mayores las políticas que aplique el Ayuntamiento, porque nos repercutirán durante más años. La juventud es la gran víctima de muchos de los mayores problemas que tenemos en el municipio, como la precariedad laboral, los precios de la vivienda o la ludopatía generada por las casas de apuestas. Quien no acuda a las urnas estará ayudando a que se perpetúen estas injusticias, es el momento de movilizarnos por nuestros derechos.
El modelo de gobierno del Partido Popular discrimina a los jóvenes, solo tenemos tres centros juveniles en el municipio, necesitamos generar más espacios que ofrezcan alternativas de ocio saludable, y también políticas integrales de juventud, en materia de vivienda, sanidad, cultura, etc.