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Pepe 'El Sueco', el pescador jubilado que añora un Mar Menor lleno de caballitos

Caballito de mar

Joaquín Sánchez Hernández

13 de noviembre de 2021 06:01 h

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“La población del caballito de mar es el reflejo de las condiciones del hábitat en el que vive”, asegura Cristina Mena, presidenta de Hippocampus, tras el último estudio que ha llevado a cabo la asociación que da un resultado muy desfavorable para el caballito de mar. El Mar Menor va en la misma dirección. Pepe 'El Sueco' es un pescador jubilado que ha pasado toda su vida en la laguna.

José Hilario Martínez Alcaraz tiene 73 años, nació en Los Nietos y es conocido popularmente como Pepe 'El Sueco'. La mar ha curtido sus manos, reflejo de lo duro del oficio de pescador. “No me dio mucho tiempo a ir al colegio”, comenta José, que desde los 12 años trabajó fijo en un pesquero faenando en el Mar Menor y los últimos 23 años como contramaestre en el Club Náutico Dos Mares.

En Los Nietos, donde 'El Sueco' ha pasado la mayor parte de su vida, las construcciones eran de madera en los años setenta y recuerda con nostalgia como se instalaban cabañas de madera y cañas en la orilla de la playa donde pasaban el verano y vecinos de las poblaciones del campo de Cartagena. “Los Nietos ha crecido prácticamente poco a lo largo, ha crecido mucho para la zona interior” se lamenta Pepe 'El Sueco'. Cuando no había trabajo se acercaba a la playa a disfrutar de un baño y de los caballitos de mar: “Los domingos que no salíamos a faenar nos bañábamos en la playa y veías muchos caballitos e incluso los cogíamos”.

De problema a negocio

Pero como pescador los caballitos se veían de distinta forma, eran un problema. “En aquella época había muchos caballitos, los sacábamos liados en las redes y nos enfadamos mucho porque rompían la red”, recuerda 'El Sueco' como si ya no fuera ese el problema. No se devolvían al mar una vez que los sacaban en las redes. Aunque luego cambió, pasaron de ser un problema a un negocio. Nos puede extrañar el giro que en una época dio el caballito, pero para los veraneantes que disfrutaban sus vacaciones en el Mar Menor, era un recuerdo muy preciado.

“Los caballitos que cogíamos los dejábamos en la cubierta y en la pescadería nos los compraban, era como de recuerdo”, dice José. Un negocio al que se apuntaron todos los pescadores de la laguna como recogía un diario regional en un artículo del 4 de noviembre de 1981 llegando su precio casi a las 5.000 pesetas y superando en valor al famoso y apreciado langostino del Mar Menor. Una década más tarde el precio bajaba hasta las ocho pesetas el kilo, aunque eran más apreciados los ejemplares de caballito hembra.

Pero el caballito comenzó a enfrentarse a varios inconvenientes, Pepe 'El Sueco' recuerda: “Cuando dragaron el canal del Estacio, para aumentar el volumen de entrada de agua, entró el alga que parece oreja liebre y fue asfixiando a la otra alga que era donde se criaba el caballito y los chirretes, porque en esa alga se agarraba el caballito y se alimentaba de las crías de los chirretes. Era un hábitat perfecto porque se resguardaban de los depredadores, como la lubina que hay muchas, que en esas algas no entraban”.

No es solo a este depredador al que se enfrenta. Actualmente el cangrejo azul, especie invasora, se ha sumado a la lista de enemigos del caballito de mar. A estas dificultades a las que se enfrenta el caballito hay que añadirle el estado de la laguna que cada vez está peor. Su hábitat no mejora. Hace unos días tuvo la oportunidad de navegar por el Mar Menor y pudo comprobar la claridad de sus aguas que no significa lo mismo que calidad. Uno de los problemas de la laguna es la entrada de nitratos vertidos por la agricultura.

'El sueco' explica que en la década de los 70 había dos plantaciones al año que eran de secano: “Ahora se hacen cuatro cosechas y son de regadío y quieras que no las aguas se van al nivel freático que acaban en el Mar Menor. Eso lo sabe cualquiera”, asegura Pepe.

En este último año, de los 26 muestreos que hemos hecho con un total de 209 censos, hemos visto solo un caballito en los 25.000 metros cuadrados que hemos muestreado

Cristina Mena Presidenta de la asociación Hippocampus

Cristina Mena, presidenta de la asociación Hippocampus, está preocupada por la situación de este curioso pez después de informar del último estudio llevado a cabo. “La asociación opera desde el 2007 en el Mar Menor. En este último año, de los 26 muestreos que hemos hecho con un total de 209 censos, hemos visto solo un caballito en los 25.000 metros cuadrados que hemos muestreado”. Es lo mismo que encontrar un caballito en más de tres campos de fútbol.

“Con la metodología y el diseño que se planteó da un censo de 1.347 ejemplares en toda la laguna, ahora mismo la población está muy, muy afectada”, añade Cristina. En un futuro cercano Pepe 'El Sueco' sospecha que nada bueno le espera: “Los animalicos lo van a tener fastidiao”. De la misma opinión es Cristina Mena: “El caballito no es que esté amenazado, es que está en peligro de extinción, su futuro está muy oscuro”. La leyenda dice que el caballito de mar tiene una única pareja durante toda su vida y una vez muere uno de los dos, el otro también lo hace al poco tiempo. Y aunque esta fuera cierta, en el Mar Menor no será la causa de su desaparición.

Personalidad jurídica para el Mar Menor

“Si los que están destrozando el Mar Menor tienen personalidad jurídica, ¿por qué no dársela al Mar Menor?”. Esta es la pregunta que hace Eduardo Salazar, abogado del Pacto por el Mar Menor y miembro del grupo promotor de la iniciativa legislativa popular (ILP) que el pasado octubre consiguió más del medio de millón de firmas necesarias para que se debata la propuesta en el Congreso de los Diputados. Esta idea partió de la profesora de la Universidad de Murcia Teresa Vicente, tomando como ejemplo países como Colombia, Australia o Canadá que habían dotado de personalidad jurídica a ecosistemas.

La idea se materializó primero, en el Ayuntamiento de los Alcázares, que la llevó a la Asamblea Regional de Murcia que, no solo la rechazó, tampoco la llevo al Congreso de los Diputados. Ante esta situación no se desanimó y junto a un grupo de ciudadanos retomaron la iniciativa para llevarla al Congreso. Para Eduardo Salazar, “dotar al Mar Menor de personalidad jurídica, es lo mismo que dotarlo de derechos frente a los derechos que también tienen todos los agricultores de explotar sus tierras.”

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