La agroecología se presenta como la solución a los problemas del Mar Menor y del Campo de Cartagena. Esta ciencia supera los numerosos errores de la agroindustria al estar basada en un equilibrio entre la estabilidad ambiental, la equidad social, y la viabilidad económica a largo plazo.
Estos días la agroindustria (presentada ante la sociedad con otro término más amable: los agricultores) ha comenzado una campaña de desinformación, culminada con la patética campaña de su Fundación Ingenio sobre la desaparición de las marineras si se protege el Mar Menor. El motivo es el amago de PSOE, PP y Ciudadanos de limitar el uso de abonos en la franja más cercana a la costa del Mar Menor, aún cuando la línea legislativa de la Asamblea va hacia la desprotección del medio ambiente. Qué impunidad tiene el lobby agrario para atreverse a realizar esta desmesurada campaña ante un decreto inútil. Cuál sería la reacción si de verdad el Gobierno regional buscara soluciones para detener el desastre hacia el que va el Mar Menor.
La comunidad científica es unánime al advertir las causas del colapso del Mar Menor. Ecologistas en Acción, señala: “El desarrollo incontrolado de dos sectores, el agroindustrial y el urbanoturístico, desde los años setenta, ha puesto a este valioso ecosistema al borde del abismo. Además de otros importantes impactos derivados de la actividad humana, el factor que está provocando el rápido deterioro de la laguna salada es el exceso de nutrientes, principalmente de origen agrícola. Ni las múltiples figuras de protección ambiental del Mar Menor, ni la alarma social, han conseguido que Gobierno regional modifique el modelo agrario en el Campo de Cartagena, ni que todas las administraciones implicadas se coordinen para una gestión conjunta que consiga resolver la situación”.
La agroecología es la solución para compatibilizar la agricultura y el Mar Menor, puesto que el colapso del segundo es una consecuencia del desequilibrio del primero. Ésta es una disciplina científica que supera los fallidos conceptos agroindustriales, que entienden el campo de cultivo como un sistema aislado, como si un cultivo funcionara de forma similar a una máquina de hacer tornillos dentro de una nave. Para la agroecología el sistema agrario debe ser entendido como un ecosistema: un conjunto de interacciones biológicas, físicas, químicas, ecológicas y culturales.
Un concepto clave es el de sostenibilidad, entendida como el equilibrio entre la estabilidad ambiental, la equidad social, y la viabilidad económica a largo plazo. De forma que la agroecología propone la construcción de fincas heterogéneas integradas en el medio donde se encuentran. Así se tiende a un equilibrio natural entre plagas y depredadores, ajustado con el uso mínimo de fitosanitarios orgánicos.
Para la agroindustria el suelo es sólo un soporte inerte para la planta. La nutrición la realiza con abonos químicos, siempre excesivos que, en el caso del Campo de Cartagena, terminan en el acuífero y posteriormente en la laguna. Para la agroecología, como en los sistemas naturales, el suelo es un sistema vivo, fundamental en la nutrición de las plantas. Su manejo correcto y el uso de abonos orgánicos equilibrarían el ecosistema y evitarían la contaminación del Mar Menor.
Los factores sociales son claves en la agricultura, el sistema agroindustrial condena a los jornaleros a vidas de miseria y expulsa del mercado a los pequeños agricultores. Pero la agroecología tiene como uno de sus pilares la equidad social. Son clave la consecución de condiciones laborales dignas para todos los trabajadores y trabajadoras, así como un sistema de distribución y venta descentralizado. Para ello impulsa el consumo de productos locales que incentiven el desarrollo local y la venta a través de canales cortos de distribución como mercados o cooperativas de consumo. Los agricultores y agricultoras deben tener poder en la venta de sus productos y hacerlo de la forma más ventajosa para ellos y para los consumidores.
La agroecología es una ciencia vanguardista que deja atrás los criterios reduccionistas y produccionistas de la agroindustria, que están causando irreversibles problemas ambientales y sociales. Los pasos más urgentes para la recuperación del Mar Menor y la sostenibilidad del Campo de Cartagena son la eliminación del regadío ilegal, el fomento del secano y la conversión de los cultivos a la agroecología.
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