Desde hace años me sucede, que cada vez que vivimos unos momentos profundamente democráticos, mi primer pensamiento se va de inmediato a las últimas palabras de Salvador Allende, desde Radio Magallanes, aquel infame 11 de septiembre. “Sigan ustedes sabiendo”, dijo, “que mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor”.
Era yo muy joven entonces, pero recuerdo la veneración que en mi casa se sentía por Salvador Allende, por su socialismo democrático. Sí, el pueblo entró con él en el palacio de la Moneda.
Nosotros ahora tenemos una oportunidad, nuestro momento ha sido profundamente democrático e intensamente épico. Fue preciso el esfuerzo continuado de muchos para culminar con el esfuerzo final de todos. Ahora toca remar.
Todas la remeras, las valientes, decididas, audaces remeras tienen que mantener su voluntad de remar juntas. Remar hacia un nuevo horizonte, con Salvador Allende en las alamedas. Todos los esfuerzos son necesarios, hoy aún más que ayer. Las remeras del norte y las mediterráneas, las andaluzas, las extremeñas, las huertanas, las remeras de los ríos de Castilla, en fin, las catalanas.
No solo es preciso salir de la noche de la corrupción, la injusticia y el autoritarismo, además habrá que conquistar el día. Muchos han sido los esfuerzos: los de las mareas, los de las marchas, los de los pensionistas, los de los estudiantes, también los circulares, los de los periodistas conscientes, los de las mujeres. ¡Qué extraordinario y definitivo fue el esfuerzo de ellas!. Pero debemos esforzarnos aún más, en un esfuerzo aún más bello y alegre, más generoso, para construir el día. Hay que poner toda la lucidez, toda la generosidad, para vencer las corrientes de reacción y desaliento.
Hay que recuperar la dignidad, mejorar la condición de las mujeres, proteger a los pensionistas, recuperar las libertades perdidas, quitar el luto a los periodistas, hay que ayudar a los inmigrantes, a los más desprotegidos. Es necesario un impulso republicano y fraterno.
Hay que fortalecer nuestra democracia. Que nuestros hijos sepan que estamos por el bien común, que creemos en el civismo, que la libertad es para nosotros el bien supremo. Abandonemos la noche y adentrémonos, con confianza, en el nuevo día.
Trabajemos todos con sinceridad y lealtad para avanzar con la alegría de los libertos.
¡A remar compañeros, a remar!